El post 28-M

Collboni no tiene prisa por situar a Colau en el gobierno de Barcelona

Los comunes advierten que no darán un "cheque en blanco" al PSC

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El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, presidiendo el pleno de ayer.

BarcelonaLa investidura por sorpresa de Jaume Collboni (PSC) como alcalde de Barcelona ha dejado un escenario de gobernabilidad complicada: los socialistas tienen las riendas del ayuntamiento con sólo diez concejales. Sin embargo, desde el primer pleno quedó abierta la posibilidad de que otra formación entrara en el gobierno municipal. La exalcaldesa Ada Colau ha insistido en ello en los últimos días, y ha presionado al socialista hasta el punto de asegurar que no apoyará los presupuestos municipales si la votación no va acompañada de un acuerdo de gobierno. Sin embargo, Collboni no tiene prisa. Fuentes del PSC apuntan que hasta septiembre no se reanudarán los contactos que se iniciaron a finales de julio. Las mismas fuentes advierten, además, de que hablan "con todos los partidos" excepto con Vox, dejando claro que todos los escenarios están abiertos.

De momento, señalan voces socialistas, hay que construir "confianzas". Además, buscarán abrir las negociaciones para hablar de los presupuestos. Sobre la posibilidad de que los comunes entren en el ejecutivo de Barcelona, avisan: "Hablaremos, pero sin prisa, no de sillas sino de políticas". La semana pasada, la líder de Barcelona en Comú (BComú) advirtió en una entrevista a Efe que no darán un "cheque en blanco" a Collboni. Fuentes de los comunes esperan que el socialista "mueva ficha" y los convoque, pero insisten en la advertencia de Colau: "Estaremos o en el gobierno o en la oposición, no haremos medias tintas".

¿Cómo es que los de Colau tienen tanta urgencia para entrar a formar parte del gobierno? La exalcaldesa tiene varios motivos para apretar el acelerador. Para empezar, no se sabe qué hará la dirigente de los comunes, pero varias fuentes apuntaban a que tras perder la alcaldía de la ciudad podría dejar el grupo municipal antes de terminar el mandato. En paralelo, hay un telón de fondo que puede impacientar a su partido: las negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez en Madrid, en las que Junts es un elemento clave.

El portavoz de Junts y mano derecha de Xavier Trias en el Ayuntamiento, Jordi Martí, ha dado a entender este viernes que Barcelona puede formar parte de las negociaciones en un tuit en el que ha advertido que Colau volvería a gobernar la ciudad "si las negociaciones para la investidura no lo impiden". Fuentes de Junts evitan dar más datos e insisten en la discreción de los negociadores de su partido. Sin embargo, voces de la formación en Barcelona señalan que no renuncian "a nada" hasta que acaben las negociaciones y que, aparte de los objetivos de amnistía y derecho a la autodeterminación, también esperan que se puedan tener en cuenta "otras cuestiones" en las conversaciones. Las mismas fuentes apuntan que hoy por hoy no hay ninguna línea de negociación abierta con los socialistas en Barcelona; y fuentes del PSC consideran que un acuerdo con Junts tras la maniobra de Collboni para obtener la alcaldía es "difícil". Collboni siempre ha optado, remarcan voces del partido, por un gobierno "progresista".

En el caso de un eventual acuerdo con los comunes, ERC también podría entrar en la ecuación: aunque no hay negociaciones formales, el partido no descarta estar en el gobierno. Sin embargo, el líder republicano en Barcelona, Ernest Maragall, ya ha dejado claro a Collboni de que si quiere su colaboración tiene que escorarse escorar a la izquierda. Las primeras actuaciones del nuevo alcalde -como la apuesta por la celebración de la feria mundial de casinos y casas de apuestas en Barcelona, la designación del exconseller Santi Vila como asesor en infraestructuras o las políticas contra el urbanismo táctico de Colau– han molestado tanto a comunes como a ERC. La concejal republicana Elisenda Alamany asegura que "no hay negociaciones" formales con el PSC. "Nosotros no regalamos votos a nadie", defiende. Los republicanos quieren hablar de "prioridades" de la ciudad antes de abordar una posible coalición.

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