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Borràs llama a "recomenzar" el Procés en su estreno como líder de Junts

Turull se impone a la presidenta del Parlament en votos y sale reforzado del congreso de despedida de Puigdemont

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Carles Puigdemont durante su intervención en el congreso de Junts per Catalunya  a Argelers

ArgelersDos años después de la formalización como partido político, Junts per Catalunya da el pistoletazo de salida a una nueva etapa que ya no tendrá ni a Carles Puigdemont ni a Jordi Sànchez al frente. Los dos máximos cargos orgánicos del partido han dado un paso al lado para que cojan la batuta Laura Borràs y Jordi Turull, que han sido elegidos este sábado en Argelers en una votación en la que ha salido reforzado el ex conseller, que se ha impuesto en votos a la presidenta del Parlament. Puigdemont, que ha sido recibido por las bases como una estrella del rock, ha pedido a los nuevos capitanes que no se desmarquen de los objetivos fundacionales de Junts: "Se nos tiene que poder reconocer, estemos en el gobierno o en la oposición, como la herramienta política que aunque lo tenga todo en contra se mantiene serena y útil para culminar el proceso de independencia". Borràs ha recogido el guante haciendo un llamamiento a "recomenzar" el Procés y "reconstruir" todos aquellos errores que cree que ha cometido el independentismo desde el 1 de octubre del 2017.

La nueva presidenta de Junts, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull.

La nueva presidenta de Junts se ha estrenado mandando un mensaje al presidente, Pere Aragonès, y también a los consellers de Junts que le escuchaban en primera fila del espacio Jean Carrère, junto con un millar de militantes: el govern de la Generalitat tiene que ser "nacionalmente más ambicioso", lo cual "quiere decir tener presente que hay que gobernar con una visión independentista". A su parecer, la "finalidad" no es gobernar por gobernar, sino hacerlo para "conseguir un país soberano". Una manera de advertir que será exigente a la hora de valorar el cumplimiento del acuerdo de coalición con Esquerra, en pleno proceso de evaluación por parte de Junts y que la también presidenta del Parlament ve con reticencias desde el inicio.

Borràs ha marcado distancias con cualquier opción de diálogo con el Estado y ha quitado hierro así a la posibilidad de un cambio de gobierno en España. "¿Qué hará un gobierno de derecha o extrema derecha que no haya hecho ya la izquierda?", se ha preguntado. También ha sido muy duro el expresident Carles Puigdemont, que ha acusado directamente a La Moncloa de ser "corrupta" y de perjudicar a los catalanes porque todavía hay una mayoría independentista. "Un 36% y un 184%. ¡Cojones! Ya está bien", se ha quejado el expresident, haciendo referencia a los últimos datos de ejecución del presupuesto del Estado en Catalunya y en Madrid. En este sentido, no se ha ahorrado los dardos a los republicanos y ha definido la mesa de diálogo como una política de "esconder la cabeza bajo el ala" y de pensar solo en el "bienestar" de los cuadros del partido.

Para Jordi Sànchez, secretario general saliente, tampoco se dan las condiciones de diálogo con el gobierno español, pero sí que ha hecho un llamamiento a "rehacer la unidad estratégica" del independentismo por "activar" la mayoría del "52%" en el Parlament, y Jordi Turull ha lanzado la consigna: "Del referéndum o referéndum a la independencia o independencia". La respuesta a los discursos lanzados en la Catalunya Nord no ha tardado en llegar desde las filas republicanas. La secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, ha pedido abandonar los "reproches incomprensibles" entre socios de Govern. "En el camino hacia la república tenemos que ser aliados, no adversarios", ha escrito en un mensaje en Twitter.

Gritos de "¡Independencia!" en el congreso de Junts per Catalunya en Argelers.

Mensaje en las votaciones

A pesar de que no ha habido sorpresas en los mensajes, las votaciones sí que han marcado una diferencia respecto a las primarias del año 2020, en las que Laura Borràs arrasó. La presidenta del Parlament no ha sido la más votada, sino la tercera: ha obtenido 1.776 votos –la participación ha sido de cerca del 30% de la militancia–, por detrás de los 1.854 sufragios de Turull, que ha sido el primero, y también de la diputada y alcaldesa de Vic, Anna Erra (1.791).

También han sufrido el voto de castigo personas de la confianza de Borràs, con el aspirante a secretario de organización David Torrents como paradigma. El regidor del gobierno badalonés ha obtenido 918 votos y –como la diputada Ester Vallès– no ha llegado al mínimo de votos necesarios para entrar en la ejecutiva. De hecho, le ha estado a punto de pasar lo mismo a la secretaria tercera de la mesa del Parlament y mano derecha de Borràs, Aurora Madaula, que ha obtenido 919 votos. De acuerdo con el reglamento del congreso, tanto Torrents como Vallès se tendrían que quedar fuera de la dirección, pero este sábado fuentes oficiales del partido aseguraban que entrarán igualmente a la ejecutiva. Si acaba siendo así no será pacífico, puesto que se estarían saltando su propio reglamento: varias fuentes ya avisan que podría haber impugnaciones.

Quien sí que ha acabado ya este sábado fuera de la dirección nacional es el ex conseller Miquel Sàmper, que también había aterrizado en la candidatura a propuesta de la presidenta del Parlament. A pesar de ser escogido por 1.066 votos, ha comunicado que lo deja porque –tal como explicó el ARA– su cargo público en la Comisión Jurídica Asesora del Govern es incompatible con formar parte de la ejecutiva de un partido.

El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, durante su discurso en Argelers.

De los dirigentes propuestos por Turull no ha habido ninguno que haya quedado fuera de la ejecutiva por falta de apoyo. Más allá del ex conseller y Erre, los otros dirigentes más votados han sido el portavoz del partido, Josep Rius (1.676); el conseller Jaume Giró (1.648); la líder en el Congreso, Míriam Nogueras (1.637), o la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas (1.614). También David Saldoni, que cayó como secretario de organización a última hora de la negociación entre Borràs y Turull –el ex conseller cedió esta pieza para que la presidenta del Parlament colocara a alguien de su confianza–, obtuvo 1.424 votos.

El resultado de las votaciones es, según los dirigentes alineados con Turull, un mensaje que Borràs tiene que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. Se trata de una corriente de fondo que en los últimos meses ha marcado distancias con la retórica de la presidenta del Parlament y que tampoco ve claros los efectos que puede tener su situación procesal en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya por el caso de la Institución de las Letras Catalanas. A este sector le preocupa la tensión que esto puede comportar con los socios de Govern de ERC y que el entorno a Borràs flirtee con la posibilidad de salir del ejecutivo si los republicanos no cierran filas con ella.

De hecho, en los discursos de Turull y también de Sànchez se ha desprendido la voluntad de mantener el ejecutivo de la Generalitat. El secretario general saliente ha remarcado que el partido "no puede abandonar el trabajo institucional" y que gracias a la acción de los consellers de Junts el partido se ha ensanchado; mientras que Turull ha hecho una defensa también de "gobernar" y de hacerlo de "forma eficaz". Juntos empieza una nueva etapa con la incógnita de cuál de las dinámicas se acabará imponiendo.

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