La operación Catalunya vuelve a embarrancar en los tribunales

MadridSe había abierto una brizna de esperanza, pero la posibilidad de que los tribunales juzguen la operación Catalunya se desvanece. Una a una, varias querellas que se habían presentado en juzgados de Madrid contra algunos de los responsables de realizar la guerra sucia contra el soberanismo, se han ido archivando. La última, la que había llegado más lejos: la del expresidente del Barça Sandro Rosell contra el excomisario José Manuel Villarejo y otras tres personas, que llegaron a declarar. Si bien el sobreseimiento de ésta es provisional y la defensa de Rosell ya ha anunciado que recurrirá, los tribunales también han archivado de forma definitiva las que presentaron el exconseller Jaume Giró y el exjefe de la Policía Nacional en Catalunya Narciso Ortega. Aún queda viva la de la familia Sumarroca.

En un auto, avanzado por El Confidencial ya la que ha tenido acceso el ARA, el juez instructor señala que la imputación se lleva a cabo "bajo el manto de una serie de percepciones subjetivas a partir de hechos o datos que se obtienen de medios de comunicación, pero sin delimitar ninguna conducta respecto de los querellados". "No cabe duda de que una persona absuelta estuvo en situación provisional durante dos años aproximadamente, pero distinto es que se constate la existencia de una organización criminal compuesta por los aquí querellados y en relación a la causa que provocó el encarcelamiento" , subraya Hermenegildo Barrera, quien advierte que "no se puede pretender que con la base de esta querella se inicie una investigación prospectiva para valorar un tema ya juzgado".

El magistrado también rechaza investigar lo que apuntaba el expresidente del Barça en su querella: que existía una especie de "lista negra de personas relacionadas con el independentismo catalán a las que debería perjudicarse de cualquier manera". Según el juez, esto "escapa" a su competencia.

El destino del resto de querellas

El hecho de que no haya claros indicios de las maniobras contra personas vinculadas al soberanismo es el principal impedimento para continuar con las investigaciones. No sólo la de Rosell, sino también otras. También este lunes la sección primera de la Audiencia Provincial de Madrid cortó el camino a la querella que había presentado el ex conseller Jaume Giró, quien presentó al ver que la del expresidente del Barça se admitía a trámite. El dirigente de Junts también es uno de los nombres que Alícia Sánchez-Camacho dio a Villarejo para que las cloacas del Estado le pusieran en la diana durante el Proceso, tal y como se desprendía de unos audios publicados enEl Mundo.

Como señala el fiscal en su informe, en la querella "se emplean términos abiertos y como simple «posibilidad» («hace pensar que podía haberse iniciado contra la persona del Sr. Giró algún tipo de seguimiento o control policial de sus comunicaciones telefónicas»)", dicen los jueces. "Los verbos utilizados nos llevan a tener serias dudas sobre el fondo de la cuestión, ya que en ningún momento se aclaran cuestiones básicas que permitan iniciar una investigación seria y rigurosa con un objeto definido. Más bien, lo que se pide es abrir una investigación para "ir viendo" o "a ver qué pasa", algo incompatible con el derecho penal y un proceso con todas las garantías". Precisamente, este concepto de investigación prospectiva es el que el independentismo denuncia que se ha realizado en la mayoría de causas sobre el Proceso, sea la del 1-O o las de los CDR y el Tsunami Democrático.

La querella de Giró, pues, así como la del exjefe de la Policía Nacional en Catalunya Narciso Ortega, no han pasado ni siquiera el filtro de la admisibilidad. En su caso, las resoluciones son ya firmes porque la Audiencia Provincial de Madrid ha tumbado sus recursos de apelación. Rosell aún puede recorrer, pero todo apunta a que el enésimo intento de llevar la operación Catalunya a los tribunales volverá a chocar contra un muro.