Aragonès y Felipe VI: un saludo con suspense

JxCat también acaba enviando a alguien a la cena con el monarca, la 'consellera' Victòria Alsina

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El rey Felip VI y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

BarcelonaCena de estado en Barcelona con presencia del presidente surcoreano, Moon Jae-in, y Felipe VI, pero en una de las terrazas exteriores del Hotel W, donde se celebran las jornadas del Cercle d'Economia, todo el mundo está pendiente de otra cosa. ¿Se saludarán el rey y el president de la Generalitat, Pere Aragonès? Y más importante todavía: ¿lo harán ante las cámaras? No es un detalle menor, puesto que la Generalitat, molesta por el papel del rey en otoño de 2017, hace tres años que evita tanto como puede coincidir con el monarca en cualquier acto público. El presidente del Cercle, Javier Faus, un par de horas antes ya había hecho un spoiler : "Te agradezco mucho [president Aragonès] que puedas pasar aunque sea unos minutos a saludar al rey y al presidente de la República de Corea". Pero no será tan fácil.

En el exterior del hotel pasan los minutos y el desenlace se hace esperar. En el besamanos al monarca, ni rastro del presidente catalán, ni tampoco de la alcaldesa Ada Colau. En el besamanos al coreano, tampoco. Saludos arriba y saludos abajo, pero allá solo hay representantes del gobierno español, del ejército, del PP –Pablo Casado, que se cuela en la foto oficial del acto– y del Íbex-35 –Ana Botín–. Hace casi una hora que ha empezado, y con el Mediterráneo de testigo y media playa de San Sebastián desalojada –la seguridad real obliga–, solo un representante de la Generalitat ha saludado al rey y al presidente coreano, el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. Ni rastro de Aragonès.

Se acaban los saludos y todo el mundo empieza a desfilar hacia el interior. No habrá saludo, como mínimo a ojos de todo el mundo. ¿Seguro? Es en este momento cuando sale del interior del hotel el presidente catalán y se encuentra con el rey. La pandemia hace más fácil que no haya apretón de manos y, según testigos presenciales, todo queda en un breve intercambio de palabras y una foto –a propuesta del rey, según la Generalitat– a cargo de la casa real. Con suspense, pero un saludo al fin y al cabo. No será una imagen fácil de digerir para una parte del independentismo, pero Aragonès aprovecha el momento para otra cosa. En el encuentro con el rey también está el presidente coreano y, mediante una traductora que hace rato que no da abasto, le explica los lazos históricos de Catalunya con Corea y las inversiones que afectan los dos países.

Una asistencia inesperada

Pasada la escena, Aragonès se va a casa y no se queda a la cena. Una cosa es saludar y la otra compartir mesa. Dentro, Colau evita la presidencial. No solo el independentismo está incómodo con el monarca. En su discurso, el rey esquiva todas las controversias posibles. Ni rastro de aquellas palabras que pronunció el 3-O contra lo proyecto independentista y que son el origen del distanciamiento de la Generalitat, que han hecho que el saludo de hoy sea el tema del día. Todo queda en una referencia del monarca a la "confluencia y colaboración" política en España y, sobre todo, muchas flores hacia Corea. En la cena también hay presencia del Govern. La anunciada asistencia de la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, pero también hay una sorpresa. Finalmente, JxCat tendrá representación en la cita. No será el vicepresidente Jordi Puigneró, pero sí la consellera de Acción Exterior y Gobierno Abierto, Victòria Alsina. Por primera vez en tres años, los dos partidos del independentismo institucional participan al más alto nivel en un acto con el monarca. ERC y JxCat, JxCat y ERC. Con suspense, pero hay un cierto cambio de paradigma.

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