Sánchez responsabilizará a los socios si la legislatura sigue sin presupuestos
La Moncloa evita poner fecha a la reunión entre el presidente español y Puigdemont
MadridPedro Sánchez dejó claro este lunes en una entrevista en TVE que la legislatura continuará aunque no consiga aprobar los presupuestos del Estado para el 2026. Sin desmerecer el valor político de las cuentas, considera que son un "instrumento" para sacar adelante la acción de gobierno, pero "no un fin en sí mismo", y que puede ir desplegando sus2 con los2. De este modo, anticipaba una hipotética derrota parlamentaria –a estas alturas no salen los números y no parece que Podemos se avenga a dar oxígeno al PSOE– y el gobierno español ya empieza a construir un relato en el que sean los socios quienes también tengan que asumir la responsabilidad de que la legislatura siga sin cuentas actualizadas.
"Llega la hora de que las consecuencias políticas que se exigen al gobierno se acompañen de lo que se pide a los grupos que acompañan al gobierno ya la oposición", ha subrayado la vicepresidenta primera del ejecutivo del Estado, María Jesús Montero. En la rueda de prensa posterior al consejo de ministros, la ministra de Hacienda ha constatado que el gobierno español por sí solo no puede aprobar los presupuestos, sino que es necesaria una mayoría en el Congreso, y ha esbozado este discurso en el que los aliados de la mayoría plurinacional tendrán que explicar una hipotética oposición a unas nuevas cuentas. Desde EH Bildu, su coordinador general, Arnaldo Otegi, ya ha anunciado que le abordará "con toda la voluntad del mundo", pero hay otras fuerzas como Esquerra, Junts y Podemos que han mostrado más reservas.
Montero ha asegurado que "dejará la piel" para conseguir el voto favorable de los aliados de investidura y que ya está "en marcha" con los primeros contactos. Su previsión es aprobar este mes el techo de gasto y también la senda de estabilidad –los objetivos de déficit y deuda–, que debe votarse en el Congreso. Esto es lo que Junts tumbó en julio del 2024 y que desincentivó al gobierno español a presentar los presupuestos porque no quería exponerse a una derrota parlamentaria. Ahora las cosas han cambiado y Sánchez sabe que ya no puede aguantar un año más sin presentar siquiera el proyecto –Yolanda Díaz también presiona para ello– y se arriesgará a un debate a la totalidad en el Congreso en el que, eventualmente, pueda sufrir un revés importante. El líder socialista lo asume y pretende trasladar parte de la responsabilidad de esta legislatura sin nuevas cuentas a las que vota en contra.
La ministra de Hacienda, que este miércoles firmará la orden de elaboración de los nuevos presupuestos –un trámite formal por el que los departamentos deben trasladarle sus peticiones–, ha solicitado a los grupos que se sienten a negociar sobre las cuentas y que no los vinculen a otras carpetas. "Se utilizan estos instrumentos para solicitar cuestiones ajenas al proyecto", lamentó Montero. Por ejemplo, ERC quiere avances en la financiación singular para Catalunya y Podemos reclama la intervención en el mercado del alquiler y bajar el gasto militar. Fuentes de la Moncloa asumen que las peticiones de la formación lila son muy complicadas.
La reunión Sánchez-Puigdemont
¿Será necesario que Sánchez negocie con Carles Puigdemont el voto de Junts? El expresident dijo hace unos días desde la Universidad Catalana de Verano en Prada que este otoño "quizás pasarán cosas que no han pasado hasta ahora" y el gobierno español no quiere avanzar escenarios. Mujer por supuesto que la reunión se producirá, aunque todavía no hay fecha. "Cuando deba producirse, se informará", se limitó a decir la portavoz de la Moncloa, Pilar Alegría. La ministra de Hacienda no ha negado que la encuentro entre el líder de Junts y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, es una manera de "seguir ganando confianza mutua", pero le ha querido desvincular de la negociación presupuestaria. Montero ha querido dejar claro que las conversaciones sobre las cuentas estatales con Junts las tendrá su ministerio, y no Isla.