Gobierno español

Optimismo y proximidad: así quiere Sánchez recuperar el terreno perdido ante Feijóo

El presidente español conversa con ciudadanos anónimos en la Moncloa y tilda al PP de "profetas de la catástrofe"

MadridPedro Sánchez ha puesto en marcha oficialmente esta mañana el curso político de un año preelectoral que será clave para el Gobierno español. El presidente se juega su continuidad en la Moncloa y, hoy por hoy, las encuestas le señalan la puerta de salida. Por eso, Sánchez se ha propuesto ponerse manos a la obra y que la acción de gobierno llegue a la ciudadanía, sobre todo teniendo en cuenta lo que plasman los últimos sondeos: que la distancia entre el ejecutivo español y la población no para de crecer. La estrategia de la Moncloa pasa, pues, porque Sánchez vuelva a la calle. Lo hizo este fin de semana en Sevilla, en el primer acto de campaña de El gobierno de la gente, y este lunes ha dado un paso más: ha abierto las puertas del Palacio de la Moncloa para que entraran una cincuentena de ciudadanos. Personas seleccionadas –entre 250.000– por el Gobierno español que habían escrito cartas a Sánchez a lo largo de su mandato expresándole preguntas, dudas o preocupaciones.

Almudena (trabajadora del hogar de Tomelloso, Castilla-La Mancha), Naiara (estudiante de Rivas, Comunidad de Madrid ), Inés (profesora jubilada de Córdoba), Rafa (profesor de Cullera, País Valenciano) y Mireia (estudiante de Santa Coloma de Gramenet) son los que han puesto voz a todas las personas que se sentaban en los jardines de la Moncloa esta mañana. Ellos han puesto sobre la mesa cuestiones como las pensiones, el cambio climático, la obesidad infantil, la igualdad de género o las condiciones de trabajo de las personas del hogar. Sánchez ha aprovechado esta última cuestión para hacer el anuncio de la mañana: este martes el consejo de ministros aprobará la norma que tiene que servir para garantizar el derecho al paro de estas personas. El Congreso ya ratificó el artículo 189 del OIT (Organización Internacional de Trabajo) este mes de junio.

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"Es gente que ha querido hablar con la Moncloa, son los temas que ellos han querido sacar", apuntan fuentes del Gobierno español. El acto ha sido diseñado al milímetro. Las cuestiones que han planteado los cinco ciudadanos que se han puesto ante el atril –que Sánchez ha recordado, previamente, que habían utilizado personalidades como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, o el de Canadá, Justin Trudeau– las ha usado el presidente español para explicar su acción de gobierno. El jefe del ejecutivo español lo ha aprovechado para reafirmar su compromiso con la transición ecológica –ha dicho que destinan el 40% de los fondos europeos, por ejemplo–; ha garantizado la subida de las pensiones vinculada al IPC, y ha defendido normativas como la ley del solo sí es sí o la de la memoria histórica.

Los "profetas de la catástrofe"

Todo ello, mezclado con dardos dirigidos al PP, a quien ha calificado "de especie de profetas de la catástrofe". "Tenemos que mirar los datos y saber cuál es la realidad", ha afirmado. Sánchez ha pedido no dejarse "llevar" por el "discurso fácil" y del "desastre" de la derecha ni "adobar el discurso del miedo". "No tenemos que caer en la euforia, pero tampoco en el catastrofismo", ha añadido. En este sentido, Sánchez ha reiterado que su ejecutivo molesta a los grandes intereses económicos, porque gobierna para la "clase media y trabajadora" y defiende "el interés general por delante de los minoritarios, por muy poderosos que sean". Todo ello la vigilia del primero cara a cara del curso en el Senado entre Sánchez y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha lamentado, en un almuerzo informativo de Europa Press y con tono irónico, no haber sido seleccionado para ser uno de los ciudadanos que se sentara en los jardines de la Moncloa.