Así se gestó el apoyo de Pujol en Puigdemont

El expresidente se reunió en la Catalunya Nord con el líder de Junts justo al día siguiente del anuncio de Elna

Jordi Pujol, Carles Puigdemont, Pere Aragonès, Quim Torra y José Montilla en la Universidad Catalana de Verano
01/05/2024
4 min

BarcelonaEl pasado miércoles el expresident Jordi Pujol quiso manifestar de forma pública su preferencia por Carles Puigdemont el próximo 12 de mayo. “Ahora toca Junts. Votaré a Puigdemont”, se reafirmó en una cena en Martorell, aunque admitió también su "insatisfacción política" porque él siempre será, dijo, de la extinta CDC. Este apoyo explícito y público en Puigdemont es nuevo y se gestó a través de un acercamiento previo entre ambos expresidentes. El 22 de marzo, al día siguiente que el líder de Junts anunciara a Elna que se presentaría a las elecciones catalanas para optar a presidir de nuevo la Generalitat, Pujol subió a la Catalunya Nord, acompañado de su entorno más cercano, y mantuvo un encuentro con Puigdemont.

Según varias fuentes consultadas por el ARA, la reunión fue en una residencia privada en la comarca del Vallespir –donde Puigdemont vive ahora a raíz de la campaña electoral– y se organizó a instancias del expresident Pujol tras conocer las intenciones de Puigdemont. El propio Pujol afirmó durante su discurso en Martorell que no se siente del todo identificado con Junts, pero que optará por esta formación porque a su entender es lo que "se parece más" a su antiguo partido. Es lo más similar, dijo, a lo que "decía y hacía él hace más de cuarenta años", pero "puesto al día", aunque desde la formación que dirigen Laura Borràs y Jordi Turull siempre han querido marcar distancias con Convergència. Aunque lejos queda el distanciamiento a raíz de la confesión de Pujol en el 2014 y que ahora la mayoría de dirigentes de Junts consideran a Pujol un valor a reivindicar, todavía no lo hacen abiertamente las primeras espadas en los actos públicos.

Según fuentes conocedoras de la cuestión, el encuentro sirvió a Puigdemont para trasladar al expresidente cuál era su diagnóstico de la situación y también le desgranó la hoja de ruta de la campaña, desde su voluntad de volver para el debate de investidura así como de dejar la política si no tenía opciones de ser presidente. En ese momento no se acordó hacer ningún posicionamiento público, sino que fueron posteriormente los entornos más cercanos de los dos expresidentes los que escogieron la forma de hacerlo: la cena de Martorell no es inocua, ya que es un feudo convergente, de la segunda corona del área metropolitana, a la que Pujol considera que representa la identidad de CDC. El alcalde, Xavier Fonollosa, gobierna con mayoría absoluta desde hace años.

La segunda parte de Sant Miquel de Cuixà

Este encuentro es la segunda parte de un proceso de reencuentro entre Puigdemont y Pujol que comenzó el pasado verano, el 21 de agosto, en Sant Miquel de Cuixà. Hasta entonces todos los contactos habían sido telemáticos por el exilio del líder de Junts y limitados sobre todo a partir de la pandemia. El acto que se celebró en la Catalunya Nord también con el resto de los expresidentes de la Generalitat con motivo del homenaje a Pau Casals fue el primer paso para recuperar la sintonía. Sobre todo por la comida privada que hubo después.

A partir de ese momento, Puigdemont introdujo dos temas que son primordiales para Pujol en sus discursos –la preocupación por el catalán y la inmigración–, empezando por su discurso en Bruselas el 5 de septiembre para explicar sus condiciones en la investidura de Pedro Sánchez. De hecho, es a raíz del giro de la política de Junts en Madrid que Pujol ve con otros ojos el partido, según explican fuentes conocedoras de las conversaciones, pese a que Puigdemont defiende que no ha habido ningún cambio en su posicionamiento en el Congreso después del pacto con el PSOE.

Con el posicionamiento de Pujol, y la entrada en la campaña de Junts del también expresidente Artur Mas -que en las anteriores catalanas apoyó al PDECat-, el fundador de CDC y su relevo al frente del partido se vuelven a situar en el junto a Puigdemont tras un distanciamiento político (que no personal) por los hechos del 2017. Un reencuentro simbólico que ejemplifica la metamorfosis de este espacio político hasta Junts después de desaparecer formalmente como CDC en 2016.

Ahora bien, en esta campaña también se ha constatado la diáspora del espacio postconvergente, ya que durante estos días ha habido otros posicionamientos que dan pistas de la dispersión del electorado que había representado a Convergència. Andreu Mas-Colell, consejero de Economía durante la presidencia de Artur Mas, ha apoyado al candidato de ERC, Pere Aragonès, por su "talante" y por ser "buen negociador" –ERC también lleva a la lista a Carles Campuzano–, mientras que los exconsejeros Santi Vila y Miquel Sàmper se dejaron ver en la puesta de largo de Salvador Illa cuando presentó su programa para presidir la Generalidad.

Despedida de la madre de Puigdemont

El martes ayer Puigdemont despidió de forma telemática a su madre, que falleció en la madrugada del lunes y por este motivo el candidato de Junts ha suspendido su agenda durante dos días -hoy reaparecerá en un mitin en Argelers-. "Agradecemos las muestras de pésame y de apoyo que hemos recibido desde su traspaso", expresó el expresidente a través de las redes sociales. "Descansa en paz, querida madre", dijo. A la ceremonia, en Santa Maria d'Amer, asistieron el propio Pujol, el expresidente Artur Mas y también el presidente del Barça, Joan Laporta. A Puigdemont ya se le murió su padre en el 2019 estando en el exilio.

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