El PSOE rebaja la urgencia de concretar el diálogo

Remarca que la prioridad ahora es la pandemia y recuerda a Aragonès que no habrá pactos fuera de la Constitución

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Pere Aragonès y Pedro Sánchez en la reunión previa a la mesa de diálogo.

BarcelonaLa reacción del PSOE al discurso de Navidad del president Pere Aragonès evidencia que, en términos de diálogo, los gobiernos catalán y español van a ritmos diferentes. Si el jefe del ejecutivo fijó el domingo el 2022 como el año para “desbloquear” el conflicto con el Estado y urgió a la Moncloa a ofrecer “resultados tangibles”, los socialistas han dejado claro este lunes que, a pesar de apostar por la negociación, la prioridad ahora es gestionar la pandemia. De hecho, a pesar de que la próxima reunión de la mesa entre gobiernos está prevista para principios de año, el portavoz del partido, Felipe Sicilia, no ha aclarado si se producirá mientras dure la actual oleada de covid.

Sicilia ha asegurado que la crisis sanitaria “no invalida” que se pueda seguir hablando con la Generalitat para abordar el conflicto político, pero ha remarcado que la principal “preocupación” de los dos ejecutivos es ahora mismo combatir la covid-19 y garantizar la recuperación económica. “En esto están todos los gobiernos”, ha dicho en rueda de prensa. Más allá del calendario y los tempos de las conversaciones, el PSOE no ha entrado a valorar el hecho de que Aragonès se abriera a buscar alternativas” si el diálogo “se encalla”, pero sí ha recordado que la apuesta de la Moncloa es encontrar el consenso “dentro del marco constitucional”. Una manera de reiterar el veto a la autodeterminación y la amnistía.

A la espera de la posición oficial del gobierno español –al que el PP ya ha alertado de que el presidente catalán está haciendo “chantaje” con un “golpe de estado” en Catalunya–, Unidas Podemos también ha rechazado la presión de Aragonès para que los frutos de la mesa de diálogo se concreten el año que viene. El portavoz del grupo en el Congreso, Pablo Echenique, ha afirmado que “lo que es importante no son tanto los plazos” de la negociación como haber “cambiado una dinámica histórica de conflicto” por una de “diálogo y acuerdo”. Más allá ha ido la líder de los comuns en el Parlament, Jéssica Albiach, que ha advertido al president de que “no hay alternativa ni atajos” al diálogo, mientras que el líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa, ha afirmado en declaraciones a Europa Press que, después del discurso de Navidad, la “credibilidad” del jefe del Govern de cara a las conversaciones con el Estado está “en tiempo de descuento”. “Exige al resto lo que no practica en Catalunya”, ha argumentado, y ha recordado una vez más que el acuerdo entre ERC y el PSOE preveía convocar la mesa de partidos catalanes.

Contexto al discurso

Desde el Palau de la Generalitat ponían este lunes contexto al discurso del president, más encendido respecto al diálogo y al gobierno español de lo que había sido habitual en él en los últimos tiempos. A pesar de que se vio a un Aragonès que subía el tono en su presión a la Moncloa para desbloquear el diálogo, fuentes del Govern consultadas por el ARA aseguran que tampoco se trataba de marcar un punto de inflexión. La intención, explican, era aprovechar el discurso institucional para poner voz a la estrategia que ERC defiende desde hace más de un año y que queda recogida en el libro Tornarem a vèncer, del presidente del partido y de la secretaria general, Oriol Junqueras y Marta Rovira. “Ahí ya se dice que se tienen que considerar alternativas al diálogo”, señalan estas fuentes. En concreto se defiende la vía negociadora con el matiz de que, como la paciencia no puede ser “infinita”, nunca hay que descartar otras vías como la unilateral.

Aragonès quiso señalar el 2022 como el año para avanzar en el diálogo consciente de que en 2023 será mucho más difícil porque hay una doble cita electoral que condicionará el calendario y hará casi imposible que el PSOE se mueva: las municipales en la primavera y las generales en otoño –si no hay adelanto–. De aquí que diera un toque de alerta a Sánchez sin hacer virar del todo el rumbo de la Generalitat, reiterando la apuesta por el diálogo. En Palau se preparan ahora para concretar la fecha de la nueva reunión de la mesa, sabiendo que el PSOE siempre va “lento” y quiere “paciencia” a la hora de las concreciones pero convencidos de que a principios de año se producirá el ya tercer encuentro del espacio de negociación, en el que se tendría que anunciar algún acuerdo.

La prueba de que el discurso de Aragonès incluía matices ni que fuera en el tono la dio JxCat, que esta vez sí se vio reflejado en las palabras del president, un hecho que no es habitual y que se manifiesta en las tiranteces constantes entre los socios de Govern. El secretario general del partido, Jordi Sànchez, aplaudió el domingo que Aragonès ya prepare las alternativas por si el diálogo fracasa y formuló su propuesta: “Unidad y preparación para la confrontación democrática e inteligente en el marco del Consell per la República”. Una idea que difícilmente puede avalar ERC, que este otoño ha consolidado su distanciamiento con el órgano que lidera el ex president Carles Puigdemont.

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