Sin fecha a una semana de la mesa de diálogo

La suspensión de la ampliación del aeropuerto enrarece los días previos al encuentro

MadridQuim Torra y Pedro Sánchez acordaron el 20 de febrero de 2020 que la mesa de diálogo se reuniría al cabo de seis días, el 26. Ya se vivió un sainete, con intercambio de cartas incluido para desencallar la fecha. La semana que viene se acaba el periodo en el que se debería de producir la segunda reunión del espacio de negociación entre la Generalitat y la Moncloa y tampoco se conoce el día exacto. Hace días que se han empezado los contactos preparatorios para el encuentro, pero complicaciones en la agenda de los participantes -aún no se conocen los detalles- dificultan las concreciones, asegura la Moncloa, el choque por la suspensión de la ampliación del aeropuerto de El Prat ha enrarecido todavía más la cita.

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En la primera y única convocatoria de la mesa de negociación, se conocía a más de una semana vista que por parte del gobierno español asistirían el presidente, Pedro Sánchez, y los ministros Carmen Calvo, Pablo Iglesias, Salvador Illa, Carolina Darias y Manuel Castells. El Govern mantuvo secreto hasta dos días antes su delegación, que comprendía ocho personas. Esto hizo que la Moncloa incorporase a José Luis Ábalos y María Jesús Montero. Iglesias se quedó fuera a última hora por una amigdalitis. Esta vez solo se sabe que estará presente la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que llevará una propuesta propia, y que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, también apuesta por participar.

La Moncloa, en cambio, sigue sin garantizar que Sánchez acuda a la cita y ni siquiera ha confirmado la presencia del ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, que antes de la remodelación del gobierno español asumió la cartera de Política Territorial para liderar así la carpeta catalana. En cuanto a la fecha, Aragonès y Sánchez pactaron en junio que sería la semana del 13 de septiembre y los últimos días ha cobrado fuerza la hipótesis de que sea el 16 o el 17 (jueves o viernes), visto que los días anteriores la agenda está llena: el martes consejo ejecutivo en el Palau, consejo de ministros en la Moncloa y sesión de control en el Senado; al día siguiente, sesión de control en el Congreso y declaración ante el juez de los miembros de la anterior mesa del Parlament. El viernes 17 está previsto un viaje de Sánchez a Grecia, de manera que si finalmente asiste, tendría que ser el jueves.

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El gobierno de España seguía este jueves jugando con la incertidumbre. Fuentes de la Moncloa situaban como una "posibilidad" que la reunión sea la semana que viene y evitaban negar que pudiese saltar a la siguiente. En una comparecencia en el Congreso, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, utilizó la expresión "en los próximos días". A pesar de las dudas con la fecha, el compromiso de celebrar la reunión es firme. De hecho, el número dos de Sánchez se ha mostrado "sorprendido" que Junts no quiera dar una oportunidad al diálogo. Después de que la consellera Gemma Geis dejase en el aira la participación de su partido (si Sánchez no acude), este jueves el diputado en el Congreso Josep Pagès ha restado "credibilidad" a la mesa. El ministro ha calificado de "extraño" que se ponga en cuestión el instrumento antes de ver si se puede lograr algún avance. Según la Moncloa, la posición titubeante de Junts es la que dificulta perfilar los detalles del encuentro.

Carpetas separadas

No obstante, el conflicto por la suspensión de la ampliación del aeropuerto de El Prat ha liado más los preparativos debido a los dardos que se han cruzado dirigentes del PSOE y ERC. En rueda de prensa este jueves, Aragonès ha puntualizado que un tema no influye en el otro, como ya había hecho el miércoles el vicepresidente, Jordi Puigneró. Es decir, que la mesa de negociación se tendría que celebrar como estaba previsto a pesar de que las relaciones se hayan enfriado, según informa Quim Bertomeu. "No solo no afecta sino que vamos con más fuerza que nunca", ha dicho. El president tiene claro "que hay mucha gente que quiere que la mesa de negociación fracase", pero ha enfatizado que por él "no será". Además, ha considerado que tampoco debería afectar a una eventual negociación de su partido, ERC, con el PSOE para aprobar los presupuestos generales del Estado: "mezclar carpetas sería un error y yo no lo cometeré".