La Moncloa acusa de inacción a la Junta Electoral madrileña por tardar en ordenar retirar los carteles de Vox

El gobierno español carga contra "el fascismo" de Vox y los mensajes de "odio" durante la sesión de control en el Congreso

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Tres de las vicepresidentas del gobierno español, Carmen Calvo, Nadia Calviño y Yolanda Díaz, durante la sesión de control al Congreso .

Madrid¿Por qué Vox pudo llegar a plantar carteles con un mensaje tan racista en un espacio público como el metro de Madrid? ¿Quién lo autorizó? Esta es la pregunta que todavía colea en el gobierno español, después de que saliera a la luz que Renfe, una empresa en manos del mismo gobierno, fuera la responsable de autorizar la publicidad electoral, aunque fuera a través de una empresa externalizada. Pero si había un ente que tendría que haber actuado sin más dilación es la Junta Electoral Provincial de Madrid, apuntan desde el gobierno español. La Moncloa, de hecho, acusa al órgano electoral de inacción por no ordenar la retirada inmediata de los carteles xenófobos actuando de oficio. Unidas Podemos presentó el martes una queja, pero todavía no ha habido respuesta. Ante esto, fuentes del gobierno de Sánchez consideran que la actuación tendría que ser "de manual" y lamentan que últimamente la Junta Electoral madrileña "se esté columpiando".

La campaña de Vox ha monopolizado este miércoles buena parte de la sesión de control en el Congreso, en el que no estaba el presidente español, Pedro Sánchez, puesto que está en marcha la Cumbre Iberoamericana en Andorra. El portavoz del partido ultra en la cámara, Iván Espinosa de los Monteros, no ha dudado en sacar el tema después de que la Fiscalía anunciara el martes que, actuando de oficio –en este caso sí, no como la Junta Electoral madrileña–, había empezado a investigar los carteles por un delito de incitación al odio. Vox ha seguido criminalizando a los menores extranjeros no acompañados –de hecho, Santiago Abascal hizo un mitin ante un centro de acogida en Madrid, puesto que piden su cierre– y ha chocado frontalmente con las críticas unánimes del gobierno español.

Las vicepresidentas cierran filas

Sánchez no estaba en el hemiciclo, pero tres de las vicepresidentas han cerrado filas y han denunciado la estrategia del partido ultra. "Ustedes no tendrían que caber en la política de este país", ha dicho Carmen Calvo, que ha asegurado que los de Abascal no hacen más que exudar "odio" e "inhumanidad". A su vez, la también ministra de Economía, Nadia Calviño, ha acusado a Vox de extender "discursos repugnantes, racistas, homófobos, machistas y xenófobos". Ha acabado la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha afirmado que en el Congreso no puede caber "el odio". Pero quien ha hablado de "fascistas" directamente, tal como hizo el martes por la tarde en un mitin del PSOE el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha sido el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha asegurado que comparte "valores" con formaciones como la liderada por Íñigo Errejón.

El portavoz de Más País y cara visible de la campaña de Más Madrid ha sido el único socio del gobierno español que ha utilizado su pregunta para denunciar el discurso de Vox –de hecho, hoy la mayoría de las preguntas eran para el PP y Vox–. A diferencia del gobierno español, ha acusado también a la presidenta madrileña y candidata del PP a la reelección el 4 de mayo de "alimentar el discursos de odio" con la estigmatización también de las colas del hambre. Isabel Díaz Ayuso acusó a la izquierda de crear pobreza para después querer poderla subvencionar con colas del hambre.

Ya fuera del hemiciclo, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha considerado en declaraciones a los periodistas que "se tiene que ser un bestia para criminalizar de este modo a los menores. A su entender, hace falta "más solidaridad", "más acogida" y menos "racistas, homófobos y xenófobos subvencionados". La ministra de Defensa, Margarita Robles, también ha señalado que "Vox está fuera de los estándares mínimos de la democracia" y ha confiado en que retiren lo antes posible el cartel "insultante" contra los niños inmigrantes.

Mientras tanto, el PP sigue desmarcándose de la campaña de Vox pero no cierra la puerta a gobernar en la Comunidad de Madrid. En una entrevista a la Ser, Ayuso ha insistido en que está en contra de la propaganda de Vox, pero que no considera que Vox sea "de ultraderecha para muchas cuestiones". "Yo no comparto con Vox este punto, pero sí otras cuestiones", ha dicho la candidata popular haciendo equilibrios defendiendo que ahora mismo en lo que piensa es en gobernar en solitario.

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