Adrià Catasús: "La Generalitat pone una alfombra roja para que la Fiscalía pida lo que le dé la gana"

BarcelonaEl TSJC acordaba el 5 de mayo rebajar la condena y evitar el ingreso en prisión de Marcel Vivet, condenado inicialmente a cinco años. Por los mismos hechos será juzgado el 31 de mayo Adrià Catasús, a quien la Fiscalía pide ocho años. La defensa del joven militante de la CUP del barrio del Clot de Barcelona alegará esta duplicidad en la acusación para reclamar su absolución.

Su caso va ligado al de Marcel Vivet, pero ha ido mucho más lento.

— Se abrieron dos procedimientos judiciales diferentes, el proceso se fue alargando y ya llevamos más de tres años.

A diferencia del caso de Vivet, la Generalitat no se presenta como acusación particular.

— No. Se descuelga porque suponemos que se da cuenta de la duplicidad de las acusaciones.

El tema de la duplicidad se hace público después de la sentencia contra Vivet.

— Nos damos cuenta cuando se acaba el juicio de Marcel y llega la sentencia. No queríamos que su sentencia fuera modificada y lo quisimos utilizar como vía de recurso de Marcel y para mi defensa.

Curiosamente, esta duplicidad no ha sido tenida en cuenta por el TSJC a la hora de rebajar la condena a Vivet.

— El juez que condenó primero a Marcel, que sigue la línea de la Fiscalía, consideró que el palo de una bandera de un centímetro es un objeto peligroso como si fuera un arma de destrucción masiva y dictaminó el máximo grado de agravante, pero en la revisión de la sentencia se ha anulado. Sí que desestimó que haya una duplicidad cuando así queda reflejado en la minuta y la declaración del agente. Reduce la condena, pero avala la versión del agente.

Tanto los Mossos como el tribunal hablan de dos golpes: uno en la muñeca, que es el que habría dado Vivet, y otro en el casco, que podría ser el suyo.

— Ni lo sabemos. En los dos atestados hay una sola minuta policial que habla de un golpe únicamente. Una minuta que se hizo, por cierto, diez días después de la supuesta agresión, cuando los mossos lo tienen que notificar el mismo día. Al cabo de un tiempo, el agente declaró durante la fase de instrucción de mi causa que recordaba una sola agresión, pero que había recibido otros golpes. Unos golpes que no citó en su día y que no se detallan ni en la minuta ni en el comunicado médico. Después salieron el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, y el secretario general de Interior, Oriol Amorós, y hablaron de golpes en plural.

Sin embargo, en el juicio de Vivet el agente que los ha imputado dijo que recibió un golpe.

— Sí. Si declaró en el juicio que recibió un golpe, ¿cómo puede ser que se me esté persiguiendo a mí? ¿Ahora el agente dirá que mintió en el otro juicio y que recibió más golpes? Esta es la duda que tenemos. Este mosso mentirá ahora o habrá mentido en el juicio de Marcel o quizás mentirá en los dos inventándose una agresión.

¿El agente que os inculpa se cogió la baja?

— No. La Fiscalía me pide 8 años de prisión, después de que la Generalitat se retirara, cuando no hay ningún comunicado médico que acredite la agresión. Con Marcel, a quien le pedían 6 años, sí que había. La Fiscalía tira los dados sin mirar la documentación. No se entiende que me pidan más años a mí. La Generalitat pone una alfombra roja para que la Fiscalía pida lo que le dé la gana.

Han denunciado la presencia de grupúsculos españolistas en el cuerpo de los Mossos.

— Hay unos sindicatos que tienen una línea autoritaria contra los movimientos populares. A modo de ejemplo, ningún mosso se ha negado a intervenir en desahucios a pesar de que tienen la opción de hacerlo. Es bastante sintomático.

¿La rebaja de la condena a Vivet le da esperanzas?

— Es bueno, pero es grave que hayamos de celebrar que lo condenan a un año y medio, y que la versión del agente prevalezca.

¿Cuál será su estrategia de defensa?

— Que no hay pruebas fehacientes, ni imágenes ni vídeos, que me incriminen. También la duplicidad de las acusaciones porque se me persigue por lo mismo. Aportan unas imágenes que solo prueban que yo me estaba manifestando.

¿Cómo afronta la posibilidad de entrar en prisión?

— Trato de hacer mi vida, teniendo presente que hay una fecha señalada que me puede cambiar la vida. He acabado asumiendo que es posible, pero no creo que pueda pasar porque la acusación es débil. Soy optimista.

¿Qué se busca con las causas abiertas contra miles de activistas?

— La justicia consiguió encerrar a los dirigentes independentistas en prisión para que la actividad institucional no saliera adelante, pero la calle continuaba movilizada y apostaron por perseguir a miles de personas con procesos judiciales para apaciguar las movilizaciones y mantener el régimen del 78.