Sant Cugat y la Diputación de Barcelona: dos pactos sólidos dos años después de desatar la tormenta

Sant Cugat: un tripartito expreso para echar Juntos
27/08/2021
5 min

BarcelonaLas municipales de mayo de 2019 fueron seguidas de un periodo de reproches muy duros entre JxCat y ERC debido a los pactos postelectorales, en los que a menudo dejaron de lado su alianza en el Govern para escoger a otros socios en los entes locales. Después de media legislatura, las coaliciones más polémicas se han consolidado y gobiernan con buena salud.

Sant Cugat: un tripartito exprés para echar a Junts

A pesar de la la alianza independentista en la Generalitat, se podría hacer un listado de los gobiernos municipales y supramunicipales que han trascendido la política de bloques. Pero el caso de Sant Cugat fue paradigmático: despertó la indignación de JxCat y la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que el día de la toma de posesión de Mireia Ingla como alcaldesa -en junio de 2019- la criticó tildando el acuerdo de gobierno de ERC, el PSC y la CUP de “pacto de la vergüenza”. Dos años después de acabar con treinta y dos años de hegemonía convergent en la ciudad y con una pandemia por el medio, las críticas de la ANC se mantienen, pero el equipo de gobierno se muestra sólido y conforme con sus compañeros de viaje. Ninguno de los tres partidos desharía ahora el acuerdo.

“Era necesario este cambio de gobierno”, asegura la alcaldesa: “La política municipal no solo es hablar de independencia”. Ingla explica que la misma noche electoral iniciaron las negociaciones, que se alargaron durante tres semanas: “Se hizo un acuerdo de gobierno sin acordar las sillas”. “El gobierno funciona muy bien porque lo preparamos muy bien”. Coincide con ella Núria Gibert (CUP), tinenta de alcaldía de Derechos Sociales e Igualdad, que destaca que una vez han entrado a gobernar han visto que “el desbarajuste, la desorganización, el clientelismo” dentro del Ayuntamiento hacían necesario un cambio de gobierno. A pesar de admitir que fue “duro” pactar con el PSC “y también con ERC”, valora el resultado positivamente: “Nos hemos entendido en las cosas importantes”.

¿Cómo han llevado estos tres partidos la cuestión identitaria, que en el consistorio se visibilizó con la pancarta en apoyo a los presos políticos? Colgaba de la fachada hasta que fue retirada en junio de 2021 por orden judicial. El teniente de alcaldía de la Presidencia, Pere Soler (PSC), señala que los tres partidos aceptaban que “en temas de deriva nacional” se respetaría la “singularidad” de cada uno. “Si la mayoría determina que se tiene que poner una pancarta, pues bien, ya vendrá la justicia si cree que no es adecuada”, explica, a pesar de recalcar que el PSC “defiende y propone neutralidad”. Por su parte, Ingla señala que JxCat y ERC se “apoyan” en el pleno en las “iniciativas independentistas”.

Con todo, desde la ANC de Sant Cugat critican un “distanciamiento” con ERC y la CUP y el coordinador de la entidad en el municipio, Artur Royo, incluso habla de “regresión” en cuanto a las políticas independentistas, cosa que observa en el hecho de que todavía “no se hayan puesto de acuerdo con sustituir la pancarta por los presos políticos” -que se retiró en el mes de junio, cuando ya habían sido indultados-. Royo critica, además, que el consistorio no haya “sacado adelante” todavía una moción aprobada en febrero -que presentó Junts a propuesta de la ANC- sobre “soberanía fiscal”, y advierte de que en septiembre presionarán para que se haga efectiva. Desde JxCat, Carmela Fortuny critica a ERC que optara por “arrinconar a una fuerza ganadora independentista” del gobierno: “Lo intentamos todo con ERC”.

El modelo de ciudad

Més allá del rifirrafe político, la activista vecinal Mireia Gallego considera que ni el gobierno anterior “era bueno ni el que hay ahora es mejor ni peor”, y critica una falta de “sensibilidad hacia la problemática ciudadana” y un sistema de toma de decisiones que tiene poco en cuenta a los vecinos. Como en el caso del Ragull Centre, un acuerdo para construir un complejo residencial con viviendas de alquiler público, que considera que se ha llevado “de manera muy opaca”. En cambio, el presidente de la Associación de Comerciants del Barri del Monestir, Antoni Gual, aplaude la gestión del comercio en tiempo de pandemia -una cartera en manos del PSC-. “Después de 32 años había unas inercias que se alejaban de las necesidades reales de los barrios”, señala.

Núria Marín en una imagen de archivo

La pandemia cohesiona al equipo de gobierno en la Diputación de Barcelona

La presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, considera que la coalición con JxCat está funcionando “bien, mejor de lo que podíamos pensar al inicio”. El motivo: “Posiblemente el problema de la pandemia ha provocado más cohesión”. ERC sigue reprochando al partido de Carles Puigdemont que entregara la presidencia de la tercera institución de Catalunya al PSC, pero las tensiones del equipo de gobierno han sido escasas. Junts revalidó su apuesta por Marín incluso cuando estalló la investigación del caso del Consejo Deportivo del Hospitalet, cuando los republicanos plantearon la opción de presentar una moción de censura. “Nos tuvo informados desde el primer momento”, recalca Carmela Fortuny, vicepresidenta segunda del organismo: “Respetamos la presunción de inocencia”.

Igual que Marín, Fortuny considera que “el acuerdo es sólido, por el trabajo hecho y por la proyección hasta final de mandato”. Ahora, además, no hay dos formaciones sino tres en el gobierno de la Diputación. La ruptura entre Junts y el PDECat no provocó la salida ni de los unos ni de los otros, que mantienen el acuerdo con el PSC.

La presidenta de la entidad destaca que, a pesar del “ajetreo por el tema más nacional” generado al inicio del mandato, en estos primeros dos años la prioridad ha sido gestionar la pandemia, a la espera de participar en el reparto de los fondos europeos. Destaca la “buena relación con la Generalitat”, y espera mantener una “segunda parte del mandato con normalidad”.

Fortuny, que también es concejala de Junts en Sant Cugat -y ha sido muy crítica con el pacto de gobierno en este Ayuntamiento-, puntualiza que la situación de la Diputación “no tiene nada que ver”, puesto que “los socialistas” ganaron las elecciones a la Diputación -con 16 diputados, igual que ERC, a pesar de que los socialistas obtuvieron más votos-. Además, recuerda que las negociaciones para formar gobierno a la Diputación estuvieron llenas de vetos cruzados. ERC tenía un acuerdo con los comuns y quería sumar a JxCat, pero la formación de Ada Colau no quería compartir gobierno con el grupo que en la Diputación encabeza Neus Munté. “Tomamos la decisión de pactar con el PSC para poder estar en las instituciones”, explica Fortuny. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) también cargó en su momento contra este acuerdo.

Para el líder de ERC en la Diputación, Dionís Guiteras, los motivos de JxCat para no pactar con ellos no fueron estos sino la lucha por la hegemonía del espacio independentista: “Junts no quería que la presidencia fuera de ERC”. De hecho, Junts exigió a ERC durante las negociaciones para formar gobierno que revirtiera todos los pactos municipales con el PSC, a lo que los republicanos se negaron. Después de que estallara el caso de presunta corrupción del Consejo Deportivo del Hospitalet, Guiteras planteó en un pleno extraordinario la posibilidad de presentar una moción de censura contra Marín, pero JxCat cerró filas con la presidenta.

Colocar el lazo amarillo

Guiteras admite, no obstante, que “de puertas afuera parece que el pacto es fuerte” y tiene “buena salud”, aunque señala diferencias en materia nacional: “Se aprobó una moción para restablecer el lazo amarillo en la Diputación, y no se ha cumplido nunca”, lamenta. Además, critica que, a su entender, el gobierno no tenga lo suficientemente en cuenta las diferencias entre municipios: “No se tiene en cuenta la diversidad territorial”.

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