Crisis en el Govern

La continuidad del Govern queda en manos de las bases de Junts

Aragonès y Turull no consiguen llegar a un acuerdo, a pesar de que Junts renuncia a la restitución de Puigneró

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Pere Aragonès y Jordi Turull

BarcelonaJusto hace un año y medio, el fin de semana del 15 y 16 de mayo, todo estaba a punto de romperse. Públicamente, Pere Aragonès se había mostrado dispuesto a gobernar en solitario y Junts per Catalunya a quedarse en la oposición. Pero a última hora, y fuera del foco mediático, el presidenciable de Esquerra y el entonces secretario general de Junts, Jordi Sànchez, consiguieron llegar a un acuerdo después de encerrarse a solas 48 horas fuera de Barcelona. ¿Se puede repetir la misma secuencia? ¿Aragonès y el actual secretario de Junts, Jordi Turull, pueden reconducir la situación? Todo apunta hoy por hoy que no y, a pesar de que hasta el final habrá margen de negociación, lo más probable es que el futuro del gobierno de la Generalitat quede en manos de la militancia de Junts per Catalunya.

A primera hora de ayer domingo se produjo una conversación entre Aragonès y Turull, pero no se avanzó en nada concreto. No hubo contactos a lo largo de toda la tarde y solo por la noche hubo algún cambio: Junts per Catalunya aparcó la petición de restitución del vicepresidente, Jordi Puigneró, pero insistió en pedir que se reúna la dirección estratégica del Procés la semana que viene bajo el liderazgo del Consell de la República. Aun así, para el president "no resuelve nada" y todavía plantea "más dudas", a pesar de que para Junts per Catalunya solo se trata de cumplir el acuerdo de gobierno, según el cual los dos socios de coalición se comprometían a reunirse periódicamente con todos los actores del independentismo para construir una alternativa al diálogo.

Reunión de la ejecutiva de Junts

Este lunes por la mañana está prevista un encuentro clave de la dirección de JxCat, donde se valorarán los resultados de la última negociación con Aragonès –el jueves acordaron comenzar una negociación exprés con el límite de este domingo–, pero sobre todo se tendrán que decidir las reglas del juego de la consulta y la pregunta, que será determinante.

Poca munición para los que quieren seguir en el ejecutivo

Al ala más pragmática del partido le iría bien poder exhibir algún resultado de estas conversaciones para ganar argumentos para quedarse en el Govern ante los que quieren marcharse. Ahora bien, no son optimistas y ya se preparan para batallar con o sin acuerdo con los republicanos: Esquerra no se ha movido de su posición desde hace un mes –incluso niega la mayor y dice que se está cumpliendo el acuerdo de legislatura– y el cese de Jordi Puigneró como vicepresidente del Govern lo pone todo todavía más difícil.

Ante esto, y en un contexto que beneficia al sector de Junts que quiere salir del Govern, los dirigentes más institucionales ya se preparan para intentar ganar la consulta entre la militancia. Si bien hasta ahora se han oído voces que abogan por el distanciamiento con Esquerra –este sábado Laura Borràs en 8TV aseguraba que Aragonès ya no tiene el apoyo de los diputados de Junts en el Parlament–, los más pragmáticos a lo largo de esta semana también quieren decir la suya. Es decir, defenderán su posición internamente, pero también externamente.

El 'conseller' de Economía, Jaume Giró, saliendo de la sede de Junts.

A favor de quedarse en el gobierno de la Generalitat se encuentran los consellers Jaume Giró, Victòria Alsina, Violant Cervera y Lourdes Ciuró, así como el ex secretario de organización David Saldoni; los ex consellers Josep Rull y Damià Calvet, o el ex secretario general de Junts Jordi Sànchez. También el sottogoverno del ejecutivo, que no entiende cómo la dirección del partido los ha llevado a la situación actual. En particular, recelan de la cuestión de confianza que el president del grupo parlamentario, Albert Batet, pidió a Aragonès durante el debate de política general, puesto que fue un movimiento que no se había discutido ni en el seno del Govern ni en la dirección del partido. Fue responsabilidad de la más alta dirección de la formación: solo lo sabían Borràs, Turull, Batet, el portavoz, Josep Rius, y también tenía constancia de ello el ex president Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont durante el acto de conmemoración del quinto aniversario del 1-O.

El factor Waterloo

Los llamados turullistas, pues, están a favor de quedarse en el Govern. Otra cosa es lo que piensa ahora mismo Jordi Turull. A pesar de su marcada trayectoria en la política institucional, el actual secretario general de Junts hace equilibrios desde que el entorno de Puigdemont defiende romper el ejecutivo, tal como ya explicó el ARA. Así se constató en la reunión de dirección del jueves en la que el ex conseller Toni Comín, en nombre del exilio y como representante del Consell de la República, hizo un discurso favorable a salir inmediatamente del Govern. También Josep Rius, del entorno más directo del ex president, y Aleix Sarri, miembro de la ejecutiva cercano al exilio, así como Albert Batet. De hecho, el discurso de Puigdemont en el acto del Consell de la República para conmemorar el 1 de Octubre también deja pocas dudas sobre lo que piensa el ex president en relación al rumbo del actual president, basado en la negociación con el Estado.

Turull no quiere una confrontación abierta con el exilio, que en este caso coincide con lo que piensa el entorno de Borràs, y por eso hace días que se plantea como una opción real la salida del Govern. Cree que así se podría evitar la división del partido, a pesar de que todo apunta que el resultado de la consulta pondrá en evidencia más que nunca la existencia de dos almas dentro de Junts. Es más: será la fotografía más clara de cuál es la fuerza que tiene cada una.

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