Mas y Pujol anuncian que se harán militantes de Junts en una cena en el Maresme

BarcelonaEntre la crisis de Esquerra, las negociaciones para la investidura en la presidencia de la Generalitat y el choque en los tribunales por la aplicación de la amnistía, ayer en el Maresme, en el restaurante Ma Brasa de Santa Susanna, hubo un anuncio relevante para las filas de Junts. En una cena "distendida" y ante unas ochenta personas de la formación -desde dirigentes de primera línea hasta cuadros territoriales-, los expresidentes Artur Mas y Jordi Pujol anunciaron que se harían militantes del partido después de implicarse ya en la campaña de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Según varias fuentes conocedoras del encuentro consultadas por el ARA, después de que el secretario general de JxCat, Jordi Turull, cerrara las intervenciones de la cena y les "tirara la caña" para que se animaran a entrar en Junts, Pujol levantó el dedo con un “¿que no estoy apuntado? pues apúntame” y después le siguió Mas. Ahora bien, fue más bien una escena espontánea y está por ver cómo acaba concretando, afirman las fuentes consultadas. De hecho, desde el entorno de Pujol recelan de cómo fue todo y dejan en el aire que se acabe haciendo efectiva la inscripción.

El encuentro, promovido por el presidente de la agrupación comarcal del Maresme, Carles Bosch, reunió desde el presidente del Parlament, Josep Rull, que también tomó la palabra, hasta presidentes de agrupaciones comarcales y de la veguería de Barcelona, ​​las diputadas Glòria Freixa y Judith Toronjo, así como las exconsejeras Victoria Alsina, Violant Cervera o Lourdes Ciuró, y el ex secretario general de Junts Jordi Sànchez. También estaban el ex secretario general de CDC Oriol Pujol y el exconseller y ex mano derecha de Artur Mas Francesc Homs. No estaba, en cambio, la actual presidenta de Junts, Laura Borràs, ni sus afines, que siempre han tenido una relación complicada con el grueso de los cuadros del Maresme, mayoritariamente provenientes de Convergència.

"Vacaciones de km 0"

Según diversas fuentes presentes, los discursos de Mas, Pujol, Rull y Turull fueron dirigidos a "reconstruir la nación", además de intentar apuntalar a Junts como un referente del "nacionalismo" catalán, sobre todo a raíz del resultado de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Su análisis es que ante el aumento del apoyo electoral del PSC, los junteros se erigen como el partido que puede competir con Salvador Illa, volviendo al previo esquema del Proceso con CiU y los socialistas. Ahora bien, más allá de eso, el secretario general del partido, Jordi Turull, también hizo una pincelada en la estricta actualidad.

Aparte de lamentar las últimas decisiones del Tribunal Supremo en contra de aplicarles la amnistía -lo que mantiene, por ejemplo, su inhabilitación-, reafirmó que el expresidente Carles Puigdemont mantiene el compromiso de volver aunque se arriesgue a ser detenido si hay un debate de investidura, sea de él o de Salvador Isla. En este contexto, Turull pidió a los militantes de Junts -no sólo a los diputados- que hagan "vacaciones km 0", una manera de advertirles de que en función de cómo vayan las negociaciones el expresidente podría poner los pies en Catalunya antes del 26 de agosto. Esto implicaría que sería llevado ante el Tribunal Supremo, puesto que el orden de detención se mantiene vigente, y que estaría en manos del juez instructor, Pablo Llarena, encerrarlo en prisión preventiva, al considerar que la malversación por la que se le acusa no es amnistiable. A raíz de esto, el ANC y el Consejo por la República ya preparan movilizaciones e incluso la "defensa popular", dicen, del expresidente.