Gobernabilidad en el Estado

Sánchez se queda por liderar una "regeneración democrática" que no concreta

El presidente español apunta a reformas en la justicia y contra la "desinformación" de algunos medios

MadridLa liturgia de los últimos cinco días apuntaba más bien a una voluntad de dimitir, y sobre todo la visita a Felipe VI de esta mañana, pero Pedro Sánchez ha vuelto a sorprender incluso a sus anunciando que se mantiene en la Moncloa “con más fuerza ”. El presidente español ha roto su silencio para plantear un "punto y aparte": quiere liderar una "reflexión colectiva" que "ponga freno a la política de la vergüenza" y al "barro" que, denuncia, ha instalado el conglomerado de la derecha y la ultraderecha en el Estado. Por eso, se ha comprometido a "trabajar por la regeneración pendiente de la democracia y por el avance y consolidación de derechos y libertades", aunque en su comparecencia sin preguntas en la Moncloa no ha concretado ninguna iniciativa.

La decisión de Sánchez se había convertido en una cuenta atrás que tenía casi toda España a la expectativa. Para el PP y el soberanismo ha sido irresponsable, teatralizado y electoralista, y para el PSOE un alivio. Sánchez ha admitido que el comité federal del sábado en Ferraz fue un punto de inflexión. Los gritos de alegría de una trabajadora de la Moncloa que han podido oírse de fondo mientras el presidente anunciaba que no dimitía resumían el estado de ánimo de los socialistas. Ministros, líderes territoriales y dirigentes han celebrado el desenlace después de tanta incertidumbre. “Gracias por seguir adelante”, tumbaba la vicepresidenta primera del ejecutivo, María Jesús Montero, quien hasta unos minutos antes de la comparecencia no sabía si debería asumir la presidencia en funciones.

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No tendrá que ser así porque Sánchez ha impuesto un nuevo rumbo a su gobierno. En una entrevista en TVE esta tarde, el presidente español se ha referido a algunas de las patas que debe tener esta agenda de regeneración democrática, después de que sus socios de investidura le reclamaran concreción y propusieran algunas. “Este punto y aparte debe llenarse de contenido”, exigía la vicepresidenta segunda del gobierno español y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Una de estas propuestas es la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "Me gustaría hacerlo de la mano del PP pero, si este bloqueo continúa, hay que buscar una solución entre todos", ha afirmado Sánchez, que no se ha mojado sobre la posibilidad de rebajar las mayorías para escoger a los vocales del órgano de gobierno de los jueces a través de una reforma legal que hasta ahora el PSOE ha descartado. El presidente español ha querido dejar claro que su voluntad es "fortalecer" el poder judicial ante el "debilitamiento de su credibilidad".

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En segundo lugar, el líder socialista también quiere poner fin a los insultos en el Congreso para dar paso a los “argumentos”, así como a la “desinformación y las fake news” que se propagan en algunos “pseudomedios” que se han hecho fuertes en el ámbito de la extrema derecha y que llevan meses arraigado en la sala de prensa del Congreso. “Hay medios conservadores también víctimas de la maquinaria del barro. Defiende la libertad de prensa”, ha manifestado, a pesar de haber decidido no comparecer en rueda de prensa este lunes y someterse a las preguntas de un abanico más amplio de medios. Entre otras cuestiones, Sumar y Podemos también han reclamado la derogación de la ley mordaza.

La indignación de la oposición

Sánchez no quería aparecer con un plan trabajado de reformas para evitar que la ciudadanía percibiera esta reclusión de cinco días como una "maniobra o una estrategia que no es tal". Fuentes de la Moncloa aseguran que poco a poco se irán desgranando iniciativas. Para llevarlas adelante será necesario el apoyo de la mayoría plurinacional, tras constatar que el PP ve en la decisión de Sánchez una voluntad de "cambio de régimen por la puerta trasera". Si todo va bien, la amnistía estará definitivamente aprobada en algunas semanas y Sánchez deberá dar nuevos incentivos a partidos como Junts para mantener la estabilidad en el Congreso. Especialmente, por lo que pueda ocurrir con los pactos postelectorales en Cataluña. Carles Puigdemont ha advertido recientemente de que una maniobra del PSC con otros partidos para impedirle el acceso a la Generalitat podría tener consecuencias en Madrid. De entrada, la mayoría de socios de investidura recibieron con una mezcla de suspicacia e indignación la decisión de Sánchez, sobre todo en el independentismo, que recrimina al líder del PSOE que cuando la guerra sucia la sufrían otros no se había movido .

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Sea como fuere, el jefe del ejecutivo del Estado resolvía por fin una incógnita que había escondido incluso en su equipo más cercano, tras imponerse un período de reflexión personal ante el acoso ” judicial a su mujer, Begoña Gómez. Precisamente por este hermetismo, será difícil saber en este episodio hasta qué punto ha habido tacticismo en pleno ciclo electoral –ha asegurado que la carta no obedecía a ningún "cálculo político"– y hasta qué punto, verdadero sufrimiento familiar. En su intervención, Sánchez ha admitido que "no vale la pena" continuar en el cargo si "la acción política permite el ataque indiscriminado a personas inocentes", pero ha asegurado que su mujer y él son conscientes de que la "campaña de descrédito” no se detendrá. Al cabo de unas horas, el presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad, ha amenazado con que en las próximas semanas "habrá más eventos que podrían hacer reconsiderar" a Sánchez su apuesta por continuar y ha prometido aportar pruebas al juzgado. De momento quien no citará a la pareja de Sánchez es el juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso Koldo, tampoco como testigo. En un auto conocido este lunes, sostiene que no puede actuar sólo a partir de "informaciones periodísticas no contrastadas".

Sánchez abre una nueva etapa después de unos días que han desorientado a buena parte de la ciudadanía. Según una encuesta exprés del CIS, la mitad de los españoles apoyan lo que se planteaba y la otra mitad no. no ha cambiado su tendencia a la baja pero los mercados siguen inquietos. Y es que, una vez más, Sánchez ha demostrado ser imprevisible.