Abascal y Ayuso arengan a las masas

Protestas en Ferraz: ¿lidera ahora la derecha las movilizaciones en la calle?

El mito de que el patrimonio de la lucha en la calle es de la izquierda hace tiempo que pasó a mejor vida

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Nueva manifestación en Ferraz contra la negociación de PSOE y JUNTOS

BarcelonaLos disturbios en Madrid contra la amnistía y el PSOE de esta semana han evidenciado que la derecha ha sacado toda la artillería a la calle para escenificar el rechace a los pactos de Pedro Sánchez con el independentismo por ser investido. "Sánchez, traidor", "Partido socialista, golpista" y "Unidad nacional" han sido algunas de las proclamas en las manifestaciones en Ferraz, frente a la sede del PSOE, y en Barcelona, ​​donde las concentraciones han sido mucho más minoritarias y sin choques con la policía. Sin embargo, en ambas se han visto saludos o símbolos fascistas y gritos contra la inmigración, la religión musulmana y la propia Constitución. En Madrid, la tensión ha escalado con batallas campales entre agentes y manifestantes, cargas y detenidos por desórdenes públicos. Son imágenes que contrastan con movilizaciones anteriores, donde quienes recibían la presión policial eran manifestantes de izquierdas, como en el 15-M, o independentistas, como ocurrió en las protestas en Urquinaona contra la sentencia del Proceso. ¿Está la extrema derecha tomando las riendas de la movilización en la calle?

Según los expertos consultados por el ARA, la respuesta es que sí, pero con matices. Los manifestantes que han respondido a las convocatorias están claramente anclados en posiciones conservadoras, pero pueden distinguirse dos perfiles diferentes: asistentes de mediana edad, conservadores y reacios con las actitudes más violentas, y grupos ultras más jóvenes que abrazan idearios y símbolos fascistas , a semejanza de movimientos de extrema derecha en otros países del sur de Europa. La reacción de algunos de ellos a las cargas policiales se explica por el choque entre la realidad y el "relato épico" que encarnan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en su idea de España, según expone la socióloga y politóloga Cristina Monge.

Manifestante indignado con la policía

Pero Monge avisa de que es necesario desterrar la idea de que las manifestaciones callejeras son patrimonio de la izquierda, más propia de la Transición que de los tiempos recientes. No es la primera vez que la derecha sale a la calle para hacer valer sus causas insignia. Durante el mandato del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), lo hizo con las manifestaciones contra el aborto, la política antiterrorista de los socialistas y la recogida de firmas contra el Estatut.

Entonces, el PP no tenía un rival de peso más a su derecha. Vox no existía ni, por tanto, había carreras para capitalizar un electorado descontento e ideológicamente en las antípodas de medidas estrella de Zapatero como la legalización del matrimonio homosexual y la ley de igualdad. La irrupción de Vox rompe el tablero de la competición para seducir a votantes. Uno de los símbolos más claros es la foto en la plaza de Colón en Madrid, cuando Cs aún jugaba un rol relevante en esta carrera, y que reunió a Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Cs) y Abascal (Vox). Sólo uno de ellos ha sobrevivido al pulso político de las derechas.

Santiago Abascal, Pablo Casado y Albert Rivera en la plaza de Colón en febrero de 2019.

Trumpismo en la española

Los enfrentamientos entre manifestantes y policía esta semana también marcan un antes y un después en unas movilizaciones que empezaron con actos de partido, al inicio de las negociaciones, y que han evolucionado hacia concentraciones supuestamente convocadas por entidades de la sociedad civil, pero con claros vínculos partidistas (en especial, con Vox: quien convoca frente a las sedes de toda España es la asociación Revuelta, su frente juvenil). Habrá que ver cuál es el clima de las manifestaciones contra la amnistía este domingo convocadas por el PP, a las que se han sumado tanto Cs como Vox. Pero la adhesión de los de Abascal tiene trampa: el partido ha invitado a los asistentes a continuar tras la protesta a sus sedes socialistas.

La capacidad de influencia de líderes en su electorado en momentos críticos es, según los expertos, clave en la movilización. El director del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la UPF, Jordi Mir, advierte que dirigentes y medios pueden generar "burbujas" que atrapan de lleno a sus seguidores más fieles cuando se sustentan en discursos incendiarios. Es el trumpismo o populización de la política, una táctica desestabilizadora y que, para funcionar, se auxilia en la desinformación. El resultado es la deslegitimación de las instituciones y reglas del juego democrático. Cuando los actores institucionales asumen ese discurso, alerta el politólogo Pablo Simón, es cuando hay verdadero peligro, porque puede haber "quien quiera hacer justicia por su cuenta". Y esto, subraya, es mucho más preocupante que los disturbios.

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