El retronio de Carles Puigdemont

Enfrentamiento entre Interior y Puigdemont

El conseller dice que el expresidente tuvo un comportamiento "impropio" y él acusa a los Mossos de protagonizar una "ola represora digna de Marlaska o Zoido"

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Joan Ignasi Elena en la rueda de prensa de Interior y Mossos

BarcelonaEl choque es ya total. Este viernes por la mañana el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, y el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, responsabilizaban al expresidente Carles Puigdemont de la huida de Barcelona y del dispositivo policial fallido para detenerle: "No esperábamos un comportamiento tan impropio de quien ha sido la máxima autoridad del país", ha dicho Elena. Malestares una palabra que se queda corta por definir el estado de ánimo de la cúpula de los Mossos y de Interior. Más que molestos, están cabreados y, sobre todo, muy decepcionados con Junts y con Puigdemont. Con las horas, sin embargo, se ha demostrado que su enfado es directamente proporcional al del expresidente después de oír las palabras de Elena. Puigdemont rompió su silencio después de haber desaparecido el jueves de Barcelona y lo hizo para cargar contra Interior y los Mossos: en un mensaje en las redes sociales, les acusó de protagonizar una "ola represora digna de Marlaska o Zoido".

Los Mossos no esperaban que Puigdemont, con una orden de detención vigente del Tribunal Supremo pese a la amnistía, optara por no acudir finalmente al Parlament tras el acto del Arc de Triomf y huyera. "Su actitud se parecía más a la de Jimmy Jump que a la de un expresidente de la Generalitat", ha criticado Sallent. En ciertos momentos, hablaba más la rabia acumulada que la serenidad que caracteriza al jefe de los Mossos. Una rabia que también se deja entrever en las palabras de Puigdemont para responderle: "El conseller y el comisario jefe han tenido una pataleta al ver que el espantoso, incomprensible ya veces delirante dispositivo policial no lo ha entendido nadie y sólo ha servido para molestar a los ciudadanos", ha afirmado el expresidente. Puigdemont también acusa a los Mossos de estar haciendo pagar a personas de su entorno "por no haber estado a la altura del momento", en referencia a las detenciones de tres mossos d'esquadra para ayudarle a huir.

En la jornada de este jueves, la policía esperaba que Puigdemont hiciera el discurso en el escenario, desfilara por el paseo Lluís Companys e intentara acceder al Parlament por uno de los accesos, donde estaba previsto detenerlo. Y de ahí la decepción. No había ningún acuerdo para facilitar su detención (Sallent lo ha reiterado hoy) y, de hecho, desde Junts también dijeron que no venía a Catalunya para "dejarse detener", pero sí los mensajes informales del en torno a Puigdemont decían lo mismo: que intentaría entrar en el Parlament, apuntan fuentes conocedoras de las conversaciones. Por eso, el dispositivo de los Mossos se basó, principalmente, en este escenario. ¿Por qué no se previeron otras alternativas? Según la policía, era una remota posibilidad. En la publicación de este viernes, Puigdemont reiteró que no "facilitará" su detención.

Sea como fuere, desde los Mossos no se esperaban la huida, lo que pone en evidencia su dispositivo previsto para un desenlace pacífico. "A la gente no se la utiliza ya las entidades tampoco; los ciudadanos no pueden ser extras de un engaño. Basta engañar, jugar con sentimientos", aseguró duramente el conseller Elena, que acusó a Puigdemont de querer "dinamitar" un lleno de investidura "sencillamente porque no le gustaba el resultado". Éste es uno de los principales argumentos de la conselleria para justificar el error estratégico, que "nadie se esperaba esta actitud de un expresidente". Y, en palabras de Sallent, tampoco se esperaban que "cargos públicos y autoridades del país intentaran dificultar la actuación policial". Lo ha dicho en referencia al presidente del Parlament, Josep Rull, y algunos diputados de Junts que hicieron de escudo de Puigdemont antes de que llegara al escenario. "Creemos que no es una actitud leal hacia los Mossos", ha insistido Sallent. Interior y la cúpula de los Mossos creen que Puigdemont hizo este jueves el peor servicio a la policía catalana. En cambio, el expresidente cree que la "degradación" del cuerpo policial la están haciendo los actuales responsables llevando a la policía hacia su "españolización". "¿No se le cae la cara de vergüenza?", se ha preguntado Puigdemont.

Previsiones

La rueda de prensa de Interior también ha servido para analizar lo que falló en el dispositivo de este viernes. Todo se torció tras el discurso de Puigdemont en el Arc de Triomf. "Nuestra previsión era realizar la detención en el lugar más idóneo, de acuerdo con los principios de proporcionalidad y oportunidad", ha dicho Sallent. Es decir, a la entrada del Parlament y no después del discurso, cuando estaba "rodeado por 4.500 personas". "Pero no fue como habíamos previsto", admitió Sallent. Explicó que antes habían valorado la posibilidad de que huyera, pero no era "la más factible". Según el atestado policial, Puigdemont se puso un sombrero de paja (el expresidente lo niega) en medio de una marea de sombreros calcados que llevaban los organizadores del ANC. Pasó por una carpa y se puso un gorro. Luego, subió a la Honda blanc con Jordi Turull. El atestado de los Mossos afirma que un agente de paisano (que fue increpado en varias ocasiones) vio la secuencia y les siguió.

Sallent explicó que lo hizo corrientes, y perdió el coche en la calle de Ramon Trias Fargas, junto a la circunvalación del Parque de la Ciutadella. Hubo un momento que le tuvo a tocar, a menos de diez metros, pero el semáforo volvió a ponerse verde. Había tres drones y un helicóptero, pero lo perdieron. El jefe de los Mossos ha admitido este viernes la falta de planificación que varios cargos policiales criticaban este jueves: el escenario de la fuga no era, ni mucho menos, lo previsto, y se notó. Fuentes de alto nivel de la policía afirman que confiaron en Puigdemont, pero el expresidente obedeció a otros parámetros teniendo en cuenta que se jugaba ir a la cárcel. Incluso, mientras Puigdemont huía, Sallent iba a la puerta del parque, la que está junto a la calle Wellington, donde estaba la cúpula de Junts y donde creían que podía estar el expresidente.

La respuesta a la huida de Puigdemont fue activar la operación Jaula, que el expresidente ha criticado tildándola de desproporcionada. Sallent también defendió el lanzamiento de gas pimienta a manifestantes que quisieron entrar en el parque diciendo que tenían una actitud "que hacía años" que no veían. Y la detención de tres mossos por ayudar al expresidente: "Es un acto reprobable; no merecen vestir nuestro uniforme".

El sindicato de los Mossos USPAC ya ha reaccionado en la rueda de prensa pidiendo la dimisión de la cúpula política y policial de los Mossos. En la policía se abre ahora un tiempo de incertidumbre. No tanto por los errores estratégicos de ayer (desde Interior descartan ceses) como porque viene un nuevo Govern. Hoy ha sido la última aparición pública de Elena como consejero de Interior, de Ferrer como director de la policía y el tiempo dirá si de Sallent como comisario jefe.

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