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Debate ideológico

La derecha catalana elige enemigo: los "woke"

Junts, Vox, PP y Aliança utilizan este término para criticar a ERC, los comunes y la CUP, que se desmarcan de la etiqueta pese a compartir los valores que representa

Un asistente a la manifestación del Orgullo 2023 en Barcelona.
15/02/2025
3 min
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BarcelonaEl término woke es un arma arrojadiza en manos de la extrema derecha desde hace años. Donald Trump, Elon Musk o Javier Milei lo utilizan sin complejos para cargar contra un sector de la izquierda que, a su juicio, pretende hacer pasar a las minorías por delante de las mayorías. El uso de woke en un sentido peyorativo también ha aterrizado en Catalunya. El PP, Vox y Aliança Catalana –y las redes sociales– lo han adoptado para descalificar políticas en defensa de los colectivos LGBTI y racializados que, en Catalunya, se han puesto en marcha cuando han gobernado Esquerra, desde la Generalitat, y los comunes, en el Ayuntamiento de Barcelona. Incluso Junts se ha sumado al carro y al borrador de su ponencia política llegó a plantear la necesidad de batallar contra el "pensamiento" woke– la militancia lo enmendó y, en la versión final, aparece la palabra buenismo–. ¿Por qué?

El término woke –en inglés, estar despierto–en su origencarecía de una connotación negativa. Era la forma en que se empezaron a autodenominar movimientos progresistas nacidos en las universidades estadounidenses durante la década del 2010, que instaban a tomar conciencia (o despertar, de ahí el adjetivo) de las opresiones sobre determinadas minorías, fuera por temas raciales, religiosos o por su identidad de género u orientación sexual. También se le hizo suyo la corriente Black Lives Matter y la cuarta ola feminista. Pronto desencadenó en una "reacción contracultural", explica Pablo Simón, profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. "Esto genera que un segmento de la población, los white angry men [hombres blancos enojados], se sientan desplazados", detalla.

¿Cómo llega esto a Europa, España y Cataluña? Influenciadores de extrema derecha han empezado a popularizar el término para sostener que, tras la reivindicación de las minorías, existe una voluntad de instaurar una "construcción social" que atenta contra quienes consideran valores tradicionales y que quiere disolver la sociedad occidental. "El uso de la etiqueta woke por parte de la derecha es, mutatis mutandis, lo que la izquierda hace con la etiqueta de facha", ejemplifica. Un paralelismo similar utilizaba esta semana el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que se quejó de que todo postulado progresista fuera señalado con esta etiqueta: "La emergencia climática es woke. La igualdad entre hombres y mujeres es woke. Los derechos de las mujeres son woke. Ser gay, trans y lesbiana es woke. (...) Europa es woke, la ONU es woke, los sindicatos son woke. Pagar impuestos es woke [...] En definitiva, no ser un maldito facha es woke, parece".

Una etiqueta ajena

Estos antecedentes son los que han llevado a los partidos catalanes que podrían identificarse con este ideario a desmarcarse de la terminología woke. Esquerra, los comunes y la CUP no se reconocen en este término, según trasladan al ARA fuentes de las tres formaciones. "El término se creó para desprestigiar a lo que la izquierda ha hecho siempre para hacer valer los derechos de todas las personas", argumentan fuentes republicanas. Desde los comunes se añaden y subrayan que la derecha le ha transformado en un concepto despectivo para desacreditar determinadas luchas progresistas, presentándolas como "exageradas". Los cuperos apuntan que hablar de este concepto y vestirlo como una corriente mundial "es entrar y comprar su marco", aceptando que lo que antes era asumido como defensa de los derechos humanos "ahora es una corriente que molesta".

Pese a marcar distancias con el concepto, esto no les ha ahorrado que sus adversarios políticos del otro lado del hemiciclo lo utilicen contra ellos. Para el líder del PP, Alejandro Fernández, la cultura woke es la "deformación natural del comunismo". "Ahora son más suaves; es una perversidad de terciopelo. Como no pueden enviar a nadie al gulag, imponen sus valores a través de la cancelación", dijo en el podcast titulado, precisamente, La Catalunya Woke. Juntos también ha utilizado alguna vez este término en el Parlament y el diputado Agustí Coromines ha estado especialmente beligerante con lo que representa: "La deriva hacia la ideologíawokees tan preocupante como el nacionalpopulismo de Aliança Catalana", ha escrito en su blog. Los satélites de Aliança Catalana en las redes también cargan contra ERC, la CUP y comunes, al igual que también lo hace Vox.

Por qué la derecha ve en los ataques a las reivindicaciones woke ¿un filón electoral? El profesor de filosofía moral y política de la UPF, Jordi Mir, explica que es un flanco fácil por el que crecer electoralmente dentro de mayorías que se consideran ajenas a las luchas de las minorías. El experto también señala que la etiqueta woke se está utilizando como arma dentro de los movimientos progresistas: "Colectivos de izquierda más preocupados por las condiciones materiales de vida consideran woke quienes se centran demasiado, de acuerdo con su parecer, en temas de género o diversidad", mantiene. Es el caso de la corriente del feminismo que cuestiona, dentro del mismo movimiento, la defensa de los derechos de las personas trans, por ejemplo.

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