Ion Antolín: un fichaje para poner la Moncloa en modo combate
BarcelonaPedro Sánchez hace ya tiempo que ha entendido que para ir a la guerra se necesita un tipo determinado de gente. El modelo ideal sería Óscar Puente, gente que no se arruga en el cuerpo a cuerpo con la derecha, que es de una lealtad a prueba de bombas, y que no tiene problemas a la hora de estirar las costuras de la institucionalidad hasta extremos nunca vistos. La idea está clara. Para luchar contra personas como Miguel Ángel Rodríguez no se puede ir con el lirio en la mano porque te van a romper las piernas, y siempre será mejor ser tú quien las rompe. Es en esta clave que debe interpretarse el relevo al frente de la secretaría de estado de comunicación. Francesc Vallès, profesor de Derecho Constitucional, hombre discreto y de formas exquisitas que se siente especialmente cómodo en el registro institucional, deja paso a Ion Antolín, un sanchista fiel y persona también de trato amable pero con mucha peor baba que el catalán. No en vano, es una de las bestias negras de la fachosfera madrileña, con la que se ha peleado públicamente desde su cargo de jefe de comunicación del PSOE.
Y es que Antolín es alguien acostumbrado a vivir en territorio hostil. Nacido en el pueblo vallisoletano de Villalón de Campos en 1977 ha trabajado en el ámbito de la comunicación, sea de periodista (trabajó en Antena 3) o en comunicación corporativa. De hecho, entró como asesor en la secretaría de estado de comunicación en el 2021 procedente de La Caixa, y de ahí pasó al PSOE. Ahora vuelve a la Moncloa. Durante su etapa en Ferraz ha protagonizado varias polémicas que le han puesto en el punto de mira de la prensa conservadora. El choque más sonado fue con Risto Mejide, que le acusó en antena de haberle amenazado.
Pero Antolín va más allá. Así como Vallès nunca hablaría abiertamente en contra de los jueces ni de 'lawfare', el nuevo secretario de estado de comunicación de la Moncloa no tiene la piel tan fina: "El 23 de julio de 2023 los españoles dijeron no a Vox en la Moncloa. Hoy la extrema derecha entrará allí de la mano de un juez", pió el pasado julio sobre el interrogatorio del juez Peinado en Sánchez.
El nuevo secretario de comunicación de la Moncloa es un habitual de los pasillos del Congreso, especialmente del patio, siempre con su cigarrillo electrónico y vestido con el típico fachaleco de los cayetanos. De hecho, cuando llegó a Ferraz tuvo que avisar a sus compañeros de que no se asustaran si, cuando llegaba el frío, le veían llegar con esta prenda, de la que es devoto a pesar de que se ha convertido en un símbolo de la guerra cultural entre izquierda y derecha en Madrid. Una de las últimas misiones que tuvo que asumir fue la de acompañar a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, tanto en su declaración como en la comparecencia en el Senado. Por eso el PP le señala como una de las personas de máxima confianza de Sánchez y alguien que desde la Moncloa impondrá la censura y la manipulación.
Harto de la presión de las redes, y quizá previendo que había que exponerse el mínimo por si le llamaban para ocupar puestos de mayor responsabilidad, Antolín abandonó X y migró a Bluesky este verano. Su nombramiento comporta también una pérdida de peso del PSC en la estructura del gobierno. Al inicio de su mandato, Sánchez se apoyó mucho en el PSC para ocupar cargos en la administración, donde son muy bien valorados por su profesionalidad. Pero a medida que la batalla con la derecha se ha ido agravando, Sánchez ha ido prescindido de los catalanes (ahora ya sólo hay un ministro, Jordi Hereu, cuando en un principio eran dos) y ha optado por personas de su estricta confianza más bregadas en la lucha política y electoral. Gente que conoce cómo funciona el sistema de Madrid y capaz de poner a todo el gobierno en modo combate. Gente que, si es necesario, lleva fachaleco.