Así votan a los catalanes que viven en el extranjero
El PSC es la primera fuerza entre los catalanes que viven fuera, aunque sólo ha participado el 7% del censo a pesar de la eliminación del voto rogado
BarcelonaUna población tan grande como la de las ciudades de Lleida y Tarragona juntas pudo cambiar por completo el resultado de las elecciones. Se trata de los catalanes que viven fuera y que forman parte del Censo de Extranjeros Residentes Ausentes (CERA). Son 294.594, pero la participación del censo CERA ha sido sólo del 7%, lo que sitúa la participación final de los comicios al 55%, la tercera peor cifra histórica en unas catalanas. Este viernes se ha realizado el recuento, que no ha alterado el reparto de escaños. Entre los que votan fuera, el PSC ha sido también la primera fuerza, con el 26,2% de los votos, seguido de Junts (23%), el PP (11,6%), ERC (11,56%) , los comunes (7,38%), Vox (5,7%), la CUP (4,1%) y AC (1,6%).
La participación exterior es ligeramente superior a la de las últimas elecciones al Parlament, que fue del 6,21%, pero el aumento ha sido inferior al que cabía esperar teniendo en cuenta que eran los primeros comicios catalanes sin el voto rogado desde 2011 (antes de que se introdujera, la participación se situaba en torno al 25%). Pese a que la mayoría de expertos consideran el cambio positivo –antes debía pedirse expresamente el voto antes de ejercerlo–, la participación no ha vuelto a niveles previos a la reforma. ¿Cuáles son los motivos? De entrada, algunos impedimentos burocráticos que persisten, pero también determina el perfil de los electores.
En cualquier caso, Antoni Montserrat, vocal de estudios y análisis de la Federación Internacional de Entidades Catalanas y residente en Luxemburgo, cree que el cambio tiene “más ventajas que inconvenientes”, porque ahora las papeletas se reciben de forma directa, sin que deban pedirse de forma explícita. Coincide Marc Marsal, abogado especialista en derecho electoral, quien afirma que "suprime trámites y saca cargas administrativas", lo que facilita ejercer el derecho a voto.
Problemas que persisten
Por ahora se puede votar de dos formas distintas cuando se vive fuera: presencialmente en alguna embajada o consulado o por correo postal. Para hacerlo por correo es necesario haber recibido la documentación con el certificado censal, mientras que las papeletas con las candidaturas se pueden imprimir. Lo que denuncian algunos de los catalanes en el exterior es que no han recibido a tiempo esta documentación y no se han podido desplazar para votar presencialmente. La situación se agrava cuando se impugna alguna candidatura, porque no pueden enviarse las papeletas hasta que se resuelve la impugnación, señala Marsal.
“A estas alturas, mientras los que estamos en Europa ya recibimos la documentación para las europeas, me llegan casos de gente que recibe ahora el sobre de las catalanas”, explica Mireia Domènech, periodista especialista en voto exterior que vive en Suiza. Es una situación que ocurre en zonas alejadas de las grandes capitales, básicamente fuera de Europa, y, según Montserrat, por la falta de acuerdo y planificación entre las empresas de correo española y de otros países: “Si no les avisas que recibirán un montón de documentación no se apresuran y lo tratan como si fuera publicidad”, explica. Marsal pone de ejemplo el caso de un catalán que vive en Montana, en el norte de Estados Unidos, al que no le ha llegado el sobre pero que tampoco puede desplazarse a un consulado: “Debe hacer 1.000 kilómetros para votar, como si tuviera que ir de Catalunya a Ourense, y si quiere que le llegue el sobre a un pueblo de Montana ya puede esperar sentado”, explica.
Domènech, que hace tiempo que denuncia en las redes que el sistema es poco transparente, también asegura que muchos votantes no confían en ello porque a los consulados les ponen los datos del remitente, lo que hace que el sobre sea “perfectamente identificable”: “Imagina que votando en Barcelona te hicieran poner el nombre” , reclama. Con todo, Marsal, que es miembro de la Comisión Jurídica Asesora y asesoró al gobierno para las elecciones del 2021, hechas en pandemia, pide calma: “El sobre postal lo abren los funcionarios cuando se debe hacer el escrutinio en Cataluña, y lo separan del sobre de votación, que se recuenta a posteriori”.
¿Cómo votan los extranjeros?
Más allá de las deficiencias, es necesario buscar las explicaciones de la baja participación en otras coordenadas. La profesora de Ciencia Política de la UOC y experta en comportamiento electoral Ana Sofía Cardenal señala cuatro: “El tiempo que lleva fuera es una variable que tiene impacto, así como la expectativa de volver o no al país de origen”, apunta. También añade el contexto político y la polarización del país: "Por eso los picos de participación exterior coinciden con los picos de participación general", argumenta.
Montserrat añade otro motivo, que es el enorme crecimiento del censo CERA. En 2010 era de 133.859 personas, y ahora se ha doblado. Por un lado, ha crecido la gente que ha emigrado y no vuelve, pero la explicación también se encuentra en la Ley de Memoria Democrática. La norma permite “a los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela que originariamente hubieran sido españoles y que, a consecuencia de haber sufrido exilio [...], habrían perdido o renunciado a la nacionalidad española” recuperarla la. “En algunos casos es gente que no tiene ni la remota idea de lo que ocurre en Catalunya y que nunca se planteará votar –dice Montserrat– pero que tienen la nacionalidad por si en su país van mal dados”, remata.
La bolsa de electores del censo CERA es tan grande casi como la de la provincia de Lleida, y los partidos también piensan en ella cuando diseñan sus campañas. Montserrat explica en qué se fijan los extranjeros a la hora de votar: “Hay gente que vota igual que si viviera en Catalunya, pero otros se fijan o bien en las propuestas para la Catalunya exterior y en la campaña que han echado de Cataluña o en si los partidos llevan catalanes extranjeros conocidos en sus listas”. La número dos de Junts en estos comicios, Anna Navarro, por ejemplo, es una empresaria que vivía en California.
Cardenal también apunta que la orientación del voto gira en torno a tres variables: la realidad política de los países donde viven, la orientación política del territorio por el que votan (el voto exterior a las elecciones autonómicas de Madrid fue muy conservador ) y los vínculos familiares o afectivos: “La mayoría de los inputs que reciben a los que están fuera son la familia y los amigos”, expone.
Los países con la mayor diáspora con derecho a voto son Francia, Argentina, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, pero donde más se ha votado es en Austria (22,8%), Suecia ( 17,8%), Portugal (17,2%), Suiza (16,5%) y Dinamarca (16,3%). Donde menos, en Ecuador (0,2%), República Dominicana (1%), Turquía (1%), Cuba (1%) y Venezuela (1,1%).