Arrimadas empuja al PP a los brazos de Vox

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Pablo Casado e Inés Arrimadas en una imagen de archivo

SubdirectorNo está nada claro que Inés Arrimadas fuera consciente del impacto que tendría su pacto con el PSOE para desalojar al PP de las principales instituciones murcianas, pero lo cierto es que el terremoto cambia completamente la correlación de fuerzas del mapa político español. De entrada se han roto los frágiles equilibrios que todavía aguantaban en el partido entre los moderados (partidarios del acercamiento al PSOE) y los riveristas. Personajes como Toni Cantó, que negoció los presupuestos valencianos con Ximo Puig siguiendo las nuevas directrices de Arrimadas y ahora reniega de ellos, se pueden convertir en la voz de la oposición interna a la líder de Cs y pueden hacer implosionar al partido. Cada vez que la sucesora de Rivera da un paso de aproximación al PSOE a cambio de poder o influencia, pierde votos por la derecha. Y ahora mismo se arriesga a quedar arrasada en Madrid por la apisonadora mediática que han puesto en marcha Isabel Díaz Ayuso (PP) y Rocío Monasterio (Vox). Palabras como "traidora" o "judas" fueron trending topic en las redes en referencia a Arrimadas.

Porque esta es la otra gran consecuencia del movimiento de este miércoles. Con Cs fuera de la ecuación de la triple derecha, al PP ya solo le queda un posible socio, que es Vox. Esto obliga a Pablo Casado a interrumpir de manera abrupta su (tímido y siempre parcial) giro hacia la moderación y el desmarque de los de Santiago Abascal que ensayó en las elecciones catalanas y que tenía que culminar con diferentes pactos de Estado con el PSOE (CGPJ, Defensor del Pueblo, etc.). El PP de Casado, pues, se radicalizará y quedará, una vez más, rehén del núcleo madrileño de Ayuso. Incluso en el supuesto de que la presidenta madrileña pierda las elecciones (si hay), Casado lo tendrá difícil para marcar diferencias con una líder que ha construido una mística del hecho diferencial madrileño por oposición al gobierno de izquierdas. "Los madrileños tienen que elegir entre socialismo o libertad", dijo ayer.

Absorción de Cs

Todo apunta a que la coalición PP-Cs resistirá en el Ayuntamiento de Madrid, en Andalucía y en Castilla y León, pero habrá que ver cómo se mueven unos dirigentes políticos que ahora tocan poder pero saben que forman parte de un partido perdedor. El PP intentará cooptar valores como Begoña Villacís para arrinconar a Arrimadas y forzar una fusión de cara a las próximas elecciones. Esta será la película que se tendrá que seguir en los próximos días y semanas.

Y como siempre, el gran ganador es Pedro Sánchez, que ve como la triple derecha se agrieta y la oposición es claramente ultramuntana. Pero también pierde el margen de maniobra que le quedaba para pactar cuestiones de estado con el PP. De alguna manera, pues, si el movimiento de Arrimadas empuja a Casado a los brazos de Vox, también arrastra al presidente hacia la izquierda y sus socios. Se ha especulado mucho con la idea de que Sánchez quería cambiar la alianza con ERC por Cs, pero el problema son el resto de socios (Unidas Podemos, el PNV, EH Bildu, Más País, Compromís...) que son incompatibles con los naranjas. ¿Pero se atreverá Sánchez a pisar el acelerador?

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