Sánchez defiende que el PSOE es un partido "limpio" y desafía a Feijóo

MadridPedro Sánchez ha pasado al ataque y, dejando atrás el tono compungido del pasado jueves, ha plantado cara en la segunda comparecencia en cuatro días en la sede del PSOE por el caso Santos Cerdán. Superado el choque inicial por las revelaciones del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que implica lo que hasta hace cuatro días era número tres del partido en una presunta trama corrupta, el presidente del gobierno español ha defendido que el PSOE es un partido "limpio" y ha vuelto a descartar un adelanto electoral. "No vamos a permitir que la supuesta corrupción de unos pocos, que deberá ser dirimida por los tribunales, ponga en riesgo el buen ritmo del país, [...] amenace los derechos de 48 millones de personas y [...] derribe al mayor gobierno progresista que aún queda en la Unión Europea", ha afirmado, y ha reivindicado que el ejecutivo de más de la coalición con Sumar de España". Por el contrario, Sánchez ha desafiado al PP a impulsar una moción de censura si quiere echarle ya conseguir los apoyos necesarios. Los populares ya lo han descartado de lleno porque consideran que hoy por hoy sería "un balón de oxígeno al sanchismo".

"Ha decidido una agonía lenta, pero será más dolorosa", ha advertido el portavoz popular, Borja Sémper, en una comparecencia inmediatamente posterior a la del socialista, a quien ha reprochado que se presente como una "víctima" y al que ha reclamado la dimisión. Sin embargo, el secretario general del PSOE se ha mantenido firme en la hoja de ruta que marcó en la anterior rueda de prensa pese al clima de presión de la oposición, de sus socios parlamentarios y también interno para que profundice en las explicaciones y en las decisiones por el escándalo de presuntas comisiones ilegales en la adjudicación de obras públicas. En ese sentido, Sánchez también ha descartado una cuestión de confianza y cambios en el gobierno español.

Lo que ha anunciado es que impulsará una comisión de investigación en el Congreso sobre el caso Cerdán y que comparecerá a petición propia en la cámara baja para dar las explicaciones que le exigen sus socios, pero no ha puesto fecha. Los de Alberto Núñez Feijóo han exigido que sea esta misma semana y han instado a la mayoría plurinacional a presionar con ellos si no quieren "mancharse con ese tsunami de la corrupción".

Aparte, el PSOE ha acordado expulsar al exministro José Luis Ábalos como militante de la formación. En paralelo, Cerdán se ha dado de baja del partido y ha entregado el acta de diputado en el Congreso. "El PSOE es una organización limpia", ha defendido Sánchez, quien ha asegurado que el caso Cerdán es "lo único" que se le puede atribuir por haber confiado en su anterior secretario de organización, del que se ha desvinculado. Sobre las sospechas de una posible financiación irregular del partido, el presidente español negó que haya indicios en el informe de la UCO y reiteró que impulsará una auditoría externa de las cuentas pese a que el partido acaba de superar una. "El PSOE es el partido con niveles de transparencia más elevados de nuestro país", aseveró, y criticó que el PP y Vox hayan salido en tromba contra los socialistas cuando "no se autoexigen lo mismo", en alusión al caso de la Kitchen que afecta al PP.

Éstas son las principales decisiones tomadas en la reunión de casi cinco horas de la cúpula socialista. Fuentes presentes en el encuentro en la calle Ferraz han explicado que todo el mundo ha querido tomar la palabra y que no ha habido tensión. Sánchez agradeció públicamente "la empatía y solidaridad", así como "la determinación y el orgullo" progresista de sus miembros, que son el núcleo duro de Sánchez. Es en el comité federal del 5 de julio, el máximo órgano del partido entre congresos que se reunirá finalmente en Madrid, donde estarán presentes algunos de los críticos, como el castellano-manchego Emiliano García-Page. En el encuentro en tres semanas, Sánchez planteará la reestructuración definitiva de su ejecutiva. De momento se limitó a sustituir de forma interina a la secretaría de organización que pilotaba Cerdán y encargó a cuatro miembros de la actual cúpula del PSOE que asuman temporalmente sus funciones. Serán la presidenta del PSOE, Cristina Narbona; la secretaria de la ejecutiva y diputada del PSC en el Congreso, Montse Mínguez, y el también secretario Borja Cabezón, así como la gerente del partido, Ana María Fuentes.

El secretario general socialista también ha salido al paso de las informaciones que recuerdan que Fuentes, la gerente, aparece mencionada en el informe de la UCO que señala Cerdán. El informe recoge que en marzo del 2022 Koldo García, el exasesor de Ábalos, avisó al director general de Carreteras, Javier Herrero, de que había licitado algunos de los contratos bajo sospecha, y que desde la gerencia del partido –asumida por Fuentes "a iniciativa de Santos unos meses antes"– le habían pedido su teléfono. "Creo que te pedirán el impuesto", advertía el ex asesor en el cargo gubernamental. Horas más tarde, Herrero explicó a Koldo que "le habían enviado un formulario, pero no le habían especificado la cantidad". Sánchez ha argumentado que se trata de "las cuotas que pagan los altos cargos", como él mismo, de parte de su sueldo por contribuir a las arcas de la formación. "Esto no es financiación irregular, lo que hace es evitarlo", aseveró.

Sánchez admite haber pensado en todos los escenarios

Para mantener la legislatura, Sánchez también ha iniciado una ronda de contactos con los grupos parlamentarios que apoyan a su ejecutivo, que le exigen mayor contundencia. Este lunes por la tarde Sánchez ha dado el pistoletazo de salida con un encuentro con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de Sumar, en el Palau de la Moncloa. Podemos ya ha dicho que lo plantará. El presidente del ejecutivo español adelantó que a todos ellos les trasladará que el gobierno español "quiere continuar con su agenda de progreso". El líder socialista ha admitido que en los últimos días ha pensado "en todas las opciones posibles", incluida la dimisión, pero que este tiempo de reflexión le ha llevado a la conclusión de que su "deber como capitán es tomar el timón y capear el temporal". "Entregar las riendas del país al PP y Vox sería una enorme irresponsabilidad", sentenció.