Aragonés y Rull evitan el choque y centran los ataques en Illa

BarcelonaUn candidato favorito, un aspirante a la reelección con las encuestas en contra y el sustituto de un cabeza de cartel que no puede pisar territorio español. Salvador Illa (PSC), Pere Aragonès (ERC) y Josep Rull (Junts) intercambiaron golpes en un debate de TV3 en el que brillaron también Laia Estrada (CUP) y Alejandro Fernández (PP), cada uno para su público.

La lógica decía que Salvador Illa, como candidato que va a la cabeza, debía concentrar los ataques, pero lo cierto es que el candidato de ERC también recibió críticas a diestro y siniestro por la gestión del Govern. En este contexto llamaron la atención momentos puntuales de tensión entre Aragonès e Illa, mucho más elevada que entre el actual presidente y Josep Rull, que siempre utilizó un tono suave y conciliador y recordó que Carles Puigdemont no podía asistir debido a la "represión durísima del Estado". De hecho, ambos evitaron el choque directo y centraron los ataques en Illa. El socialista buscó elevarse por encima del ruido con un golpe de efecto y anunció que, si es presidente, nombrará a Josep Lluís Trapero como director general de la Policía y Núria Parlon como consejera de Interior. Así se aseguraba a uno de los titulares de la jornada.

Tensión PSC-Izquierda

Esta tensión entre Aragonés e Illa tuvo varios episodios. El primero fue a cuenta de la sequía. El actual presidente criticó la inacción del gobierno español con la desaladora de la Tordera e Illa respondió molesto que ya estaba utilizando “el comodín del gobierno español”. "Las cosas que no se hacen en Catalunya siempre son culpa de otro", se quejó.

Otro enganche estuvo motivado por la financiación. Cuando Illa defendía que conseguiría una mejor financiación Aragonés le interrumpió: “¿Quién había en el gobierno del Estado? Ustedes. ¿Quién tenía el ministerio de Hacienda?”, insistió. "Credibilidad cero", sentenció.

Cuando Illa se rebotó contra Aragonés la candidata de la CUP, Laia Estrada, aprovechó para meter cucharada y recordar al socialista que él había apoyado al gobierno Aragonés. “Yo no he votado la investidura de Puigdemont, Torra y Aragonès”, le respondió el ex ministro de Sanidad.

En general, los dardos entre Illa y Aragonés parecen alejar la posibilidad de un tripartito, ya que la sintonía con Josep Rull fue mucho más elevada. Pero no total. Aragonés celebró la presencia de Rull recordando que era gracias a la negociación de ERC en Madrid por conseguir los indultos y la supresión de la sedición, un ataque a Junts. En otro flanco, Rull criticó la gestión de la sequía del gobierno de ERC, marcada según él por "la improvisación y la indolencia".

Cataluña-España

En el capítulo de la relación Catalunya-España, Rull defendió la vigencia del 1-O "mientras no haya otro referéndum que le sustituya". Aragonés recogió el guante para dar la bienvenida a Junts en la vía negociadora. "Tenemos una oportunidad única para avanzar en dos ámbitos: la solución democrática y la financiación", subrayó.

La candidata que tuvo más dificultades para sobresalir, en coherencia con lo que está ocurriendo en la campaña, es Jéssica Albiach. Para darle solución, los comunes han decidido centrar buena parte de sus ataques en el candidato del PSC, partido con el que se disputan una parte de los votantes. "Habrá un gobierno PSC-Junts, una especie de coalición por el asfalto, o un gobierno con los comunes dentro", subrayó. Albiach incidió en su oposición en el Hard Rock, un proyecto que Rull sí defendió explícitamente como una forma de "reforzar el sector turístico".

Competencia a la derecha

En el flanco derecho hubo una competición muy dura entre Alejandro Fernández, Ignacio Garriga y Carlos Carrizosa, que atacaron más a Salvador Illa que a los propios independentistas. Fernández fue lo más incisivo: “Sé que le molesta, pero usted ha mentido. Juró y perjuró que no apoyaría a los separatistas. Juró y perjuró que no apoyaría a una amnistía. Dos mentiras palmarias”. Éste fue el momento en que a Illa se le vio más molesto. "Me dice que miento, pero ustedes han instrumentalizado Catalunya para obtener votos, y no tienen ninguna propuesta para Catalunya", contestó. Carrizosa se sumó a los ataques a Illa acusándole de vender la falsa noticia de que el Proceso ha terminado. "El Proceso no ha terminado", insistió, y recordó que la demanda de un referendo sigue sobre la mesa.

Garriga pareció extraterrestre cuando proclamó que "no hay ningún problema entre Catalunya y España". "Hay un problema con los partidos separatistas y el PSC". Al inicio del debate el candidato de Vox había enseñado un spray antivioladores para ilustrar la inseguridad que, a su juicio, se vive en Catalunya. Y hablando de inmigración acusó al Gobierno de dar "paguetas a marroquíes". “Sus datos son falsos”, clamó Albiach.

Tenía un cierto interés saber qué diría Rull sobre inmigración dada la preocupación que hay en el partido con Aliança Catalana (AC). Sin embargo, Rull no hizo equilibrios ni fue ambiguo: “Niego la relación entre inmigración y delincuencia –sentenció–. No pactaremos con AC ni por activa ni por pasiva”, aclaró ante las insinuaciones de Aragonès.

A la hora de hablar de alianzas nadie fue demasiado explícito, pero quedaron los vetos de Junts a Illa y de los comunes a Junts, que según Albiach "es la refundación de Convergència". Aragonés insistió en sus condiciones –referéndum y financiación–, e Illa desafió a los independentistas a bloquear su investidura. "Le pasará como a Arrimadas", vaticinó Aragonés. Todo ello dibuja, si no hay un paseo el 12-M, una Catalunya ingobernable.