La gobernabilidad del Estado

Puigdemont-Feijóo: ¿un matrimonio imposible?

Los junteros descartan la moción de censura y circunscriben la interlocución con los populares en la actividad legislativa en el Congreso

Alberto Núñez Feijóo, a la izquierda, y Carles Puigdemont, a la derecha, en dos imágenes de archivo

Madrid / BarcelonaDurante la negociación de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, hace año y medio, el PP ensayó un giro que se vio frustrado en breve: el de rehabilitar a Junts como interlocutor válido para conseguir los votos que le separaban del Palau de la Moncloa. El intento de aproximarse a él no duró demasiado una vez constatados el coste de las exigencias de Junts –además de su incompatibilidad con Vox– y la oposición interna que generó el movimiento en el PP. Dirigentes territoriales como Alejandro Fernández, en Catalunya, e Isabel Díaz Ayuso, en Madrid, pusieron el grito en el cielo ante esta posibilidad, que Feijóo descartó una vez confirmó que Junts no es la Convergència que querría tener delante. A partir de ese momento, con su rol en la oposición ya asumido, el líder del PP redobló los ataques contra el independentismo. Sin embargo, en los últimos meses Feijóo ha vuelto a lanzar un señuelo a los de Puigdemont, y ha invitado a la formación soberanista a apoyar una moción de censura. ¿Quiere esto decir, sobre todo ahora que la relación entre los junteros y el PSOE está en crisis, que puede haber realmente una alianza PP-Juntos para desbancar a Pedro Sánchez?

Desde Junts son taxativos y aseguran que no. Que la moción de censura no está sobre la mesa y que, de no resolverse la situación con el PSOE, se situarían de forma permanente en la oposición y reclamarían elecciones. Hay más "mito" que "realidad" en la relación con los populares, dicen fuentes junteras. En este sentido, desde el entorno de Puigdemont aseguran que no existe interlocución directa entre Waterloo y Feijóo, y que la relación que puede haber con el Partido Popular es a través de la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, así como del diputado que se encarga de los temas más económicos en Madrid, Josep Maria Cruset. En este sentido, aseguran que su relación con el PP se basa en negociar enmiendas a las iniciativas parlamentarias, y que no existen conversaciones al más alto nivel para abordar una moción de censura.

"Es un tema estrictamente parlamentario", también defienden desde el PP. Los populares, al igual que los de Puigdemont, también niegan que haya un canal de comunicación con Junts más allá de estas conversaciones enmarcadas en "la actividad parlamentaria del día a día" con el objetivo de introducir medidas de su programa, sobre todo económicas. "Nadie irá a Waterloo ni habrá interlocución con nadie de Waterloo", resumen las fuentes del PP consultadas, que rechazan que se haya producido un cambio en su posicionamiento junto a Junts. "Las distancias sobre los temas nucleares siguen vigentes. Creemos que no se puede amnistiar a nadie", reafirmaba públicamente el portavoz popular, Borja Sémper, este viernes en Telecinco. "No hay ninguna negociación para presentar una moción de censura", dijo el viernes Puigdemont, quien admitió que los de Feijóo simplemente estaban explotando una "debilidad" de la mayoría plurinacional, que era real por su crisis de confianza con Sánchez.

Agenda económica

Donde ya ha "coincidido el voto" de ambos partidos es en la votación de iniciativas económicas en el Congreso. Juntos se alió con el PP en el último pleno del 2024 contra el impuesto a las energéticas y por introducir enmiendas con rebajas impositivas en el paquete fiscal del PSOE. Una semana antes junteros y populares también hicieron pinza para tumbar el impuesto sobre la producción eléctrica en la comisión de transición ecológica. En ambas ocasiones se activaron vías de comunicación entre los dos partidos que en el PP están dispuestos a volver a utilizar para sacar adelante medidas en las que tengan sintonía ideológica con Junts, como en la ley del suelo que quieren registrarse en la Cámara Baja.

En este punto, Foment del Treball aparece como una pieza clave en esta alianza económica, ya que está en contacto con los dos partidos. Su presidente, el exdirigente de Unió Josep Sánchez Llibre, también vicepresidente de la CEOE, mantiene un diálogo permanente (y por separado) tanto con el PP como con Junts, y presiona para que se favorezcan los intereses de la patronal en actividad legislativa en el Congreso. Sánchez Llibre, de hecho, hace tiempo que mantiene contacto directo con Puigdemont, no sólo desde la campaña de las elecciones catalanas del 12 de mayo, cuando se tomó la foto oficial, sino previamente. Actualmente, va de forma periódica a Bruselas y se encuentra con el expresidente, según fuentes consultadas. En este mundo de las relaciones de Junts con el empresariado, también es relevante el nombre del presidente del grupo en el Parlament, Albert Batet, que ha tomado recientemente el rol "más institucional" de relaciones con el mundo privado en Madrid.

El único encuentro reconocido

Feijóo se ha hecho un harto de repetir que, de haber estado dispuesto a aceptar contrapartidas como la de la ley de amnistía, pudo ser presidente del gobierno español (obviando que era un pacto incompatible con los votos de Vox, también imprescindibles) . Aunque el líder del PP sostiene que el olvido judicial del Proceso "siempre ha sido una línea roja", confesó durante la campaña de las elecciones gallegas en febrero del pasado año que lo valoró durante 24 horas en el marco de unas conversaciones con Junts en el verano de 2023, cuando se negociaba la composición de la mesa del Congreso y la investidura después de las elecciones del 23-J. Es entonces, antes del pacto de investidura con Pedro Sánchez, cuando junteros y populares se acercaron por primera vez después del momento más álgido del Proceso.

Desde Génova y también desde Junts, el único encuentro que han admitido oficialmente es el del jefe de filas del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, ​​Daniel Sirera, con el portavoz de Junts, Josep Rius, y el presidente del grupo parlamentario en el Parlament, Albert Batet, durante la primera quincena de agosto, avanzada por La Vanguardia. Ahora bien, también ha circulado otra que ha sido oficialmente desmentida, la de Turull con Esteban González Pons, diputado en el Parlamento Europeo y vicesecretario del PP, en casa de un empresario. Y es que, con o sin reunión, son numerosas las fuentes que apuntan a que González Pons sería quien, desde Bruselas, hace de interlocutor de Feijóo con el entorno de Puigdemont. Un extremo que desde Junts y el PP tampoco han avalado nunca oficialmente.

El factor de Vox

Feijóo ha invitado públicamente a Junts a sumarse a una moción de censura que sirva para convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, en el PP niegan que hayan abierto conversaciones sobre esta cuestión. "No llamaremos a la puerta de nadie", defienden. Desde Junts dan la misma versión, con un añadido: cualquier operación de estas características requiere la participación de Vox. La extrema derecha, recuerdan los de Puigdemont, es la acusación popular del juicio del Proceso y, por tanto, también responsable de las peticiones de prisión contra Puigdemont en el Tribunal Supremo y que no se le aplique la amnistía.

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