¿Por qué la derecha de los EE.UU. no para de repetir una palabra: 'woke'?
A raíz del movimiento Black Lives Matter, los ultraconservadores norteamericanos han abusado del término y lo han pervertido
WashingtonEsta semana se ha hecho viral en EE.UU. un vídeo en el que la periodista Briahna Joy pregunta a su invitada, la escritora conservadora Bethany Mandel, cuál es el significado de la palabra woke, a la que no para de hacer referencia durante todo su discurso. Mandel, sorprendida por la pregunta, se queda en blanco y, después de darse cuenta de que "este es uno de aquellos momentos que se hacen virales", hace una definición muy ambigua: "Es una cosa muy difícil de definir... Vendría a ser la idea que tenemos que reconstruir la sociedad de tal manera que creemos jerarquías de opresión... Lo siento, es complicado de explicar".
El espectro de la alt-right, la corriente de la derecha que impulsó a Donald Trump a la presidencia de EE.UU., utiliza la palabra woke de manera habitual en sus discursos para referirse a todo aquello que suene progresista, tal como hacen los políticos de Vox en España con la palabra progre. “Florida será la tumba de los woke”, dijo el futurible candidato a presidente, Ron DeSantis, cuando fue reelegido gobernador. Los republicanos han llegado a culpar al "capitalismo woke" de la caída del Silicon Valley Bank solo porque en su página web expresa el compromiso con la "diversidad, equidad e inclusión". Así lo tuiteó el congresista por Texas Ronny Jackson: "La agenda woke está llevando nuestro futuro hacia la quiebra".
¿Pero qué significa esta palabra –más allá de su traducción literal, despierto– y por qué la derecha no deja de abusar de ella? "Este término conecta con la larga historia del movimiento por los derechos civiles", explica al ARA la politóloga Terri Givens, experta en discriminación racial y profesora en la Universidad McGill. "Desde una perspectiva afroamericana, significa que tenemos que estar alerta a los constantes ataques de las instituciones contra nuestras comunidades y a su racismo sistémico". Ella, que es negra, la ha utilizado toda la vida: "Nosotros decimos being woke (estar despierto) y no woke (despierto), que es el término que se ha inventado la derecha para insultarnos a nosotros y a todo el mundo que tenga un poco de empatía hacia los afroamericanos, las mujeres, los LGTBIQ o cualquier grupo o minoría discriminada por el sistema".
El origen del uso de esta terminología en un sentido político por parte de la comunidad negra se remonta, al menos, a principios del siglo XX. Pero no fue hasta el año 2014 cuando el término se expandió al conjunto de la población, a raíz del nacimiento del movimiento Black Lives Matter, después del asesinato de Michael Brown a manos de la policía en Misuri. En este contexto, "stay woke" se erigió en la consigna de alerta de los activistas ante la brutalidad policial. Pero con el paso de los años, y especialmente desde las protestas por la muerte de George Floyd, el término se ha convertido en una definición ambigua de la ideología política de izquierdas y su defensa de la justicia social, el feminismo y la teoría crítica de la raza. A pesar de que es un término utilizado por las dos bandas del espectro político, y la mayoría de los americanos lo ven de manera positiva (el 56%, según una encuesta de Ipsos), últimamente la derecha está abusando de él, monopolizándolo y pervirtiendo del todo su significado.
"Básicamente, están utilizando la palabra woke de una manera muy amplia y ambigua para atacar cualquier cosa que no les guste", advierte Givens. "Forma parte de las llamadas guerras culturales, y la estrategia consiste en inventar amenazas que realmente no existen para desviar la atención de los temas que realmente importan. Lo hemos visto con la derogación del derecho al aborto, la prohibición de libros que hablen de raza, género o identidad sexual en las escuelas de Florida, o las leyes contra las personas trans y drag en varios estados. En vez de hablar de políticas económicas, salud o infraestructuras, se centran en estos temas para provocar una reacción en sus votantes más conservadores".
La politóloga pone ejemplos de otras expresiones que están utilizando para conseguir el mismo objetivo: "cultura de la cancelación, corrección política, globalismo..." Conceptos de la nueva habla norteamericana, que acaban importando las derechas latinoamericanas y europeas, y que inundan los debates en las redes sociales.