¿Dónde están los responsables de la gran mentira del 11-M?

MadridEl periodista Javier Martín de la agencia Efe explica al ARA que el 11 de marzo del 2004 por la mañana estaba haciendo una entrevista en un bunker secreto de Beirut a un alto cargo de Hizbulá, la guerrilla chií que actúa en Líbano . Era un lugar subterráneo al que, en teoría, no debía llegar ninguna señal del exterior. Sin embargo, cuando acabó la entrevista el representante de Hezbolá le dijo que sentía mucho lo ocurrido en Madrid y que quienes lo habían hecho eran "malos musulmanes que no representaban al islam". Martín relata que en ese momento no sabía de qué le hablaba, pero cuando salió al exterior y supo la magnitud de los atentados, escribió rápidamente un teletipo señalando que Hezbolá responsabilizaba al yihadismo y los condenaba. Este teletipo, como tantas otras informaciones que señalaban hacia la autoría yihadista en las primeras horas y días, nunca se publicó en un medio público como la agencia Efe. Eso mismo ocurrió con otras muchas informaciones que apuntaban a la autoría yihadista y no a ETA, que fueron censuradas en los medios públicos españoles, entonces controlados por el PP.

El grado de manipulación informativa fue de una magnitud nunca vista hasta ese momento y también desde entonces en democracia. Los dos ejemplos más escandalosos fueron, por un lado, las llamadas del presidente del gobierno español, José María Aznar, a directores de periódicos y medios audiovisuales el mismo día 11 para asegurarles que los atentados habían sido obra de ETA el desmentido de su brazo político y de las dudas policiales y del CNI. Y, por otra parte, aún más bestia desde un punto de vista deontológico, la no emisión de una entrevista íntegra con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su esposa, que habían querido trasladar al pésame a la opinión pública española por la primera cadena de TVE. El gobierno del PP pensó que si se relacionaban los atentados con el apoyo de Aznar en la guerra de Irak perdería las elecciones. Y por eso intentaron mantener la mentira que había sido ETA hasta el mismo día de los comicios, incluso cuando ya se habían producido unas primeras detenciones que apuntaban al yihadismo.

Lo curioso del caso es que veinte años después, el principal responsable de esa gran mentira, José María Aznar, aún no ha pedido disculpas ni ha reconocido los hechos. Aznar, de hecho, sigue siendo un referente dentro del PP, como seguidamente explicaremos. ¿Pero qué se ha hecho del resto de implicados en aquella operación de manipulación en masa de la opinión pública?

José María Aznar (Madrid, 1953) ha tenido muchas oportunidades para entonar el mea culpa por lo que hizo durante el 11-M. Lo podría haber hecho en sus libros de memorias publicados (Memorias I y El compromiso del poder. Memorias II, ambos en la editorial Planeta), pero lo único que encontramos son autojustificaciones (insiste en que siempre ordenó a Acebes dar toda la información) e incluso críticas a los familiares de las víctimas que le acusaban. "'Señor Aznar, yo le hago a usted responsable de la muerte de mis dos hermanas'. Justo cuando iba a empezar el funeral por las víctimas, como un puñal cruel y helado se me clavaron esas palabras en el corazón, dichas por alguien que se creía con derecho a ello", escribe en la página 304 del segundo volumen de memorias. La última vez que le han preguntado por la cuestión fue hace tres años en una entrevista de Jordi Évole: "Si de algo no se puede acusar a mi gobierno es de no haber dicho la verdad".

Pero lo cierto es que Aznar nunca se ha desmarcado del todo de la llamada teoría de la conspiración. En la comisión de investigación que se celebró en el Congreso en el 2007 dejó para la historia una frase que quería ser enigmática, pero que se entendía muy bien: "Los que idearon el 11-M no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas". Una forma de insinuar que el objetivo de los atentados era descabalgarlos del poder y, por tanto, había un motivo en clave española detrás.

El caso es que, aunque hubo un juicio a los responsables del 11-M y se ha establecido una verdad judicial totalmente contraria a estas teorías, Aznar sigue siendo un referente dentro del PP. Aunque oficialmente afirma estar retirado de la política, durante estos veinte años ha compaginado la actividad privada en empresas como Endesa, News Corporation (el grupo del magnate conservador Rupert Murdoch), el fondo de inversión Centaurus Capital (que opera desde las Islas Caimán) y la multinacional minera Barrick Gold Corporation, con la presidencia de Faes, el think tank más importante de la derecha española.

Desde aquí se ha dedicado a influir su partido, enfrentándose a veces a los sectores más moderados alineados con el rajoyismo, y encaramando cachorros como Isabel Díaz Ayuso, su discípulo y seguidora más importante. Como líder espiritual del sector más radical del PP, últimamente se le ha visto en las manifestaciones contra la amnistía, donde sigue siendo aclamado por los suyos. Como prueba de su influencia, sobre todo en el ámbito de los poderes del Estado, en Madrid se vinculan todas las actuaciones judiciales para torpedear la amnistía a la llamada que hizo: "Quien pueda hacer, que haga; quien pueda aportar, que aporte, y quien pueda moverse, que se mueva".

Ángel Acebes (Pajares de Adaja, 1958) fue el encargado, como ministro del Interior, de dar la cara durante esa crisis para intentar, contra toda evidencia, mantener viva la tesis de la autoría ETA antes de las elecciones . El mismo día 11 Acebes acusó de "miserables" a quienes dudaban de la autoría de ETA, pero más tarde se vio obligado a reconocer que había "dos líneas de investigación" cuando se encontró una furgoneta sospechosa con una cinta con versos islámicos. E incluso cuando el sábado se produjeron las primeras detenciones de personas relacionadas con el yihadismo se resistió a descartar por completo la vía de ETA.

Tras abandonar el gobierno, se mantuvo como diputado hasta el 2011, cuando se reincorporó a su despacho de abogados. Un año después fundaría junto al exministro José María Michavila un nuevo bufete, MA Abogados, con despachos en Madrid, Valencia y Bilbao, entre otros lugares. En paralelo ha tenido muchos cargos de designación política, lo que se conoce como puertas giratorias. Así, poco después de dejar la política, en 2011 entró en el consejo de administración de la entidad que gestionaba las cajas de ahorros rescatadas por el gobierno español. Un año después, en 2012, entró en Iberdrola con un sueldo de 300.000 euros al año.

Además, en 2013 se supo, a raíz de los papeles de Bárcenas, que Acebes había recibido 107.100 euros en sobresueldos con dinero negro. En 2020 fue absuelto del caso Bankia. A raíz de esto concedió una de las pocas entrevistas que ha realizado desde que dejó la política. Fue en las páginas deEl Mundoy básicamente por quejarse de la injusticia que había sufrido.

Eduardo Zaplana (Cartagena, 1956) era portavoz del gobierno español durante la crisis del 11-M y como tal se encargó de llamar a periodistas ya realizar apariciones públicas para apuntalar la versión que había sido ETA. El sábado, 13 de marzo, acudió a la sede de la agencia Efe a grabar una comparecencia y ordenó que se montara un fondo que pareciera un despacho oficial. Los trabajadores de la agencia protestaron por éste y otros casos de manipulación y censura. Tras abandonar el gobierno, hizo de portavoz del PP en el Congreso durante la primera legislatura de Zapatero, incidiendo también en la teoría de la conspiración.

En 2008 el también expresidente de la Generalitat Valenciana abandonó la política y fue nombrado director de Telefónica, en otro caso flagrante de puertas giratorias. En el 2015 flirteó con Ciutadans y asesoró a Albert Rivera para montar el partido en la Comunidad Valenciana. En 2018 fue acusado de blanqueo y malversación por cobrar 20 millones en supuestas operaciones ilegales en el llamado caso Erial. Una parte del dinero se encontró en vez de en Suiza. En mayo de aquél entró en prisión por riesgo de fuga, pero siete meses más tarde el juez le dejó en libertad porque adujo que tenía una leucemia y que había recibido un trasplante de médula en el 2015. A pesar de esto, en las últimas apariciones aparenta un buen estado de salud. La Fiscalía Anticorrupción le pide 19 años de cárcel y una multa de 40 millones en un juicio que se ha aplazado varias veces. Ahora está previsto que comience el 21 de marzo.

Alfredo Urdaci (Pamplona, ​​1959) fue el encargado de aplicar la censura en TVE desde el cargo de director de informativos para intentar que en los telediarios no se hiciera referencia alguna a la posible pista yihadista de los atentados. Urdaci ya era conocido en aquella época porque fue el responsable de la primera condena por manipulación informativa de un medio público, por haber minimizado los efectos de la huelga general del 20-J, por lo que tuvo que leer una rectificación en antena en la que se refirió al sindicato CCOO como "ce ce oo". Una vez destituido, se tomó una excedencia de RTVE (había ganado la plaza en 1985) y pasó a trabajar en diferentes medios privados de orientación derechista (fue tertuliano del famoso programa El gato en el agua) hasta que quiso volver a RTVE y el ente se negó. Entonces Urdaci llevó el caso a la justicia, que le dio la razón. RTVE le recolocó entonces en el programa La aventura del saber, un matinal de carácter divulgativo.

Poco después de ser destituido, Urdaci escribió el libro Días de ruido y furia (Plaza&Janés), pero la justicia ordenó su retirada porque contenía afirmaciones falsas sobre el entonces periodista de la Cadena SER Fernando Delgado, fallecido recientemente.

José Antonio Sánchez (Huelva, 1953) era quien llamaba a Alfredo Urdaci durante los hechos del 11-M para trasladar las órdenes que llegaban de la Moncloa. El PP le ha agradecido desde entonces los servicios prestados con cargos a los medios que controlaba o empresas afines como Telefónica (2004-2011), adonde fue a parar cuando fue destituido por el nuevo gobierno socialista. En 2011 fue nombrado director general de Telemadrid y tres años más tarde Mariano Rajoy le repescó para hacerse cargo de RTVE. O sea, que uno de los responsables directos del principal escándalo informativo de la democracia española regresó, diez años después, al lugar del crimen en medio de la estupefacción de los trabajadores. Sánchez ocupó el cargo hasta la moción de censura que convirtió a Pedro Sánchez en presidente en el 2018. Entonces Isabel Díaz Ayuso le volvió a colocar de director general de Telemadrid, un cargo que aún ocupa.

Pedro J. Ramírez (Logroño, 1952), que era amigo personal de José María Aznar, fue el encargado de mantener viva desde las páginas deEl Mundo la teoría de la conspiración sobre el 11-M intentando buscar informaciones que vincularan a los yihadistas con ETA. Así, pese a que la investigación policial ya había descartado su autoría, en el 2006 publicó en portada el siguiente titular: "La furgoneta del 11-M tenía una tarjeta del grupo Mondragón". El objetivo era insistir en ETA, aunque esa noticia era falsa. Lo que había en la furgoneta era una cinta de casete del grupo Orquesta Mondragón. Aquella fue sólo una decenas de portadas que insistían en esa hipótesis, convertida en una bandera del diario pese a que pocos periodistas la secundaban, según ha explicado el periodista David Jiménez en el libro El director. En el 2009, los periodistas del diario Casimiro García Abadillo y Antonio Iglesias incluso publicaron un libro, Titadyn, donde insistían en sembrar dudas sobre la versión oficial.

Pedro J. Ramírez fue destituido como director deEl Mundo en 2014 (sustituido por Abadillo, por cierto) y creó su propio digital, El Españolpero nunca se ha retractado ni ha pedido disculpas por su trabajo durante los atentados del 11-M y, sobre todo, en los años posteriores. En una entrevista en el ARA en el 2021, por ejemplo, todavía denunciaba que no se había investigado lo suficiente el 11-M y que él no había publicado ninguna mentira.

Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, 1951) hizo lo mismo que Pedro J. en la prensa, pero desde la radio. La diferencia es que lo hizo con una agresividad mucho mayor, hasta el punto de atacar a compañeros de la prensa conservadora y políticos del PP que no comulgaban con la teoría de la conspiración. Así, desde su programa matinal en la Cope, que era el segundo más escuchado de España, llegó a pedir a los oyentes que se dieran de baja delAbc cuando este diario empezó a dar por buena la tesis oficial de la autoría yihadista. También atacó con virulencia al entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien llegó a pedir la intermediación del cardenal Rouco Varela sin éxito alguno. Tras salir de malos modos de la Cope en 2014 se dedicó al grupo Libertad Digital, que él mismo había creado en el 2000 y que ahora es propietario de la emisora ​​Esradio, donde presenta el programa matinal. En todos estos años ha sido condenado varias veces por difamar o denostar a personas como Josep Lluís Carod-Rovira o el propio Gallardón. Ahora mismo es un adalid del ayusismo y está enfrentado con el partido Vox y sus líderes.