La CUP afronta el debate interno después de reunirse con Junqueras y Sànchez

Los anticapitalistas acordarán entre miércoles y jueves su posicionamiento en la investidura

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Carles Riera en una imagen de archivo

Desde miércoles a las ocho del anochecer hasta jueves a las diez de la mañana. Este es el horario que ha fijado la CUP, según ha podido saber el ARA, para que la militancia de la formación anticapitalista y de las organizaciones que configuran la candidatura voten de manera telemática cuál tiene que ser el posicionamiento de la formación en el debate de investidura de Pere Aragonès y su implicación en la próxima legislatura. Lo harán con un documento que recogerá los acuerdos a los que se hayan llegado con ERC y JxCat y después del encuentro de este viernes con el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, y con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en Lledoners. Una reunión de alto nivel que los anticapitalistas sitúan fuera del proceso negociador pero que, según fuentes conocedoras del encuentro, ha servido para que, a la espera del encuentro que mantendrán los cupaires con el expresident Carles Puigdemont en Bélgica la próxima semana, los dos grandes partidos independentistas les trasladen hasta donde están dispuestos a llegar.

El documento, que se llevará a votación y que tiene que estar terminado lunes, lo debatirán martes las asambleas locales y miércoles las asambleas abiertas parlamentarias que la formación ha convocado en todo el territorio, donde una diputada y un miembro del secretariado nacional resolverán las dudas que pueda tener la militancia justo antes de que se ponga en marcha la votación.

Como era de prever, la CUP no tiene un posicionamiento común a siete días del debate de investidura. Las bases y las organizaciones que configuran la candidatura discrepan sobre el rol que tiene que tener la formación en la próxima legislatura. Los documentos que se debatirán –pero que no se votarán– este sábado en el marco de la Coordinadora Oberta Parlamentària (COP) lo ponen de manifiesto. Según ha podido saber el ARA, de los siete documentos que llegan a este órgano, dos defienden que la CUP entre en el nuevo Govern, dos que se mantenga a la oposición, y los otros se limitan a fijar unas líneas rojas de acuerdos necesarios para la próxima legislatura sin posicionarse de manera clara.

Poble Lliure, uno de los dos grandes sectores de la CUP justo con Endavant, apuesta sin complejos porque los cupaires asuman responsabilidades en el ejecutivo con un nuevo documento que va en la línea del comunicado que hizo público el día siguiente de las elecciones, cuando defendió la necesidad de contribuir "a la formación" de un nuevo ejecutivo independentista "con un programa de mínimos".

También Constituents per la Ruptura apuestan por entrar a gobernar con la voluntad de condicionar las políticas del nuevo ejecutivo. Lluita Internacionalista y la Asamblea local de Gràcia, en cambio, son las que presentan documentos claramente en contra de entrar en el ejecutivo y reclaman marcar distancias con las dos grandes fuerzas independentistas.

Sea como fuere, los recelos a entrar en futuro gobierno, que ya se pusieron de manifiesto justo antes de la campaña cuando se aprobó un documento que exigía mantenerse a la oposición, complican la posibilidad que las bases avalen dar este salto.

Después de no poder lograr la presidencia del Parlament –la gran apuesta de la dirección como decisión salomónica para satisfacer las voces que apuestan por asumir responsabilidades y las que no–, ahora la CUP quiere arrancar, cuanto menos, unos compromisos claros a ERC y JxCat a cambio de garantizar la investidura del candidato republicano, Pere Aragonès.

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