Extrema derecha

Mañueco sostiene que el acuerdo con Vox en Castilla y León "mejora la calidad democrática"

El candidato del PP será investido gracias a la extrema derecha mientras en Francia se construye un cordón sanitario alrededor de Le Pen

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El candidato del PP a la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y su futuro vicepresidente, Juan García Gallardo (Vox)

MadridEl primer gobierno de coalición entre el PP y Vox en el Estado empieza a andar el mismo día que en Francia se hacen llamamientos a parar a Marine Le Pen de cara a la segunda vuelta de las presidenciales. Alfonso Fernández Mañueco será investido este lunes por la tarde presidente de Castilla y León gracias a los votos de la formación de extrema derecha, que integrará el ejecutivo con la vicepresidencia y tres consejerías. En su discurso, Mañueco ha considerado que "todo el mundo se tendría que felicitar" por el acuerdo entre el PP y Vox y ha subrayado que es "beneficioso para mejorar la calidad democrática". España y Francia simbolizan hoy la cara y la cruz respecto a la ultraderecha.

El PSOE exigió que la formación conservadora rompiera con Vox en todo el Estado si quería su abstención para facilitar un gobierno en solitario de Mañueco. Era una condición casi imposible de cumplir, de forma que la única alternativa para el aspirante del PP era lo que ya se husmeaba meses atrás y lo que podría pasar en los próximos meses en Andalucía. ¿Y en el Estado? "Constituye una gran esperanza para millones de españoles, que ven en este gobierno de coalición una posible alternativa en todo España", ha señalado el presidente de Vox, Santiago Abascal, que ha apuntado que este ejecutivo "tiene muchos enemigos y por eso es importante defenderlo".

Mañueco ya se ha mostrado dispuesto a hacerlo en su intervención, y ha pedido que no se lo valore a partir de "prejuicios y ataques preconcebidos". "Que se lo juzgue por sus hechos y resultados", ha insistido el candidato a la presidencia, después de que esta mañana varias ministras del gobierno español hayan comparado el trato que la extrema derecha recibe en Francia y en España. “Creo que el PP y su nuevo líder Feijóo tienen que hacer una reflexión y ver cómo la derecha democrática en todo Europa está levantando cordones democráticos contra la extrema derecha", ha subrayado la portavoz de la Moncloa, Isabel Rodríguez, en una entrevista en Antena 3.

En declaraciones a los medios previos al debate de investidura de Mañueco, Abascal ha replicado a un periodista que no tenía "ningún interés en responder" esa pregunta. Más tarde, consciente que había desaprovechado una oportunidad para legitimar a Le Pen, ha publicado un tuit felicitando a la candidata de Reagrupamiento Nacional y pidiendo su voto de cara a la segunda vuelta. El líder de Vox en Castilla y León, Juan García Gallardo, sí que ha abordado el dilema y ha calificado de "antidemocrático" el cordón sanitario que se plantea en Francia. Por su parte, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha comentado que su formación se sentía representada por Emmanuel Macron, de forma que no tiene que poner ningún veto a Le Pen, sino simplemente pedir el apoyo al actual presidente del Elíseo.

Así, el PP ha marcado distancias con el fracaso de los Republicanos, el partido que históricamente ha estado hermanado con la derecha española. Ciudadanos, que ahora camufla su nombre bajo el término partido liberal, también ha querido equipararse a Macron y lo ha felicitado por la victoria en la primera vuelta de los comicios. El Partido Socialista ha sido la otra formación tradicional que ha salido malparada de los comicios y, a pesar de que su candidata, Anne Hidalgo, fue la invitada estrella en el congreso del PSOE de Valencia del octubre pasado, Rodríguez se ha desmarcado para alinearse con Macron, de quien ha remarcado que "proviene del socialismo". A su vez, Podemos ha evitado pedir directamente el voto para el actual presidente francés y, como ha hecho Jean-Luc Mélenchon, ha llamado a no apoyar a Le Pen.

Feijóo no asiste a la investidura

El PP ha demostrado con hechos no tener problemas a la hora de pactar con la ultraderecha, pero sí para explicarlo. No presume de ello. Este lunes el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha presidido la reunión del comité de dirección en la sede de Génova y no ha ido al Parlamento de Castilla y León a la investidura de Mañueco, ni tampoco se trasladará esta tarde para asistir a la votación. En rueda de prensa, Bendodo tampoco ha aclarado si el próximo martes acudirá a la toma de posesión. Feijóo se ha ahorrado la fotografía con Abascal, que le ha quitado hierro y ha dado por buenos los motivos de agenda con los que se ha justificado el político gallego.

Pero Génova ya ha tenido que dar las primeras explicaciones sobre la nueva legislatura de Castilla y León. Mañueco ha anunciado el inicio de la tramitación antes del 31 de julio de una ley de concordia que integrará todo aquello vinculado con la memoria histórica. Por lo tanto, en la práctica se derogará el decreto vigente, una exigencia de Vox para formar gobierno que en principio el PP rechazaba. La iniciativa quiere ser un "elemento de reconciliación y evitar la utilización de la historia para dividir a los españoles", ha argumentado Mañueco, en unas palabras que ha suscrito Bendodo. Otro punto polémico es la elaboración de una ley contra la violencia intrafamiliar, denominación que usa la extrema derecha y que el candidato del PP ha asegurado que tiene que ser "compatible y complementaria" con la de violencia de género. "No daremos ningún paso atrás", ha prometido Mañueco, que en este momento ha recibido el aplauso de su bancada, pero no de la de Vox.

Ayuso logrará la presidencia del PP de Madrid el 20 y 21 de mayo

Gesto de Alberto Núñez Feijóo con Isabel Díaz Ayuso. El nuevo presidente del PP ha decidido convocar el congreso del partido en Madrid el 20 y 21 de mayo y será el primer cónclave regional pendiente de celebrarse. "Agradezco al presidente la celeridad", ha tuiteado Ayuso. Esta fue la batalla que la presidenta de la Comunidad de Madrid mantuvo con el ex líder del PP Pablo Casado, reticente a conceder todo el poder del partido en la capital española a Ayuso y a adelantar el congreso como ella solicitaba. Así, la presidenta madrileña accederá al liderazgo del partido a un año de las elecciones.

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