Illa pide a Aragonès que levante el veto al PSC y abandone la "confrontación"

El socialista ofrece colaboración al Govern pero advierte que la amnistía y la autodeterminación "no se producirán"

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El líder  del PSC al Parlamento , Salvador Illa, saludando este jueves al vicepresidente en funciones y presidenciable  de ERC, Pere Aragonès

BarcelonaLa oposición contundente pero constructiva planteada por Salvador Illa como líder del primer partido en el Parlament ha pasado este jueves de la teoría a la práctica. El tono, el contenido y las formas del jefe de filas del PSC en la cámara catalana en el segundo debate de investidura de Pere Aragonès han buscado alejarse de la "bronca" que los socialistas han criticado durante los últimos años a Ciutadans. Illa ha dejado claro que el del republicano "no es el Govern que necesita Catalunya" y ha argumentado que dibuja un horizonte "equivocado" y pensado solo "para una parte del país", pero ha combinado la enmienda a la totalidad a los objetivos del referéndum y la independencia con una oferta de colaboración al futuro presidente de la Generalitat. Y ha pedido reciprocidad: "Usted ha abanderado el diálogo. ¿Cómo se dialoga vetando al primer partido de Catalunya? [...] Le pido que empiece esta presidencia levantando este veto", ha dicho, y ha reclamado que esto también implique abandonar el "chantaje" al Estado y la vía del "embate" y la "confrontación".

Aragonès ha recogido el guante en el turno de réplica, pero para reprochar a los socialistas que hayan llevado a los tribunales las resoluciones referidas a la monarquía y la autodeterminación: "Levantemos los vetos. Levantemos el veto a que en este Parlament se pueda hablar, discutir y aprobar todo, levantemos ese veto", ha respondido. Convencido de que el todavía vicepresidente en funciones se ha salido por la tangente, según ha destacado después, Illa ha considerado que "la actitud de confrontar" no le va a Aragonès. "No me ha parecido nunca que usted sea un hombre de confrontación [...] Me creo más su papel de hombre dialogante", ha añadido.

Pese a esto, después de que el candidato de ERC planteara el hito de culminar "la independencia", Illa le ha pedido que rectifique: "No pasará, matice este compromiso", ha remachado, convencido de que las promesas de la amnistía y la autodeterminación generarán "más frustración" porque "no se producirán". "Vivimos en una democracia regida por un estado de derecho y lo tenemos que respetar todos", ha argumentado. Con todo, ha reprochado al republicano que en el acuerdo con JxCat "no se mencione ni una vez la palabra España" y le ha recordado que, cuando sea investido este viernes, se convertirá en "el máximo representante del Estado en Catalunya": "Asúmalo. [...] Usted presidirá el gobierno de una comunidad autónoma de España", ha insistido. Muy crítico, Illa ha dicho que, en su opinión, el acuerdo de gobierno -y el de estabilidad con la CUP- dibuja un país que "no representa a todos los catalanes", y también ha puesto en entredicho la "cohesión" del futuro ejecutivo de coalición después de tres largos meses de negociaciones en los que las diferencias entre ERC y JxCat se han visto "aireadas sin ningún pudor ni discreción": "Que haya necesitado tres sesiones de investidura no es muy buen presagio", ha sentenciado.

Ante las dudas sobre la estabilidad en la Generalitat, Illa ha prometido el "apoyo" del PSC en temas como los fondos europeos, la financiación de Catalunya y, sobre todo, el combate contra el covid-19. En el inicio de su discurso, de hecho, incluso ha querido poner en valor la tarea de la hasta ahora consellera de Salud, Alba Vergés, en el proceso de vacunación. "Esto está funcionando bien y también usted tiene mérito", le ha dicho. Y también se ha mostrado dispuesto a estar junto al ejecutivo en los diferentes pactos nacionales que Aragonès ha puesto sobre la mesa. "En todo aquello que no nos desdibuje como alternativa", ha concluido. Este es, de hecho, el principal objetivo de los socialistas en esta legislatura: proyectarse como la alternativa capaz de superar el Procés. Es por eso que, pese a las palabras de mano extendida, Illa ha negado los 100 días de gracia al futuro presidente Aragonès. "Ni 100, ni 50, ni 20, ni 10. Desde el primer día haremos una oposición educada, incluso divertida, pero contundente", ha sentenciado.

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