La CUP se debate entre un apoyo solo a la investidura o ser socio estable de ERC y Junts

Poble Lliure defiende "contribuir" a la formación de un nuevo Govern con un "programa de mínimos"

Xavi Tedó
3 min
Sabater, en un acto electoral

Apoyo simplemente a la investidura con contraprestaciones o ser un socio estable de ERC y JxCat fuera o dentro del Govern si se aceptan algunos de los puntos más importantes de su programa. Estos son ahora mismo los dos posicionamientos que se imponen en la formación anticapitalista después de que las urnas los hayan vuelto a convertir en actores clave en la configuración del nuevo ejecutivo. Lo que descartan todos los actores implicados es votar en contra de la investidura y que los comicios se tengan que volver a repetir por la situación de pandemia. Este escenario solo se podría dar, según remarcan fuentes del partido, si ERC y JxCat rechazaran todas sus propuestas en unas negociaciones que no empezarán hasta mañana. La decisión final se adoptará, según ha podido saber el ARA, en el consejo político que la CUP celebrará el 27 de febrero, dentro de dos sábados.

El día siguiente de catapultarse con 9 diputados, Poble Lliure, una de las dos grandes organizaciones que integran la CUP, ha movido ficha. Y lo ha hecho para dejar claro que la CUP tiene que "contribuir a la formación de un nuevo Govern" que presente un "programa de mínimos", sustentado en un plan de choque contra la crisis, la desocupación, la precariedad y por los servicios públicos, la convocatoria de un referéndum "con reconocimiento internacional" en 2025, la lucha por la amnistía y el regreso de los exiliados, así como el final de la represión. El partido, impulsor del acuerdo con Dolors Sabater y Guanyem Catalunya, también quiere "consolidar estructuras de institucionalidad republicana", que empujen "al Parlament hacia la independencia", en referencia al Consell per la República, pero también a la Assemblea de Càrrecs Electes, que nunca se activó y que tenía que presidir precisamente la exalcaldesa de Badalona y ahora cabeza de lista de la CUP.

Que la Generalitat se retire como acusación particular en las causas contra independentistas es una línea roja para la CUP. También para los que apuestan por que la CUP se limite a facilitar la investidura a cambio de esta y otras condiciones y que se engloban en la órbita de Endavant, pero también del sector no alineado y de organizaciones que apoyan la candidatura como Arran y Lluita Internacionalista. Estos sectores defienden mantenerse en la oposición, pero sí quieren exigir contraprestaciones para facilitar la formación del nuevo ejecutivo, con puntos esenciales de su programa como el plan de rescate social, con la puesta en marcha de una renta básica universal, la nacionalización de servicios y poner fin al concierto educativo.

La decisión definitiva se tomará en el consejo político del 27 de febrero, que inicialmente estaba previsto celebrar este mismo sábado pero que el pasado jueves ya se decidió posponerlo una semana más tarde para dar tiempo a la militancia para preparar resoluciones, una vez sabidos los resultados, para llevarlas a votación al máximo órgano de gobierno. Si las posiciones están muy enfrentadas, las mismas fuentes auguran que se podría llegar a hacer una asamblea de carácter extraordinario como ya pasó con la investidura de Artur Mas, para acabar de acordar el papel de la CUP esta legislatura.

Seis días antes de la apertura de la campaña, la militancia ya aprobó un documento que establecía quedarse en la oposición. Era la respuesta de una parte de la militancia a la voluntad de asumir responsabilidades de Sabater, que dijo en algunas entrevistas que estaban “más preparados y dispuestos que nunca para gobernar”. El secretariado decidió posponer el debate en un nuevo consejo político, este de carácter extraordinario, hasta después de los comicios y sin descartar la asunción de responsabilidades. El debate, tal como se esperaba, se ha reactivado ahora. El tiempo empuja. El nuevo president se tiene que elegir el 26 de marzo.

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