Reforma fiscal

Podemos, el último escollo del paquete fiscal de Sánchez

Los socialistas siguen negociando con la formación lila el impuesto a las energéticas

MadridPodemos es el último escollo del paquete fiscal que el gobierno español confía en aprobar este jueves. La formación lila aún no confirma su apoyo a las medidas fiscales que se votan en la Cámara Baja Española y el motivo es el impuesto a las energéticas. Las negociaciones con el PSOE siguen abiertas –el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negocian directamente con Ione Belarra–, pero a pocas horas de votar la reforma, no avanzan. "Aún no hay acuerdo y estoy muy preocupada", ha manifestado Belarra este jueves por la mañana, en declaraciones a TVE. Ante esta situación, Montero ha querido comparecer para dejar claro que el PSOE "cumplirá con los compromisos y acuerdos con todos los partidos". Una forma de garantizar a los partidos de izquierdas, por un lado, que habrá impuesto a las energéticas; y en Junts y PNV, por otra, que este impuesto no será muy agresivo para las empresas.

La portavoz de Podemos ha criticado que los socialistas no son ambiciosos por la negativa de Junts a un tributo a las energéticas que las desincentive en mantener inversiones en Catalunya, como es el caso de Repsol en Tarragona. Por ahora, lo que los socialistas están planteando no satisface al partido de Belarra. Podemos ha puesto dos elementos sobre la mesa para intentar desatascar las conversaciones, pero los socialistas no los estarían aceptando, según explican fuentes de la formación lila. Uno de ellos no quieren revelarlo y el otro es que el ejecutivo español se comprometa a realizar una estimación de ingresos a través del nuevo impuesto al sector energético.

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Por el contrario, los votos de ERC, EH Bildu y el BNG ya están asegurados de cara a la votación del paquete fiscal, sobre todo después de haber endurecido ligeramente el impuesto a la banca y con el "compromiso" del ejecutivo de presentar un impuesto energético a través de un nuevo real decreto. De hecho, los republicanos incluso han criticado la estrategia de Podemos: "Compartimos el diagnóstico [...] pero en este caso no compartimos la solución [con Podemos]", ha afirmado el diputado republicano Gabriel Rufián, este jueves en el mañana en un desayuno informativo. "Tumbar el proyecto de ley comporta unas consecuencias económicas y de legislatura muy importantes", ha concluido.

Esta predisposición de ERC, EH Bildu o el BNG es lo que da garantías al ejecutivo español de estar más cerca de salvar la reforma fiscal que, pese a aguada, insufla aire a la legislatura. Sobre el impuesto a las energéticas, los republicanos están abiertos a aceptar la condición de Junts de que queden exentas “las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. Ahora bien, el decreto no estará cerrado todavía y la votación del paquete fiscal deberá realizarse con la incógnita de si la fórmula que diseñe el ministerio de Hacienda conseguirá superar las reticencias de los junteros cuando haya que votar, un mes después que lo apruebe la Moncloa. Por eso Podemos desconfía.

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¿Hacia dónde puede ir el impuesto energético?

El gobierno español está mirando cómo contentar a Junts, a los que no les gusta la idea de mantener el impuesto a las energéticas, y al mismo tiempo cumplir con los partidos de izquierdas. Hace un año, en la última prórroga del impuesto, el ejecutivo de Sánchez ya se abrió a vincularle a las inversiones en descarbonización con la idea de que las compañías afectadas, sobre todo aquellas como Repsol o Moeves (antigua Cepsa) , pudieran deducirse estas inversiones. Las bonificaciones deberían ser muy elevadas para que la derecha votara a favor y fuentes del ministerio de Hacienda confirman que serán "muy significativas". Además, las energéticas siempre han denunciado que hasta ahora el impuesto afectaba a los ingresos y no a los beneficios. Esta opción estuvo sobre la mesa en su momento y ahora el gobierno podría recuperarla.

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Ante la posibilidad de que se prorrogue un año más, el sector ha vuelto a mostrar su rechazo. Este miércoles las principales compañías –Naturgy, Repsol, Iberdrola, Endesa y Moeves (antigua Cepsa)– han advertido de que si acaba aprobándose el tributo, se ponen en riesgo “30.000 millones” en inversiones.

El impuesto a la banca

La otra incógnita del día será cómo se incluye el impuesto extraordinario en el sector bancario. El lunes no se aprobó, pero después el PSOE pactó con ERC, EH Bildu y el BNG una enmienda transaccional para que se transfiriera la recaudación a las comunidades autónomas e incrementar al 7% el tipo más alto. el original, que no incorporaba estos elementos. En todo caso, desde el gobierno español apuntan a que se podría modificar más adelante con otra iniciativa.

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