NOVEDAD EDITORIAL

La fórmula Cuixart para salir del callejón sin salida: buen gobierno y referéndum

El presidente de Òmnium publica sus reflexiones de la prisión

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La celda del presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, a la prisión de Almeces.

Barcelona“Hemos vivido un tiempo de desconcierto [...]. Lo hemos vivido y ya está: no podemos permanecer de manera indefinida”. En plena división estratégica del independentismo, con tensiones constantes en el Govern y entre los partidos, y con la movilización en la calle flojeando por la carencia de un rumbo claro y definido, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, presenta su receta para salir del callejón sin salida. Lo hace a través de un libro –Jordi Cuixart: aprenentatges i una proposta (Ara Llibres)– que llega hoy a las librerías y con el que espera poder aportar luz en este momento de cierta desorientación.

¿Y cuál es su fórmula? A lo largo del libro Cuixart desgrana como principal aprendizaje el hecho que el movimiento independentista se ha situado ya como un referente de la lucha no violenta, y por lo tanto anima a seguir por este camino. Pero ¿con qué objetivo? Cuixart identifica el vector “referéndum” como lo que ahora mismo une a todas las patas del independentismo y por eso vuelve a ponerlo sobre la mesa: “Hay que comprometerse a gobernar bien Catalunya y, a la vez, comprometerse a celebrar un nuevo referéndum pronto y sin más adjetivos. Tanto si al Estado le place como si no le place. Esto es el ‘Lo volveremos a hacer’: votar tantas veces como haga falta”.

Jordi Cuixart en la prisión de Lledoners

La propuesta de Cuixart choca ahora con tres posicionamientos diferentes de ERC, Junts y la CUP, a pesar de que a quien más se acerca es al de los cupaires. ERC considera que la pantalla del referéndum unilateral está pasada y que hay que forzar una negociación con el Estado para que el próximo sea vinculante y reconocido internacionalmente, y por lo tanto tiene que ser pactado con el Estado. Para Junts, a pesar de que Quim Torra hizo una propuesta parecido cuando era presidente, el referéndum válido a estas alturas continúa siendo el del 1-O, y cualquier propuesta para hacer uno de nuevo implica deslegitimar el que se hizo en 2017. La CUP sí que quiere hacer otro referéndum unilateral, pero concreta más que Cuixart y lo sitúa en el año 2023 coincidente con el que prepara Escocia.

Pero el presidente de Òmnium no hace esta propuesta en el vacío sino después de detallar los aprendizajes de la prisión y no rehuir cierto grado de autocrítica. Cuixart escribe sobre 2017: “Mostramos mucha determinación, pero también, seguramente, falta de memoria histórica”. Y es que “quizás no somos verdaderamente conscientes de la magnitud de lo que pretendíamos hacer: crear un nuevo Estado en la Europa occidental. Poca broma. El objetivo era (¡es!) ambicioso: hacer aquello que nadie ha conseguido desde hace cien años. Nadie”. Y añade: “Quiero decir que quizás hemos subestimado la dimensión del reto. Y que puede ser ahora, hoy, al mismo tiempo, subestimemos el alcance de lo que ya hemos hecho”.

Portada del nuevo libro de Jordi Cuixart, "Aprenentatges i una proposta"

Porque es cierto que si bien Cuixart no otorga al 1-O el valor de un referéndum con carácter legal, sí que lo sitúa como el punto de inflexión. “Fue un acto de desobediencia civil masivo. Grandioso, nunca me cansaré de recalcarlo. Precioso. Porque [...] se marcó claramente un cambio de estrategia”. Pero, obviamente, no fue suficiente para el reto que se había marcado. “Fue un cambio no consolidado. Es decir, sin continuidad: no había prevista la posibilidad de una resistencia no violenta para mantener y defender el resultado de las urnas”. Pero Cuixart se aleja mucho del discurso antiinstitucional o antipolítico. Él es un activista y le toca presionar desde fuera. Y los políticos que hagan el trabajo.

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