La gente mayor sí podrá salir de las residencias para ir a votar

La Generalitat advierte de que no se aproveche la salida para comer con la familia

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Residencia Ors de Barclona. Pere Virgili

BarcelonaHace meses que la mayoría no pisan la calle y la familia solo puede visitarlos con cuentagotas, pero el día de las elecciones la gente mayor podrá salir de las residencias para ir a votar. Así lo establece una circular que el departamento de Salud envió el jueves a los centros, y en la cual enumera una serie de medidas que se tendrán que tomar para evitar un posible contagio.

Por ejemplo, la circular dice que es "imprescindible" que la persona mayor que salga a votar lleve una mascarilla FFP2 y firme un documento de declaración responsable. Así mismo, se recomienda que no use el transporte público para desplazarse al colegio electoral, que vaya con la papeleta preparada desde la residencia y que no toque ningún objeto mientras esté fuera y, si lo toca, que se limpie las manos de manera inmediata con gel hidroalcohólico. Al volver al centro tendrá que lavarse las manos y cambiarse de ropa –que se tendrá que lavar a 60 grados centígrados–. Además, el personal tendrá que desinfectar con lejía el calzado y la silla de ruedas, en caso de que utilice una. Y muy importante: se advierte de que no se aproveche la salida para votar para comer con la familia.

La realidad es muy diferente

"Que vayan al colegio electoral con la papeleta ya preparada es complicado porque en las residencias no hemos recibido papeletas", declara el doctor Vicente Botella, presidente de la patronal Unió de Petites i Mitjanes Residències (Upimir), que considera que una cosa es la teoría y otra muy diferente la práctica. También recuerda que el departamento de Salud facilita mascarillas FFP2 para el personal de las residencias pero no para los usuarios, así que si alguien quiere ir a votar la familia se la tendrá que proporcionar. Y no hace falta ni hablar del trabajo añadido que supondrá para las residencias que la gente mayor salga a votar. Y no es que los centros se opongan al derecho a voto, aclara el doctor Botella, sino que están hartos de que desde la Generalitat cada vez se les pida que hagan más y más.

Un ejemplo: Natàlia Sánchez Faure es enfermera en la residencia Jubany, de Barcelona, donde actualmente viven 38 personas mayores. Desde hace poco más de una semana las residencias tienen que hacer pruebas de antígenos a los familiares que van de visita. "La Generalitat dice que los familiares se pueden tomar la muestra y hacerse la prueba ellos mismos. ¿Pero cómo puedo dejar que alguien que no tiene ni idea coja el tubito y ponga el reactivo?", se pregunta Sánchez Faure, que, como el doctor Botella, opina que las recomendaciones del Govern están muy bien sobre el papel pero es difícil hacerlas realidad.

Sánchez Faure también tiene que hacer pruebas PCR de diagnóstico del coronavirus a todos los trabajadores de la residencia una vez cada quince días, tomar la temperatura a los residentes diariamente, llenar infinidad de formularios y registros que antes no existían, hacer consultas telemáticas con médicos especialistas porque ahora se recomienda que las personas mayores de las residencias eviten ir a visitarse al CAP o al hospital, y apoyar emocionalmente a los residentes, porque si no pueden estar con las familias alguien tiene que llenar este vacío. En definitiva, ha visto cómo su trabajo se ha ido estirando como un chicle. "No me importa trabajar lo que haga falta", aclara. El problema es que mientras hace todo esto no atiende a los usuarios, no hace su trabajo de enfermera.

La Generalitat no prohíbe que las personas mayores hagan salidas cortas de las residencias, por ejemplo para ir a pasear con la familia. Pero eso sí, lo desaconseja por activa y por pasiva. En la práctica nadie sale, afirma el doctor Botella. ¿Qué pasará el 14 de febrero? El presidente de Upimir explica que algunas personas mayores –“muy pocas”– ya han votado por correo después de que sus familias presentaran un certificado médico que demuestra que están ingresadas en una residencia. El día de las elecciones, vaticina el doctor, pocas irán a votar, y si lo hacen será más por voluntad de la familia que suya.

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