Política e Iglesia

El ensañamiento de Vox con la Iglesia por el catalán

El partido de extrema derecha ha cargado con dureza contra el arzobispo de Valencia y su plan de normalización de la lengua

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El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, presidiendo la fiesta de la solemnidad de la Inmaculada Concepción en la Basílica de Valencia

BarcelonaVox suele atacar al islam con contundencia, mientras se erige en defensor de la "tradición judeocristiana", pero esto no ha impedido que sus posicionamientos hayan topado a veces con la Iglesia católica o con el propio papa Francisco. En esta ocasión han puesto en la diana al arzobispo de Valencia, Enrique Benavent. Es el objeto de sus críticas por haber editado y publicado los Evangelios en catalán en Valencia, en el marco de la normalización de la lengua, a la que los ultras se oponen frontalmente. El vicepresidente y consejero de Cultura del gobierno valenciano, el torero Vicente Barrera, pidió esta semana –en castellano– que Benavent rectificara su política lingüística, haciendo suyas las acusaciones de la anticatalanista Real Academia de Cultura Valenciana (RACV), que va lamentar en un comunicado la "catalanización" de los textos sagrados, contrarios al "auténtico valenciano". ¿Qué le ocurre a Vox con la Iglesia valenciana? ¿En qué situación se encuentra la lengua en la institución?

El ensañamiento se materializó cuando Barrera volvió a hacer gala de secesionismo lingüístico reprochando al arzobispo que los valencianos tienen su "propio idioma, que es el valenciano, nunca el catalán", y que había que poner el acento en una supuesta diferenciación. Una diferencia inexistente según la academia, pero Vox se aferra en unas Normas del Puig de uso residual. En este sentido, reaccionó el Grupo Cristiano del Sábado, de fieles valencianistas comprometidos con el Concilio Vaticano II. En conversación con el ARA, Vicent Estelrich, miembro de la organización, recalca que "la normalización no está hecha" porque había habido "muchas reticencias", mientras que ahora "es verdad que el arzobispo va mostrando ganas y habla valenciano con normalidad" en sus prédicas. Además, el sábado difundieron un manifiesto de apoyo y ya están enviando cartas al arzobispo "para que no se atemorice y sepa que no está solo".

En el mismo sentido se expresa la presidenta de Acción Cultural del País Valenciano, Anna Oliver, quien afirma que la situación es "difícil" en la Iglesia por la herencia histórica y que el talante del arzobispo molesta los antivalencianistas. "Tiene una sensibilidad diferente, es respetuoso con la realidad lingüística y esparcir la misa en valenciano es coherente con su trayectoria". Asimismo, lamenta que un conseller "vaya en contra del Estatut" y la lengua, y compara a Benavent con el anterior arzobispo, Antonio Cañizares, "furibundo contra el valenciano", que nunca utilizaba, y partidario del "españolismo" ".

Contra la "tranquilidad"

Ahora bien, Estelrich apunta que la normalización en la Iglesia "no está yendo deprisa como queríamos, [el arzobispo] todavía no ha animado en firme a los presbíteros a hacer las misas en valenciano". Sin embargo, ¿por qué existe la oposición total de la RACV y, sobre todo, de Vox? Porque para ellos Cañizares proporcionaba "tranquilidad" en términos de lengua, contra la que carga el activista: "Para ellos, la paz social es hablar en castellano, le tienen ganas, pero no es raro que se metan con "Iglesia porque se llenan la boca de ser cristianos, pero sus políticas no tienen nada que ver". Oliver añade que Vox lo necesita para generar "ruido mediático" y para "conflictivizar la lengua". Y añade otro elemento, que también comparte Estelrich: "Quienes dicen que el valenciano es un idioma distinto al catalán no lo hablan". Y destaca que son una "minoría".

¿Y qué ha cambiado con Benavent, más allá del uso del catalán? "Ahora vas al arzobispado y puedes hablar en valenciano, ya no es visto de mala educación como antes ni da vergüenza", explica Estelrich, una anécdota que permite entender "la hostilidad" recurrente de antes. De hecho, todavía está muy retrasado el uso del propio idioma. A estas alturas, comenta que "la norma es en castellano" y que ni siquiera tienen los textos sacramentales en valenciano. Por eso, la comunión de los niños o la confirmación de los creyentes "se hacen por defecto todas en castellano" y si una familia quiere hacer la comunión en catalán en el País Valenciano debe pedirlo expresamente, algo "poco habitual". Una situación diferente a la catalana, aunque también cristianos catalanistas han denunciado la castellanización de la vida eclesial.

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