Municipios

El pueblo con el alcalde, la cuñada, un concejal y su pareja investigados por una casa ilegal en el bosque

Un juzgado imputa a parte del Ayuntamiento por presunta prevaricación urbanística y los afectados aseguran que son inocentes

Riscos de Vallcebre.
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BarcelonaVallcebre es un pueblo de unos 270 habitantes en el Berguedà, a los pies del Pedraforca. Allí no hay oposición: todos los concejales son de Junts y el alcalde, Lluís Cadena, ha ganado siete veces las elecciones municipales, antes bajo las siglas del PP y CiU. En las últimas se erigió ganador sin rival, puesto que no hubo ninguna lista que se presentara contra él. Ahora, sin embargo, un caso amenaza con tambalear su mandato. El alcalde, su cuñada –que era secretaria accidental–, su primer teniente de alcalde, su pareja y el anterior arquitecto del consistorio están investigados por un delito de prevaricación urbanística que afecta a una masía en medio del bosque. ¿La razón? El primer teniente de alcalde y su mujer presuntamente se aprovecharon de su posición en el ayuntamiento para convertir una masía ruinosa en una casa plenamente reformada saltándose la normativa urbanística. Al menos eso es lo que sostiene la fiscalía de medio ambiente ante el juzgado de instrucción número 2 de Berga, que investiga el caso y ya les ha tomado declaración, según fuentes consultadas por el ARA.

Todo empezó cuando una asociación de vecinos del municipio detectó que el primer teniente de alcalde, que también es agente rural, y su pareja, administrativa en el ayuntamiento, habían comprado una masía en estado ruinoso en una zona protegida en el bosque, conocida con el nombre de Cal Pecunya. En 2019 pidieron licencia para rehabilitarla: el Ayuntamiento dio luz verde saltándose la ley, según la fiscalía, y sin verificar los requisitos técnicos para reconstruir masías históricas (por ejemplo, que el volumen de lo que es edifica no supere el de la ficha del catálogo de masías). En los meses posteriores, y en unos plazos exprés, el pleno del consistorio les autorizó a un aparcamiento, un porche, un local de ocio, placas fotovoltaicas, fosas sépticas y depósitos enterrados. En su querella, consultada por el ARA, el ministerio público sostiene que los implicados confabularon para amparar una construcción ilegal en un espacio natural siendo plenamente conscientes de ello.

Estado original de la masía.

Hay que tener en cuenta que la normativa es muy estricta sobre lo que se puede construir o no en la montaña, para evitar chapuzas urbanísticas en paisajes naturales: así lo avisaron los vecinos en varios escritos en el Ayuntamiento, que el consistorio se negó reiteradamente a atender con informes genéricos firmados por la secretaria accidental, al igual que el arquitecto del ayuntamiento (que era un asesor externo) y el alcalde. En el 2022 los agentes rurales se personaron en la casa en disputa y confirmaron las irregularidades: cuando la secretaria titular regresó de la excedencia que le había mantenido fuera de escena, puso en marcha un expediente de nulidad de oficio . Nunca se llegó a culminar, después de que ella tomara de nuevo la baja. Poco después ya instancias de la asociación de vecinos, la fiscalía presentó una querella contra parte del Ayuntamiento y los constructores de la casa acusándoles de querer camuflar la construcción de una nueva edificación de trinca en una simple rehabilitación. La investigación está abierta por un delito contra la ordenación del territorio, prevaricación urbanística y un delito contra la administración pública.

Primera victoria judicial

Más allá de la vía penal, ya hay una sentencia en vía administrativa de abril que ha dado la razón a los vecinos: en la resolución, consultada por el ARA, se declara la nulidad de las licencias de obra por incumplimiento de la legalidad urbanística, aunque la jueza abre la puerta a que se pueda legalizar (y, por tanto, evitar el derribo) si se regulariza. El Ayuntamiento ha recurrido la resolución y, de hecho, sostiene que todo ello se debe a un error en las medidas de Cal Pecunya que constaban en el catálogo de masías y que no corrigieron a tiempo, según aseguran fuentes de su defensa a el AHORA. El catálogo recogía una superficie de 64 metros cuadrados en dos pisos, y la edificación –donde viven actualmente los investigados– tiene más de 80 por planta, con un desván adicional. No es la única disputa que el consistorio ha tenido con esa asociación de vecinos, muy críticos con la gestión del alcalde. "Es el caso clásico de un pueblo pequeño de caciques que hacen lo que quieren. Hemos tenido muchos problemas, algunos vecinos nos han dejado de hablar", comenta uno de los miembros de la asociación. "Es casi como el pueblo de ese documental de Carles Porta", dice otro vecino, en referencia a Tor.

El consistorio está dispuesto a enmendar los errores de tramitación, ahora que ya se ha actualizado el catálogo de masías, y, además, confía en que la vía penal se archive pronto, aprovechando un cambio en la titular del juzgado. Sin embargo, no aclara por qué no se culminó el procedimiento para declarar nulas las licencias cuando la secretaria titular denunció su ilegalidad, ni por qué, si era necesario rectificar los datos del catálogo de masías, no se hicieron lo antes de echar por el derecho y autorizar las obras. Desde el Ayuntamiento aducen falta de medios para justificar incumplimientos de la normativa de transparencia en el consistorio, incluso los más básicos: en la página web no consta ningún acta de los plenos municipales, y consta como última fecha de actualización de la base de datos el 19 de diciembre, después de que el ARA contactara con ella. El organigrama del gobierno disponible es tan antiguo que todavía consta que el alcalde pertenece a CiU.

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