Esperanza Casteleiro, la espía "que lo sabe todo del CNI"

La nueva directora del organismo, hasta ahora número 2 de Robles, fue secretaria general entre 2004 y 2008

MadridLejos de castigar el liderazgo político de Margarita Robles sobre el CNI, el gobierno español refuerza la influencia de la ministra de Defensa sobre los servicios de inteligencia. Una persona de su máxima confianza, la hasta ahora secretaria de estado de Defensa –su número 2–, Esperanza Casteleiro, será la nueva directora del organismo en "sustitución" de Paz Esteban, tal como lo ha querido denominar Robles este martes en rueda de prensa. La ministra ha hablado de una "nueva etapa", un "nuevo impulso" y una "modernización" que pilotará una veterana funcionaria de inteligencia. Casteleiro, nacida en Madrid y con orígenes en Ferrol, de 65 años, "lo sabe todo del CNI".

Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, entró al Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) en 1983, con 27 años. Su antecesora también había ingresado el mismo año, pero a diferencia de ella, Casteleiro ha sido espía de campo en el exterior, tanto antes de que el CESID se convirtiera en el CNI el 2002 como después. De los destinos que se le conocen, destacan La Habana y Lisboa. En el ámbito interno, ha ocupado varias posiciones de responsabilidad como la de jefa de la división de contrainteligencia y la del área de recursos humanos. La más destacada, sin embargo, fue de secretaria general de la institución entre 2004 y 2008, bajo la dirección de Alberto Saiz, elegido por el entonces ministro de Defensa José Bono.

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Casteleiro fue relevada antes de la dimisión de Saiz –señalado por un presunto desvío de fondo– y volvió a hacer misiones en el exterior hasta el 2014. Bajo el gobierno del PP y con el CNI dirigido por Félix Sanz Roldán adscrito al ministerio de Presidencia de Soraya Sáenz de Santamaría, Casteleiro capitaneó la unidad de inteligencia del CNI en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) hasta el 2018. Con la llegada del PSOE a la Moncloa, aquel año hizo el salto al ministerio de Defensa de la mano de Robles y se convirtió en su jefe de gabinete, un cargo de plena confianza.

Una apuesta continuista

Después de las elecciones de noviembre del 2019 y la configuración del gobierno de coalición con Unidas Podemos, su nombre aparecía en las quinielas como posible directora del CNI, dado que Paz Esteban estaba al cargo en funciones después de la salida de Sanz Roldán. Aun así, Robles apostó por mantener a Esteban y situar a Casteleiro en la secretaría de estado de Defensa, un lugar que pasa ahora a manos de María Amparo Valcarce, hasta ahora subsecretaria del ministerio. La apuesta de la ministra, pues, es continuista y alejada de la "depuración del organismo" que piden sus socios de gobierno.

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"Es una mujer del CNI. Tiene todos los valores de los funcionarios, ha hecho renuncias y nunca ha querido protagonismo", ha destacado Robles, que se ha mostrado "encantada" con el relevo. A pesar del contexto del caso Pegasus, Robles ha hablado de las amenazas en ciberseguridad y ciberinteligencia como el principal desafío actual para el CNI, cosa que ya estaba en la agenda del mandato de Paz Esteban. De hecho, la directora saliente, en una de las pocas apariciones públicas que hizo, había pronunciado una conferencia al respecto el 2019.

Como número 2 de Defensa, en cambio, Casteleiro ha tenido que comparecer ante la comisión del Congreso. Uno de sus integrantes anota un trato "correcto" con ella. La última vez fue el octubre pasado para exponer el presupuesto del ministerio. Todavía sin guerra en Ucrania, apuntaba a las dificultades para que las cuentas de Defensa supusieran el 2% del PIB, un incremento que ahora la OTAN reclama con urgencia. Probablemente, la próxima comparecencia de Casteleiro en el Congreso será ya a puerta cerrada en la comisión de secretos oficiales, allí donde Paz Esteban escribió su último capítulo como directora de los servicios de inteligencia. Explicó que 18 personas fueron espiadas con autorización judicial. ¿Puede ser que la mujer "que lo sabe todo del CNI" sepa quién espió a las más de cuarenta personas que quedan por esclarecer?