Política

Sánchez quiere unificar la negociación con ERC y Junts

Pero el presidente admite que está “verde” y que de entrada la negociación con Esquerra tendrá un mediador diferente

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Pedro Sánchez durante la sesión de investidura en el Congreso

BarcelonaSi fuera por Pedro Sánchez, la negociación del PSOE con ERC y Junts en dos tablas separadas tendría los días contados. El presidente español ha apostado este lunes por unificar la negociación con los dos partidos independentistas en un solo espacio, dado que en ambos lados se habla sobre la resolución del conflicto político. Lo ha dicho en una entrevista en la Cadena SER donde, sin embargo, ha admitido que ni el estado de las conversaciones ni las posiciones de los interlocutores permiten pasar de dos tablas a una. "Estamos hablando de las mismas cuestiones, un problema político con el momento álgido de 2017. Me gustaría que pudiéramos llegar a un proceso de negociación en el que hubiera ERC y Junts", ha dicho Sánchez. Ahora bien, ha admitido: "Ahora es prematuro y está muy verde". Por eso ha dicho, en este sentido, que de entrada Esquerra y los junteros no compartirán verificador, un rol que en el caso de Junts ha asumido el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez (San Salvador, 1955), que actuará con el apoyo de la entidad suiza Henry Dunant.

Todo apunta a que la coordinación estratégica que tanto ERC como Junts se instaban a recuperar en campaña en verano no pasará por compartir la misma mesa de negociación con el PSOE. Este lunes Junts ha sorteado la cuestión y se ha limitado a sacar pecho del encuentro. El portavoz, Josep Rius, reivindicó el "cambio de paradigma" tras cuatro años de una mesa de diálogo "estéril" y reprochó a los republicanos ya los socialistas que vetaran a Junts en la primera fase de la negociación. Ahora, en cualquier caso, los junteros descartan la coordinación: fuentes del partido recelan de compartir la misma banda de la mesa que los republicanos porque aseguran que su "precio" es diferente –informa Núria Orriols.

Los republicanos, en cambio, ahora mantienen la mano tendida para que se incorporen a la mesa de gobierno a gobierno y, de hecho, acusan al partido de Carles Puigdemont de no querer coordinar las estrategias de negociación. En cuanto al mediador, como ha dicho Sánchez, será distinto, pero seguirá el mismo esquema que Junts: también contará con el apoyo de organizaciones internacionales. El partido ya ha trabajado con varias entidades con sede en Suiza durante estos últimos años, entre ellas Henry Dunant pero también Berghof, SwissPeace y GCSP (Geneva Centre for Security Policy) –informa Mireia Esteve.

Sánchez defiende negociar en Suiza y Aznar vuelve

Que la reunión se celebrase en Ginebra (Suiza), donde autoridades del mundo se citan para resolver conflictos internacionales, ha inflamado a la derecha. Sánchez ha salido en defensa de estas negociaciones y, de hecho, ha recordado que fue el puesto que el gobierno del expresidente José María Aznar eligió para negociar con ETA. También Junts ha lanzado un dardo al PP: Rius ha querido poner en valor la figura de Galindo como mediador, con una "larga trayectoria" en la resolución de los conflictos, y ha tildado de "xenófobas" las descalificaciones de la derecha. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que era "una humillación" que una persona de El Salvador "decidiera el futuro de España". Unas declaraciones que también le han reprochado los comunes, que ven "racismo, xenofobia y clasismo", y el PSC, que considera las palabras de Feijóo "totalmente desafortunadas".

Pero este lunes la derecha se ha vuelto, en boca del propio expresidente José María Aznar. En una entrevista en Antena 3, calificó las reuniones de los socialistas y los independentistas en Ginebra de "disparate total" y de "vergüenza". "España vive un momento muy crítico, probablemente el más crítico si uno deja aparte el intento de golpe de estado del 23-F, en los últimos 45 años", ha añadido.

La reunión del sábado se desarrolló con un gran hermetismo y, según detalló Sánchez, sólo se habló del método de trabajo y del nombre del mediador. "Se hablará sólo de lo que ya está acordado", aseguró, aunque ambos partidos parten de posiciones totalmente opuestas. El presidente español ha repetido en varias ocasiones que el objetivo de la negociación con Junts es recuperar la "convivencia" en Catalunya, un "propósito noble" que lamenta que la derecha trate de obstaculizar. Sin embargo, no es por eso que defiende el acuerdo Junts. Los de Carles Puigdemont han argumentado desde el principio que el acuerdo con el PSOE sienta las bases para negociar un referendo pactado para resolver un conflicto histórico en una negociación de igual a igual.

En todo caso, las conversaciones con los junteros continuarán "tanto dentro como fuera de España". De hecho, este lunes la vicepresidenta Yolanda Díaz también ha explicado que habló con Puigdemont la pasada semana por cuestiones relacionadas con el ministerio de Trabajo. Si se hacen en Suiza, argumentó Sánchez, es porque "algunos de los actores no viven en España, viven en Bruselas" por sus causas pendientes con la justicia. ¿Quiere esto decir que, para el líder socialista, Puigdemont es un exiliado? No, sigue siendo un "prófugo de la justicia".

La derecha llegaría a la mayoría absoluta

Sánchez también ha salido al paso de los resultados de un barómetro que publica hoy el grupo Prisa: por un lado, refleja que por primera vez desde el 23-J la derecha alcanzaría la mayoría absoluta y que casi un 60% de los españoles consideran que la amnistía en el independentismo es "injusta" y es "un privilegio". ¿Qué respuesta ha dado Sánchez? Aseguró que el PP también acabará beneficiándose de la amnistía, porque permitirá que Junts vuelva "al sistema político español" aunque sea "desde los márgenes". De hecho, confía en que la Unión Europea no buscará las cosquillas en España por la ley: "No nos ven como el Orbán del sur". Ahora bien, aunque en un inicio el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguró que la Comisión Europea no estaba preocupada por la ley de amnistía y el organismo le desmintió, este lunes Bolaños admitió que la Comisión tiene "preguntas", pero que el gobierno español las "responde todas" en un diálogo "fluido y transparente".

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