El regreso de Carles Puigdemont

Llarena pide explicaciones a los Mossos ya Marlaska por la escapada de Puigdemont

Feijóo exige responsabilidades al gobierno español mientras Bolaños pasa el balón al cuerpo policial catalán

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El juez Pablo Llarena saliendo del Tribunal Supremo.

MadridUn día después del fugaz regreso de Carles Puigdemont a Catalunya, desaparecido tras su intervención en el atril del paseo Lluís Companys de Barcelona, ​​las miradas se dirigen a los Mossos d'Esquadra por la incapacidad de detener al líder de Junts. Entre ellas, la del juez instructor de la causa del Proceso en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, quien mantiene activa la orden de detención en el Estado contra el expresidente de la Generalitat tras rechazar aplicarle la ley de amnistía. Llarena estaba preparado para activarse en cuanto Puigdemont fuera detenido, una hipótesis que en el alto tribunal se daba por hecha después de casi siete años de persecución por Europa con el anunciado regreso para la investidura de Salvador Illa. Que se haya visto frustrada esta expectativa ha llevado al magistrado a pedir explicaciones al cuerpo policial catalán y también al ministerio del Interior encabezado por Fernando Grande-Marlaska. También el Tribunal Superior de Justicia (TSJC) reclamó al comisario jefe del cuerpo, Eduard Sallent, información sobre el operativo de ayer.

Llarena pone en cuestión la actuación tanto de los Mossos como de la Policía Nacional, que es el cuerpo que tiene competencia en control de fronteras. En dos providencias pide que le informen sobre qué ocurrió para que Puigdemont pudiera escapar. "Cuál era el operativo aprobado y dispuesto para su detención", "los elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial" así como "los agentes responsables" tanto del diseño como de la aprobación y ejecución del operativo son las cuestiones sobre las que Llarena pregunta en el escrito dirigido a los Mossos por el hecho de que no lograron arrestar al líder de Junts pese al amplísimo dispositivo desplegado en las inmediaciones del Parlament.

En paralelo, Vox y Hazte Oír tiraron ayer por el derecho y se querellaron contra algunos de los responsables del operativo. Precisamente a raíz de estas dos querellas que ha recibido el TSJC, el tribunal ha enviado un oficio a Sallent en el que le da 10 días para que informe sobre el dispositivo. En concreto, le reclama documentación sobre la planificación y elaboración del operativo y de cómo se desarrolló. Además, el tribunal quiere que Sallent le envíe una evaluación policial de la ejecución del dispositivo. Con esta información, el TSJC valorará si admite o no las querellas de Vox y Hazte Oír.

En el escrito enviado al ministro del Interior, el otro mayor señalado contra quien la extrema derecha también ha emprendido acciones legales, el juez instructor del Supremo pregunta sobre el operativo en torno a Puigdemont, "para su detección en frontera y posterior detención" a la llegada a Catalunya y "las órdenes cursadas" para interceptarlo una vez había emprendido la "huida" después de "protagonizar un acto público". Llarena no ha sido el único en poner el foco también en Marlaska. Alberto Núñez Feijóo ha pedido este viernes su "cese inmediato" por el fracaso del operativo policial por detener a Puigdemont. En un mensaje en X, el líder del PP insiste en situar al gobierno español como el máximo responsable de que el expresidente de la Generalitat pudiera protagonizar esta "farsa".

Feijóo no sólo ha responsabilizado a Marlaska, sino que también ha pedido la destitución de la ministra de Defensa, Margarita Robles, por la "negligencia" del CNI y la comparecencia urgente de Pedro Sánchez en el Congreso. El mensaje enviado a lo largo de ayer por los populares era que el presidente del gobierno español era el culpable de la no detención de Puigdemont. "Lo ocurrido es incalificable y no puede quedar impune", ha dicho Feijóo a X, y ha añadido que el ejecutivo español "no puede continuar de vacaciones riéndose de los españoles". En la misma línea se ha pronunciado el líder de Vox, Santiago Abascal, quien ha defendido en la misma red social que Sánchez, Marlaska y la directora de los servicios de inteligencia españoles, Esperanza Casteleiro, deberían haber ya dimitido. No lo hacen porque son "cómplices" de Puigdemont, apuntó.

La única respuesta del gobierno de Sánchez ha sido la del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, que es el primer miembro del consejo de ministros que valora el fugaz regreso del líder de Junts. En una atención a los medios desde París, donde asiste a los Juegos Olímpicos, Bolaños ha pasado la pelota a los Mossos remarcando que era el cuerpo policial catalán quien tenía la responsabilidad del operativo. El titular de Presidencia y Justicia esquivó así las críticas y se limitó a lamentar que fue un "episodio que no aportó nada a la sociedad catalana".

Bolaños, por tanto, ha pasado de puntillas por encima de la actuación del líder de Junts, en línea con el silencio mantenido en los últimos días en el Palacio de la Moncloa y en el PSOE, y ha insistido en el único mensaje que enviaron ayer a Sánchez y al resto de dirigentes socialistas, que instan a pasar página. Según ha argumentado el único ministro con agenda pública este viernes, la investidura del líder del PSC "cierra una etapa" y "abre una concordia" con un presidente de la Generalitat que "se ocupará de lo que importa" después de que se haya culminado la estrategia de "patriotismo inteligente" del jefe del Ejecutivo español.

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