Judicialización del Procés

Lesmes: "Un indulto cuando no hay concordia es difícil de aceptar"

El presidente del Tribunal Supremo reacciona a las palabras de Sánchez

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El presidente del Consejo  General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.

MadridEl Poder Judicial reacciona al clima de indulto a los presos políticos que ha generado Pedro Sánchez. El presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, ha asegurado en un acto organizado por el Colegio de Abogados de Madrid que el indulto como "medida de concordia puede ser entendido e incluso aceptado". "Un indulto cuando no hay concordia es difícil de aceptar", ha añadido, dando a entender que, según su criterio, no se da el contexto que dibuja el presidente del gobierno español. La derecha política ha insistido en los últimos días que los presos políticos no han mostrado arrepentimiento, sino que han entonado el "lo volveremos a hacer", interpretando así que no contribuyen a ese escenario de "concordia" al que se han referido Sánchez y Lesmes.

El también presidente del Tribunal Supremo ha sido preguntado por el hecho de que el PP, Cs y Vox hayan anunciado que tienen intención de recurrir la decisión del consejo de ministros en caso de que se conceda el indulto. Lesmes ha explicado que el control jurisdiccional es limitado, si bien los últimos precedentes abren la puerta en la sala tercera a valorar la fundamentación del ejecutivo a la hora de acordar la medida de gracia. No ha querido ir más allá, pero de sus palabras se puede extraer que no está justificado el perdón del gobierno español teniendo en cuenta que los condenados no reconocen los delitos cometidos.

La inmensa mayoría de indultos parciales que se han concedido en los últimos años contienen una cláusula: se conmuta la pena por una menor con la condición de no reincidir. "A condición de que no vuelva a cometer delito doloso en el plazo de X años desde la publicación del real decreto", es la fórmula que el actual ministro de Justicia , Juan Carlos Campo, ha adoptado para los indultos que ha firmado. En caso de que se volviera a delinquir, se podría revocar la medida de gracia.

La ley del indulto de 1870, modificada durante el mandato de Felipe González en 1988, no exige que los condenados muestren arrepentimiento. Solo con que la decisión responda a motivos de justicia, "equidad y conveniencia pública". Esto es lo que el gobierno español tendrá que argumentar y este miércoles Sánchez ya ha avanzado que la decisión se tomará "en beneficio de la concordia y la convivencia" y no siguiendo razones de "castigo".

Tal como ha pasado a lo largo del procedimiento judicial sobre el Procés, el debate sobre los indultos también mantiene un eje que se sale del estrictamente jurídico y entra en terreno político. Para el gobierno español el indulto a los líderes independentistas es un signo a favor de la concordia y la convivencia que encuentra reciprocidad al otro lado con la apuesta por el diálogo y el abandono de la unilateralidad a un alejado segundo plano. En cambio, para la derecha la proclamación "lo volveremos a hacer" es una señal inequívoca de voluntad de reincidir.

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