Cómo la derecha del TC cambió la ponencia para evitar la derrota de Vox

El 'varapalo' a la mesa del Congreso por la suspensión de plazos a raíz del covid se pospone a octubre

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La presidenta del Congreso , Meritxell Batet, este domingo al acto institucional.

MadridLa inminente derrota de la mayoría conservadora en el Tribunal Constitucional sobre un recurso de amparo de Vox contra la mesa del Congreso el pasado miércoles y jueves, días 15 y 16 de septiembre, llevó al ponente, el magistrado Antonio Narváez, que proponía desestimarlo, a reconsiderar su proyecto y sumarse a sus otros cuatro colegas para intentar formar mayoría a favor de la estimación en el pleno de octubre. 

Por esa razón, la sentencia sobre el recurso, según fuentes consultadas por el ARA, se ha pospuesto al pleno del próximo 4 de octubre, el que también debería abordar el recurso de la formación ultraderechista contra la prórroga de seis meses del estado de alarma, tras declarar inconstitucional el primer confinamiento el pasado mes de julio. 

Entre los asuntos pendientes del pleno frustrado por inasistencia deliberada de seis magistrados conservadores el 22 y 23 de julio -en protesta por el voto particular contrario del magistrado del sector llamado progresista Cándido Conde-Pumpido- figuraba el recurso de amparo de Vox sobre lo que se denominó el parón del Congreso de los Diputados por el covid-19, provocado, según dicha formación, por la presidenta, la socialista Meritxell Batet.  

La congelación de los plazos reglamentarios de las iniciativas que hubiesen iniciado su tramitación fue acordada a propuesta de Batet el 19 de marzo de 2020, con el rechazo del PP y Vox, y estuvo vigente hasta el 13 de abril de 2020. 

Ocho días antes de adoptar dicho acuerdo, la Junta de Portavoces acordó suspender la actividad parlamentaria durante quince días. El acuerdo, equivalente al que adoptó la Mesa del Senado -y similar al adoptado en el ámbito de la justicia o el Tribunal Constitucional- suponía que todas las proposiciones de ley registradas y calificadas por la mesa del Congreso, así como las proposiciones no de ley o las mociones, no siguiesen ningún plazo de tramitación parlamentaria. Ocurrió lo mismo con las proposiciones ya admitidas a trámite.  

Vox sostuvo en su recurso de amparo que no se podía tolerar la suspensión de la actividad de control del Congreso sobre el gobierno precisamente en una situación de estado de alarma. 

El partido ultraderechista nunca juega a una carta. Apoyó el primer estado de alarma y luego lo recurrió ante el TC.  Más tarde, pidió a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que suspendiera todas las actividades y después recurrió en amparo al TC.    

La secretaria general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, Macarena Olona, en una intervención en el hemiciclo

La ponencia del magistrado Narváez se debía deliberar los pasados 22 y 23 de julio, pero quedó en el aire y el presidente del TC, Juan José González Rivas, la incluyó en el orden del día del pasado martes 14. 

El ponente describe rasgos de inconstitucionalidad en el acuerdo del Congreso pero, sin embargo, su propuesta final era la desestimación del recurso de amparo.

Porque Vox no da pruebas de que hubiera una lesión de sus derechos por la resolución del Congreso de los Diputados, la cual, por otra parte, atendía la causa de fuerza mayor del coronavirus para dar un respiro a funcionarios del parlamento y diputados. Algunos de ellos de Vox, que sufrieron contagios. 

Según señalamos, los magistrados más conservadores podían apoyarse en esas afirmaciones de Narváez para forzar la estimación del recurso de Vox siempre y cuando se diera una condición: que el ponente cambiase de criterio y formase parte de la mayoría de seis magistrados. Los mismos que habían declarado inconstitucional el primer confinamiento.    

La derecha conservadora acudía a este pleno con un magistrado menos. Por enfermedad, el magistrado Alfredo Montoya no estaría presente. Y la norma dice que en ausencia no se puede votar.  

"Abierto" a consideraciones

Ya al presentar su ponencia, el magistrado Narváez expuso el primer día de debate, el martes 14, que estaba “abierto” a las consideraciones que hicieran sus colegas. 

El debate, pues, empezó el martes 14 y perfilaba una derrota del sector conservador. ¿Qué ocurrió la noche de ese miércoles? 

Porque el jueves tendría lugar un vuelco de espectáculo. Todo una metáfora del “estado de desecho constitucional”­. 

La deliberación arrojó -el jueves 16 al finalizar el debate- cinco posicionamientos en el sentido de desestimar el recurso de amparo. Cuatro magistrados apoyaron al ponente (José González Rivas, presidente del TC; Juan Antonio Xiol, María Luis Balaguer y Cándido Conde- Pumpido), con lo cual se lograrían cinco votos. Pero si había votación, el presidente tenia dos votos por su voto de calidad.  

Los otros cinco se pronunciaron a favor de admitirlo: Andrés Ollero, Encarna Roca, vicepresidenta del TC, Pedro González-Trevijano, Santiago Martínez Vares y Ricardo Enriquez. Por lo tanto, de votarse la derecha perdía por el voto de calidad de González Rivas.

Una vez completada la deliberación, el ponente, como es habitual, debía someter a votación la ponencia. Y fue lo que el presidente, después de anunciar su posición favorable a desestimar -quedando claro que con su voto de calidad la mayoría desestimaría el recurso-, le apuntó a Narváez. Es decir: someter la ponencia a votación.

Pero ¿qué dijo Narváez? En un tan inédito como forzado cambio, en lugar de poner su proyecto de sentencia desestimatoria a votación, explicó que a la luz de lo que habían planteado los cinco magistrados partidarios de estimar el recurso cambiaba de idea y ahora apoyaría la estimación.  

Donde dije digo, pues, digo Diego.  

Ahora bien, como esto requería cambiar su ponencia, el debate debía posponerse al próximo pleno. 

Anunció pues Narváez, para sorpresa de los presentes, que haría una nueva ponencia para el pleno del próximo 4 de octubre.   

"Bloque de Vox" 

 Ante la victoria inminente de la desestimación si se llevaba a cabo la votación, pues, el magistrado Narváez decidió acatar la “disciplina de voto” político dentro del TC, preparar las condiciones para que el “bloque de Vox”, encabezado por la vicepresidenta Encarna Roca y la fundamentación sobre todo de González-Trevijano, ganase la "batalla" en el pleno de octubre. 

Narváez, por tanto, permitió con su viraje aplazar la votación y posibilitar para el pleno del día 4 de octubre un cambio de mayorías, del empate a cinco a la victoria conservadora por 6 a 4 que hace inútil el voto de calidad del presidente, para dar un nuevo "varapalo" al gobierno, esta vez en el trasero de la mesa del Congreso y de su presidenta. 

Fuentes jurídicas señalan que no existen, según se ha apuntado, precedentes de un cambio del sentido de una ponencia que en la deliberación obtuvo mayoría. Asimismo, añaden que, si bien el pleno del 4 de octubre debatirá la nueva ponencia de Narváez, será difícil que también lo haga sobre la prórroga de seis meses del estado de alarma, a cargo, también, del citado magistrado. 

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