¿El juicio a los Pujol existiría sin el Procés?

El expresidente Jordi Pujol en una imagen de archivo.
26/11/2025
Subjefe de Política
2 min

BarcelonaEs legítimo preguntarse si el juicio a la familia Pujol habría existido sin el Procés. Y, después de más de doce años de instrucción judicial y sabiendo lo que ya se sabe de la operación Catalunya, es razonable responder que no. Y quizás tampoco se hubiera producido la confesión del ex president de julio del 2014 conforme había escondido durante treinta años dinero en el extranjero. El gobierno de Mariano Rajoy consideró, erróneamente, que para desactivar el Procés era necesario desactivar a Pujol.

Más allá de la rumorología que siempre ha rodeado al Júnior –al ex president se lo había advertido de ciertos comportamientos del primogénito–, no hubo nada judicialmente relevante sobre la familia hasta ya entrado el 2012, cuando Convergència ya cogía la bandera independentista. Otra cosa es la financiación irregular del partido, que se demostró con la sentencia del caso Palau.

¿Hasta entonces, el Estado había tolerado ciertas prácticas de la familia Pujol? ¿O es que antes del 2012 no había podido obtener pruebas de comisiones irregulares? ¿O es que no hay nada y el dinero en Andorra es fruto de la herencia del abuelo Florenci? Esto es lo que hay que dirimir en el juicio en la Audiencia Nacional que empieza este lunes en San Fernando de Henares.

La sombra de la cara B

La sesión empezará con una cuestión primordial: si se puede juzgar o no al ex president por su estado de salud. Y los abogados consultados ya asumen que la sala lo exonerará del procedimiento por su deterioro cognitivo. Pujol siempre ha mantenido que quería defenderse ante un tribunal; para él formaba parte de la restauración de su figura, pese a las posibilidades de una condena por corrupción. Ahora bien, la instrucción ha durado demasiado y en su caso –a diferencia de sus hijos– parece que no habrá desenlace y, por lo tanto, tampoco verdad judicial. Siempre más quedará la duda. Para algunos esto puede ser una virtud porque puede ahorrarse una sentencia condenatoria. Para otros todo lo contrario, porque creen que podría haber sido absuelto y limpiar definitivamente su nombre.

Una década después del estallido del caso, se ha producido una progresiva reivindicación de Pujol y su receta política, teniendo en cuenta el fracaso de las apuestas posteriores del Estatut y el Procés. Se han acercado a él desde dirigentes de Junts al PSC pasando por Esquerra, ya que a todos les gusta, de vez en cuando, pujolear un poco. Así, pese a estar condenado a convivir con la sombra de la cara B, haber trascendido su espacio político es el verdadero éxito de Jordi Pujol y el pujolismo.

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