Gobernabilidad en el Estado

Junts da un toque de alerta al PSOE mientras las negociaciones avanzan

Nogueras avisa de que el acuerdo está "lejos" tras cerrar la ronda de contactos para la investidura

4 min
Pedro Sánchez y Míriam Nogueras, reunidos en el Congreso

MadridPedro Sánchez ya se ha hecho la idea de que la rápida investidura que pretendía no será posible y que la única fecha sobre la que se puede hablar con seguridad es la del 27 de noviembre, la última para evitar la repetición electoral. Las negociaciones entran ahora en su fase decisiva, tras una semana en la que la ronda de contactos del candidato del PSOE ha servido para escenificar públicamente que todavía es pronto. No hay acuerdo con ningún aliado, ni siquiera con los eventuales socios de coalición –Sumar– y solo EH Bildu ha confirmado el sí a Sánchez porque no pide nada a cambio. Este viernes, la última en marcar distancias ha sido la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, que ha advertido tras reunirse con el líder socialista que el acuerdo está "lejos". Eso sí, desde ambos lados aseguran que las negociaciones avanzan.

Els vots de la investidura de Sánchez

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Nogueras ha sido muy breve en su valoración –apenas ha aceptado una única pregunta de los medios–, en la que quiso enviar un toque de atención a los socialistas. "Si se trata de hacer lo mismo de los últimos cuatro años, que se ha constatado que no ha funcionado, no son los votos de Junts los que están buscando", ha advertido. “No veníamos a escuchar las condiciones del PSOE para que Junts dé ese apoyo. De hecho, hemos venido a recordar lo contrario”, ha añadido Nogueras, quien ha entregado a Sánchez la transcripción de la conferencia pronunciada por Carles Puigdemont en Bruselas el 5 de septiembre, en la que precisamente sentaba las bases que permitirían abrir una negociación.

Fuentes conocedoras de los contactos entre ambos partidos explican que a Junts le molestó que en las conversaciones informales con periodistas en el Palacio Real de Madrid de este jueves, con motivo de los actos institucionales del 12-O, miembros del gobierno español explicaran que la formación independentista debe dar señales de renuncia a la unilateralidad para llegar a un acuerdo con el PSOE. Públicamente, la Moncloa se ha limitado a dejar claro que no habrá un referéndum de autodeterminación y se había autoimpuesto silencio sobre todo el resto del contenido de las negociaciones. Sánchez es quien ha ido marcando el paso y poco a poco ha ido abriendo la puerta hacia la amnistía, aunque no ha entrado en más detalles.

Junts es consciente que para que el PSOE pueda avalar el olvido judicial del Procés debe haber una apuesta por el diálogo y la vía pactada, y en las conversaciones se está abordando la fórmula. La negociación existe y avanza, tal y como coinciden en afirmar fuentes de ambos lados, pero en la Moncloa repiten que el reto es “complejo” y que nada asegura que el intento acabe siendo exitoso. Algunas personas que hablaron con ministros en el Palacio Real observaron un punto más de pesimismo que el trasladado en los últimos días.

Todo el mundo es consciente de que la de Junts es la pieza más delicada del puzle. La formación de Carles Puigdemont daría un giro radical a su papel en Madrid en los últimos años si finalmente invistiera a Sánchez y no quiere que la esfera mediática añada más presión a este proceso. “Estamos en un momento absolutamente trascendente y absolutamente extraordinario y nosotros no vamos a jugar al juego de los titulares o de las filtraciones. Para eso ya hay otros”, se quejaba Nogueras, en una referencia implícita al pequeño encontronazo entre Junts y la Moncloa por lo que trascendió el jueves y que en las últimas horas se ha tratado de reconducir. Tras la reunión, el PSOE ha preferido no comparecer en rueda de prensa, a diferencia de lo que había hecho a lo largo de la semana.

En la jornada de hoy se ha constatado también el trato diferenciado entre Junts y ERC del que Sánchez habló a los periodistas el jueves, dado que no ha llamado directamente a Carles Puigdemont como sí lo hizo el miércoles con el líder de ERC, Oriol Junqueras, antes de reunirse con Gabriel Rufián. Desde ambos lados aseguran que esta llamada por ahora no está sobre la mesa porque no se ve necesaria. Otra cosa es la fotografía, que desde Junts se sigue reclamando en caso de pacto.

Nueva fase

La fase de la ronda de contactos con los grupos parlamentarios es un capítulo habitual en la liturgia de la investidura, pero no tiene más significado que el de la fotografía. Deja paso ahora a una etapa en la que el secretismo tomará el relevo a la discreción que ya ha marcado las primeras conversaciones. "Cuando haya que hablar, hablaremos", apuntaba Nogueras, sin ni siquiera comentar si en la reunión con el jefe del ejecutivo del Estado se ha abordado la amnistía. Por su parte, el PSOE ha informado a través de un comunicado de que una vez escuchados los planteamientos de los grupos, a partir de ahora acelerará las negociaciones. El lunes en la sede de Ferraz se reunirá la comisión negociadora: los ministros Félix Bolaños, María Jesús Montero y Pilar Alegría; los dirigentes Santos Cerdán y Hana Jalloul y los diputados Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro. Además, se añadirán el portavoz en la cámara baja, Patxi López, y la portavoz en el Senado, Eva Granados.

Por ahora, sólo EH Bildu ha confirmado que apoyará a Sánchez, pese a los avisos de que en esta legislatura hay que ir más allá en materia social y territorial. El resto de socios han dejado en el aire su sentido de voto a la espera de intensificar las negociaciones. Por tanto, ahora el PSOE sólo podría contar con 158 diputados —incluidos los 31 de Sumar, aunque no hay acuerdo de gobierno de coalición todavía— de los eventuales 178 a los que aspira. El reto es complejo porque los pactos son a múltiples bandas y Sánchez tiene claro que necesita atar los apoyos no sólo para la investidura, sino para una mínima estabilidad en la legislatura. Hay tiempo hasta el 27 de noviembre.

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