Financiación autonómica

El independentismo recupera el pacto fiscal

ERC y Junts han pactado con el PSOE negociar un nuevo modelo de financiación para Catalunya

El presidente del Govern, Pere Aragonès, en el Pati dels Tarongers con la consellera de Economía, Natàlia Mas, y otros miembros de su ejecutivo.

Barcelona / MadridDesde que en el 2012 Mariano Rajoy cerró la puerta al pacto fiscal que el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, puso sobre la mesa del jefe del ejecutivo español, el independentismo había dejado esta propuesta dentro de un cajón. De hecho, ese rechazo frontal fue uno de los detonantes del inicio del Proceso. Tras el 9-N, del 1-O y de la represión posterior, ahora el independentismo encara una nueva fase que pasa por abrir una negociación con el Estado para abordar el conflicto político, pero también por gestionar el mientras tanto, intentando ganar más soberanía. Y aquí, el pacto fiscal vuelve a aflorar. Lo verbalizó el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en el Parlament, y tanto ERC como Junts han puesto por escrito en sus respectivos pactos con el PSOE que quieren abordar una reforma de la financiación de Catalunya.

Pere Aragonès se comprometía el miércoles a trabajar para llegar a un "amplio acuerdo en el Parlament para que los impuestos de Catalunya se recauden en Catalunya y se acabe con el déficit fiscal". "A eso me dedicaré el próximo año y espero contar con su apoyo", añadía el presidente dirigiéndose a Albert Batet. El diputado de Junts le había pedido "soluciones estructurales" para acabar con el déficit fiscal y le había reprochado que la condonación de la deuda en el fondo de liquidez autonómica (FLA) era un "parche". Precisamente, una de las cuestiones que los junteros quieren abordar en el espacio de negociación que pactaron abrir con el PSOE es ésta: pedir la "cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en Catalunya". ¿Qué significa esto? Fuentes de la formación aseguran que significa pedir toda la recaudación de los impuestos sin ir más allá.

ERC, por su parte, se comprometió a constituir una comisión bilateral con el Estado para abordar la reforma del sistema de financiación de Catalunya. El Gobierno defiende poder recaudar todos los impuestos, pero también definir una cuota de solidaridad. "Que Cataluña los recaude y pague al Estado por los servicios que presta. Estamos dispuestos a debatir una cuota de solidaridad, una cuota de convergencia económica, al igual que en Europa existe. Pero este esfuerzo de solidaridad debe estar mucho lejos de lo que ahora estamos sufriendo, que no es un esfuerzo de solidaridad, es un expolio fiscal", afirma el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una entrevista en el ARA que se publicará el domingo. Una propuesta que se asemeja mucho a aquella que Mas no pudo negociar con Rajoy, pese a tener el aval del Parlament detrás.

Ahora Aragonès dice que "a lo largo del 2024" quisiera "tener las bases" de este nuevo modelo de financiación. Una propuesta que cree que debería surgir del "consenso" y que, admite, "nunca será perfecta hasta que seamos un estado independiente". Generalitat y Estado se han comprometido a negociarlo en el primer trimestre del próximo año, pero no hay ninguna garantía de que el gobierno español esté dispuesto a aceptar la salida de Catalunya del actual modelo multilateral, del café por a todo el mundo.

De entrada, pues, el objetivo es similar al pacto fiscal del 2012. El modelo era similar al del concierto económico vasco: que Catalunya recaudara todos los impuestos, pero añadiendo una cuota de solidaridad. Ahora bien, habría que concretar la propuesta: qué impuestos y qué parte se cede, si se hace con o sin normativa, entre otras cuestiones. En el Gobierno tienen cuello abajo que no será fácil convencer al Estado, pero quieren abrir ese melón. De hecho, tanto en el acuerdo de ERC como en el de Junts, los socialistas se limitan a comprometerse a hablar de ello, sin más concreciones. Es decir, no detallan si se abrirán a materializar una especie de pacto fiscal, a través de la cesión completa de los impuestos, o si seguirán rechazándolo como hasta ahora. Fuentes del gobierno español insisten en que se tendrá que negociar todo. "Que se produzca o no es otra cosa", apuntan las mismas fuentes.

Una "cesión de poder"

La profesora catedrática de hacienda pública de la Universidad de Barcelona Núria Bosch subraya que la principal dificultad de que el gobierno español se avenga a un pacto fiscal es que se trata de una "cesión de poder". La clave, recuerda, es la "contribución" que Catalunya debería hacer en el Estado con la cuota de solidaridad. El presidente del Consejo Asesor en Política Económica de Cataluña, Guillem López Casasnovas, tiene previsto poner sobre la mesa de la próxima reunión del organismo, prevista para el 27 de noviembre, la posibilidad de recuperar el documento que elaboró ​​en su día este organismo para avalar el pacto fiscal o que el ente actualice su posición sobre la cuestión.

Hay que tener en cuenta que, por ahora, Cataluña forma parte del régimen común del modelo de financiación, con todas las comunidades autónomas menos Navarra y el País Vasco. Ser "singular" implicaría una modificación de la Lofca, la ley de financiación de las comunidades autónomas, lo que requiere mayoría absoluta en el Congreso y, previamente, haber pasado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), órgano que reúne todas las comunidades autónomas. Aunque llevar el debate en el CPFF no es un imperativo, siempre que ha habido una modificación parcial o total del modelo de financiación ha sido así. Ocurrió en 2001 y 2009.

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