Feijóo obtiene manos libres para pactar tanto con Vox como con un PSOE no sanchista

MadridAlberto Núñez Feijóo quiere tener el máximo margen de maniobra posible para llegar al Palau de la Moncloa. Esto implica no cerrar la puerta a ninguna opción de pacto, con la excepción de EH Bildu a quien sí le aplica un cordón sanitario. Ahora bien, es el único que está dispuesto a mantener, tal y como ha proclamado durante el cierre del congreso del PP, del que sale con las manos libres para buscar alianzas pese a que la presión del ala dura de los populares para intentar vetar al independentismo. Feijóo ha querido ser "claro" y ha afirmado que no descarta pactar con Vox, pero que tampoco cierra la puerta a hacerlo con un PSOE no sanchista. "Con el sanchismo no se puede acordar, pero eso no significa renunciar para siempre a los socialistas", ha remarcado la política " "un gobierno en solitario".

"A Vox le decimos o Sánchez o Feijóo", remarcan fuentes de Génova, que reivindican la "libertad" de movimientos que el presidente del PP ha defendido en sus intervenciones. En la de este domingo, Feijóo ha subrayado que no hará ni lo que le pide Vox ni lo que le reclama la izquierda. "La presidencia del Gobierno exige grandeza, y yo la tendré", remachó, sobre la aspiración a llegar a pactos con todas las formaciones estatales, con las que quiere alianzas parlamentarias, ya representar la "centralidad" del Estado. El PP, que ya ensayó la entrada de Vox en gobiernos autonómicos, aseguró que no quiere repetir esta fórmula fallida en el gobierno español. "El único gobierno de coalición que ha habido hasta el momento [el del PSOE con Unidas Podemos o Sumar] no ha funcionado. No quiero dar los mismos espectáculos", ha justificado.

En cuanto a los partidos independentistas, Feijóo tampoco ha querido descartarlos, si bien ha cargado contra las alianzas que ha establecido Pedro Sánchez. El presidente del PP ha tranquilizado a los suyos que por mucho que esté dispuesto a hablar con ellos, pondrá límites y no será una situación comparable con la actual. "¿Cuál será la relación con los nacionalistas? Claridad y vigilancia. No me dedico a engañar a nadie, tampoco a ellos. Fuera de la ley y de la Constitución, nada de nada", ha afirmado. Desde la cúpula popular aseguran que con Feijóo terminarán los "mercadeos" y que las minorías "no marcarán el rumbo de la nación" por mucho que sean "escuchadas". "No voy a dar al independentismo lo que no quiero ni le puedo dar. No me someteré [...] ni voy a consentir más desafíos en nuestro país", ha garantizado.

Ayuso avisa de que "volverá el golpe a Catalunya"

Esta puerta abierta a entenderse con todo el arco parlamentario, pese a las delimitaciones que hizo Feijóo, contrastó con la dureza del discurso de Isabel Díaz Ayuso, que le precedió en la clausura del cónclave. "Volverá el golpe a Catalunya y esta vez nadie podrá detenerlos", proclamó la presidenta madrileña que, pese a haber expresado reiteradamente su oposición a aproximarse a Junts, cerró filas con el líder popular. "Este es tu momento, tienes a todo el PP detrás de ti", aseguró. Como ya hizo el expresidente José María Aznar en la primera jornada, Ayuso ha sido la encargada de calentar el ambiente con los ataques más implacables contra el independentismo y Sánchez.

La presidenta madrileña ha comparado la situación actual en España con la de un régimen no democrático al que ha bautizado como "sanchismo-comunismo dirigido por el cinismo". "Señor Sánchez, privilegio eres tú, comunismo eres tú y, si pudieras, te pondrías el chándal caribeño, y lo sabes", aseveró. Ayuso criticó que el líder del PSOE admitió que los socialistas son corruptos y que tienen "el gobierno más grande pero inútil de la historia", pero que resistirá porque así "no gobierna la derecha". Ante este panorama, la líder del PP madrileño hizo un llamamiento a derribar el "muro" de Sánchez, que comparó con el de Berlín, y se puso a disposición de Feijóo para derribarlo con "pico y pala" ahora que está "grietado".

"Hoy empieza todo"

El PP clausuró el congreso satisfecho por haber insuflado optimismo y entusiasmo entre los suyos. "Hoy no termina nada, empieza todo. Es el acto fundacional de un nuevo tiempo", afirmó Feijóo. Ahora bien, al mismo tiempo hizo un llamamiento a la "prudencia" para evitar que vuelva a ocurrir lo mismo que en 2023. "No nos confiamos con la sonrisa de las encuestas", pidió. Si logra llegar finalmente a la Moncloa en el segundo, y previsiblemente último intento, Feijóo se comprometió a impulsar diez medidas entre las que se encuentra una "regeneración democrática para recuperar el estado de derecho", rebajas fiscales y medidas para "reducir la inmigración ilegal". Justamente este punto es el que más entusiasmo ha generado entre los compromisarios, que se han levantado a aplaudir cuando el líder popular ha defendido que "España debe ser un país abierto, pero no ingenuo": "Aquí no vale todo. La convivencia se construye con orden y control", ha dicho.

En esta materia, Feijóo ha endurecido el discurso. Un intento de atraer a votantes que podrían ir a Vox y también una concesión al ala dura del partido, al que ha pedido estas manos libres en la política de pactos, pero al que ha hecho guiños tanto a la ponencia política como al perfil de algunos de sus nombramientos –como es la elección de Miguel Tellado como número dos, de Esther Muñoz como portavoz en el Congreso o el ascenso de Cayetana Álvarez de Toledo en la ejecutiva del partido–. Además, Feijóo ha incluido en el decálogo a uno de los caballos de batalla de la presidenta madrileña, como es la que mantiene contra el uso generalizado de las lenguas cooficiales, y ha prometido una "ley de lenguas" para "garantizar que en España todos los niños puedan ser educados en español". Ayuso ha advertido al líder del PP de que "revertir" toda "la herencia sanchista" supondrá mucho trabajo, pero ha confiado en que este "madrileño de Galicia devuelva a España a los españoles, como ocurrió en la Transición".