Una reunión 'in extremis' a tres bandas para intentar el milagro (que no se produjo)

ERC cuestiona la negociación de Díaz, ligada por un PSOE que no permitía cambios en el texto

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Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Yolanda Díaz, conversando en el Congreso , mientras Gabriel Rufián pasa ante sede

MadridA las siete de la tarde el equipo de Yolanda Díaz llama a Esquerra para que Gabriel Rufián acuda a una reunión en el ministerio de Trabajo con el PSOE. Es miércoles y al día siguiente se vota el decreto de la reforma laboral en el Congreso. El portavoz republicano se pregunta: "¿Por qué?". Hace días que las posiciones no se mueven y ve complicado que se desencallen in extremis, y también se sorprende de que el supuesto encuentro sea a tres bandas. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, no tenía constancia de ello. "¿Por qué?", se pregunta también. La reunión no se produce y el proyecto tendrá que salir adelante con la mayoría alternativa que ya ha conseguido construir el PSOE por su parte. No llegó el milagro de conseguir el apoyo de ERC; más bien se ha producido otro con la aprobación gracias a un error de un diputado del PP.

El episodio refleja lo que fuentes de ERC definen como una "locura". No quieren calificarlo ni de negociación, sino de conversaciones y contactos. Sí ha habido intercambio de documentos, hasta cinco por parte de Díaz, si bien aseguran que las propuestas eran prácticamente iguales. En cuanto a contenidos, se quejan de que no había opción de modificar ni las indemnizaciones por despido improcedente, ni los salarios de tramitación, ni el endurecimiento de las condiciones para aplicar EREs.

Otras fuentes de la negociación, sin embargo, aseguran que sí se había ofrecido a posteriori la prevalencia de los convenios autonómicos y reforzar la autorización administrativa de los ERE. Los republicanos solo admiten que se les planteó el refuerzo de las inspecciones de trabajo, pero ya lo preveían los presupuestos de la Generalitat. La sensación en ERC es que el PSOE había dado a Díaz poderes para encontrar apoyos, pero con la línea roja de que no se podía tocar nada del texto. Es decir, que se proponían cosas que en todo caso se aprobarían a través de otros decretos posteriores. Lo corrobora cuando necesita contrastar con los socialistas aquello que la vicepresidenta segunda ofrece y se encuentra el no por respuesta.

El segundo inconveniente es la falta de garantías para introducir mejoras más adelante con nuevos decretos. El entorno de Díaz asegura que se lo ofreció y que, incluso, el socio mayoritario del gobierno se comprometería por escrito a apoyarlo. La pregunta es cuándo. Fuentes cercanas a la negociación explican al ARA que ERC quería el compromiso por escrito antes de la votación final en el Congreso, pero que el PSOE lo dejaba para después de las elecciones de Castilla y León. Las mismas fuentes apuntan que pesaba "la desconfianza" de ERC hacia el ala socialista.

"El PSOE no reconocerá ningún cambio ni ahora ni a posteriori", sostienen los republicanos. El tercer factor distorsionante es la comunicación: según ERC, Trabajo prohibía que se anunciara lo que se pactaba. También ha pasado con el PNV, dicen. ¿Habría caído Cs si los nacionalistas vascos hubieran explicado que avalaban la reforma laboral? El equipo de Díaz cree que sí y ERC que no. Los republicanos se preguntan por qué ninguno de los que han dado el sí -a quien la formación naranja no vetaba- ha explicado qué ha obtenido a cambio.

"No lo han calibrado bien. Se han equivocado", coinciden dos fuentes implicadas en la negociación. ERC subraya que no ha notado presión del PSOE porque desde el principio dejó claros los límites del terreno de juego, y ha sido Díaz quien ha intentado una misión imposible. "No la había visto nunca con tantas ganas de llegar a un acuerdo", apunta una fuente del entorno al diálogo social, que lo ejemplifica con la visita de Díaz a Barcelona durante dos días. Un esfuerzo al que los últimos días se habían sumado los sindicatos, CCOO y UGT. Pero ha sido en vano. El serial revela que los socialistas ya tenían claro de entrada con quién sí y con quién no podrían aprobar la reforma laboral y así lo reconocen desde Ferraz. "Hay que conocer a tus socios", aseguran fuentes del PSOE.

"Deseamos que a Díaz le vaya bien"

Para la historia quedará con quién aprobó Díaz la reforma laboral, subrayan desde ERC. Y hay silencios "paradigmáticos", añaden: al debate en el Congreso no han asistido las ministras de Unidas Podemos Irene Montero e Ione Belarra, que mientras intervenía la vicepresidenta anunciaban un permiso de siete días al año retribuido para madres para cuidar a familiares. Tampoco el ex líder de Podemos Pablo Iglesias ha tirado cohetes con la reforma laboral.

Quizás por eso el intento desesperado de convencer a las fuerzas progresistas, aunque estuviera atada de pies y manos. La negociación ha sido extenuante, pero no tiene que suponer ningún punto de inflexión en las relaciones con la vicepresidenta segunda, dicen los independentistas. Explican que Díaz llegó a preguntar si Rufián tenía algún problema personal con ella -el portavoz republicano afirmó que su partido no votaba "proyectos personales", cosa que la sorprendió-. Ni lo tiene ni podría decidir un voto en función de esto, alegan desde ERC. De hecho, esperan y desean que le vaya bien la construcción de la nueva plataforma y la izquierda venza a la derecha en las próximas elecciones. "Somos conscientes de la alternativa", ha sido lo primero que ha dicho Rufián durante el debate en el hemiciclo.

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