La Eurocámara aplaza la elección de Ribera como comisaria entre presiones del PP

BruselasLa ministra de Medio Ambiente española, Teresa Ribera, y el resto de futuribles vicepresidentes de la Comisión Europea tendrán que esperar para recibir el visto bueno de la Eurocámara. Estaba previsto que la votación se realizara este martes después de sus comparecencias –tal y como prevé el reglamento de la cámara comunitaria–, pero finalmente se aplazará. Fuentes del PP se cuelgan la medalla de haber conseguido su retraso y argumentan que la gestión de la ministra en la crisis por el temporal en Valencia es su principal causa. La realidad, sin embargo, es que los principales grupos europarlamentarios se miran de reojo y han preferido que las votaciones se hagan todas juntas para asegurarse de que nadie cambia el sentido del voto a última hora y derriba a uno de sus candidatos.

Conservadores, socialdemócratas y liberales, que forman la gran coalición de la Eurocámara, han acordado tomar una decisión de forma conjunta más adelante –aún no han puesto fecha– sobre los seis potenciales vicepresidentes. De hecho, el candidato más polémico que debe pasar la evaluación del Parlamento Europeo no es la socialista española, sino Raffaele Fitto, representante de la extrema derecha italiana. El exministro italiano de Asuntos de la UE fue apuntalado por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con la connivencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Si ocurre el examen, será el primer vicepresidente de extrema derecha de la historia del ejecutivo comunitario.

Tanto socialdemócratas como liberales y verdes quieren evitar apoyar a un vicepresidente de extrema derecha, pero temen que esa negativa provoque que el PP no acabe votando a favor de los candidatos socialdemócratas, como Ribera, y los liberales, como el francés Stéphane Séjourné al frente de Estrategia Industrial o la estonia Kaja Kallas como jefe de la diplomacia europea. Por eso, las direcciones del Partido Popular Europeo (PPE), y la de los socialdemócratas y liberales, que ya se reunieron esta madrugada, han consensuado que todos los vicepresidentes se voten a la vez. "Uno por todos y todos por uno", resume en este diario una fuente europarlamentaria, que insiste en que es un acuerdo para prevenir traiciones.

La maniobra de Feijóo

Fuentes populares confirman a este diario que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha reunido previamente con el líder del PPE, Manfred Weber, para ir a la par y preparar las preguntas que le han hecho los conservadores a Ribera esta misma tarde en el Parlamento Europeo. Sin embargo, los populares españoles se han mostrado mucho más contundentes contra la socialista española que sus correligionarios europeos, que todavía no han aclarado lo que van a votar en la evaluación de la ministra española.

La portavoz popular, Dolors Montserrat, ha confirmado que el PP votará en contra de Ribera porque "ya ha suspendido el mayor examen de su vida", la gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana. "La historia y quizás también los jueces la juzgarán por su inacción e incompetencia", ha asegurado la catalana. En cambio, el conservador alemán Markus Ferber, por ejemplo, sencillamente le ha invitado "a dar explicaciones al Congreso antes de hacerlo en el Parlamento Europeo" –en la misma línea del PP– por la catástrofe natural que ha sufrido la Comunidad Valenciana y, como la gran mayoría de eurodiputados, ha optado por preguntarle otras cuestiones sobre competencia o transición ecológica.

De este modo, se ha confirmado en el Parlamento Europeo que la estrategia del PP es intentar desviar las críticas contra el presidente Carlos Mazón por su dudosa gestión de la catástrofe natural que ha sufrido la Comunidad Valenciana y concentrarlas en Ribera. Él comparecerá el jueves en el Parlament valenciano y Ribera hablará el miércoles 20 de noviembre en el Congreso de los Diputados. Según el PP, su votación como comisaria europea no se realizará antes de esa fecha, aunque fuentes europarlamentarias aseguran que no hay ninguna fecha fijada y que podría hacerse antes.

Ribera, sin embargo, ha recordado en su comparecencia que "España es un país descentralizado como Alemania" y ha asegurado que "las competencias sobre las alertas meteorológicas son de las administraciones regionales". También recordó que, por ejemplo, la Universidad de Valencia detuvo la actividad, pero teniendo la misma información sobre la mesa "otras administraciones locales", como la Generalitat Valenciana de Mazón, no sacaron adelante ninguna medida similar. "Las instituciones nacionales alertaron a las 7 h de la mañana", ha afirmado Ribera, quien ha añadido que "no tomarse en serio las alertas tiene consecuencias catastróficas".

Más allá de las declaraciones de los eurodiputados conservadores, el PP también acusa a la ministra socialista de haberse despreocupado de la DANA hasta que ya era demasiado tarde –el martes 29 de octubre estaba en Bruselas preparando el examen que debe ocurrir este martes–, de no haber compartido buena información con la Generalitat Valenciana –acusaciones que han desmentido tanto la Agencia Estatal de Meteorología como las confederaciones hidrográficas de los ríos afectados–, y de no haber sacado adelante las obras de drenaje del barranco del Poio que, según los populares, habrían frenado la riada de hace dos semanas.

Sin embargo, fuentes de la Moncloa rebaten que "el 16 de diciembre de 2011 la entonces secretaria de estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, formuló la declaración de impacto ambiental favorable al proyecto (informativo) de adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poio en la vertiente de la Albufera con una serie de condiciones". Y fue precisamente, según estas fuentes, el posterior gobierno del PP, presidido por Mariano Rajoy, el que hizo que caducara esa medida por no haber iniciado el proyecto. Cuando el PSOE regresó al gobierno español en 2018, reanudaron el proyecto y actualmente, explican, se está redactando el estudio para licitar las obras a requerimiento de la Generalitat Valenciana.

Un veto "muy poco probable"

Aunque los populares españoles lo planteen, tumbar a cualquiera de los potenciales vicepresidentes es muy complicado porque el no a una candidata –en caso de que la asumiera el PPE– podría provocar que toda la Comisión Europea propuesta por Von der Leyen cayera en bloque. Sería probable, por ejemplo, que una negativa a Ribera provocara un efecto dominó y que los socialdemócratas vetaran al resto de vicepresidentes que también deben pasar el examen de la Eurocámara.

Además, si el Parlamento Europeo rechaza un comisario y pide al Estado miembro que proponga un nombre alternativo, los gobiernos estatales no están obligados a ello. Así pues, en caso de que los países obvien esta petición, el Parlamento Europeo sólo podría evitar que Fitto o Ribera fueran vicepresidentes si tumbara a todos los 26 futuribles miembros del ejecutivo de Von der Leyen. Por ello, distintas fuentes parlamentarias coinciden en calificar esta posibilidad de "muy poco probable".