Vilaplana ya rechazó la oferta de Mazón para dirigir À Punt dos semanas antes de la comida en El Ventorro

La comunicadora le dejó claro en ese encuentro que no volvería a la televisión pública valenciana

BarcelonaLa dirección de À Punt. Ese fue el motivo que esgrimieron tanto Carlos Mazón como el entorno de Maribel Vilaplana para justificar su polémica almuerzo en El Ventorro. Una comida que no se confirmó hasta diez días después. La periodista pidió al presidente valenciano que escondiese con quien había comido y así lo hizo él hasta que los medios lo hicieron público. No quería salir salpicada de una tragedia de la que ella no sabía nada. Por tanto, había que dar una razón de peso para construir una comida que se prolongó casi cuatro horas. Pero esa oferta de Mazón ya le había hecho llegar dos semanas antes. Concretamente, el 11 de octubre, dieciocho días antes de la dana, según ha podido confirmar el ARA y como ya había apuntado Eldiario.es.

Fue en un encuentro casual en el restaurante La Raspa, que regenta el que fue director de Canal 9, Pedro García. Vilaplana se fue con una amiga y allí coincidió con Mazón, que cenaba con su jefe de gabinete, José Manuel Cuenca, y otros miembros de su núcleo. En este establecimiento, a solo 800 metros de El Ventorro, que era uno de los puestos predilectos del presidente valenciano antes de la dana, Mazón invitó a Vilaplana a sentarse con ellos y le propuso que dirigiera el canal autonómico. Su rechazo fue tajante. "¿Qué le dijiste?", le preguntó gente de su entorno cuando les contó. "Evidentemente, que no", les respondió ella.

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Según su entorno, Vilaplana no olvida que el PP dejó morir la televisión pública valenciana y la acabó cerrando en el 2013 echando a más de 1.200 trabajadores. Y con mayor motivo, porque ella fue una de las caras más conocidas de Canal 9 después de presentar los informativos durante casi quince años. Y, con el cierre, su carrera como periodista se truncó. De hecho, en la última emisión de Canal 9, Vilaplana pronunció una célebre frase después de años de censura que el PP de Alberto Fabra no le perdonaría: "Hoy podremos hablar". Con el recuerdo muy presente del cierre y tras reorientar su carrera profesional en una empresa de comunicación, declinó la oferta.

Fuentes conocedoras insisten en el ARA en que Vilaplana ha pasado página a aquella etapa y en ningún caso ahora se quiere volver a vincular con el PP después de que se le asociara a los periodistas que contribuyeron a sustentar la mayoría absoluta de los populares, minimizando, por ejemplo, el ruido por el accidente del metro del 2. Tampoco se veía preparada para asumir ese cargo, dado que no tenía experiencia previa en la gestión de un medio de comunicación. Pero ese no fue el motivo para rechazar la oferta. Ni fue una cuestión económica, aunque el sueldo del director de RTVV no alcanza ni los 60.000 euros, la mitad de lo que cobra el máximo responsable de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales de Catalunya. La empresa Bencomunicats, de Vilaplana, facturó 100.000 euros en el último ejercicio.

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Una comida gratuita

La decisión de Vilaplana, pues, era firme y, por tanto, el almuerzo que realizaron posteriormente en El Ventorro era innecesario, según la reconstrucción que ha hecho el ARA. Pero el hecho de "estar en el peor lugar, en el peor momento y con la peor persona" el día de la dana, comoadmitió durante su declaración en los juzgados entre lágrimas, hizo que se acordara que dirían que le habían ofrecido la dirección de la cadena valenciana. Ésta es la versión que también dio Vilaplana a través de una fuente autorizada, cuando habló por primera vez con medios el 21 de noviembre del 2024, casi un mes después de la dana. Esta fuente expuso que, efectivamente, se le había ofrecido la dirección del canal autonómico, pero que lo rechazó y que aquélla fue "la primera y única vez que se lo propuso".

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También afirmó que no habían mantenido encuentros previos en solitario y que habían coincidido sólo en actos públicos, entre ellos una gala que ella misma presentó dos semanas antes en el Palacio de Congresos de Valencia. Fue en ese acto, el 14 de octubre, cuando Mazón dijo desde el estrado: "Ya sabéis que en Valencia hay dos tipos de galas: las que presenta Maribel Vilaplana y las demás". Luego, durante el refrigerio, Mazón le dijo quedar por hablar de unos proyectos y ella lo aceptó porque según su entorno nadie dice que no a un presidente y porque tampoco pensaba que sería para volver a hablar de À Punt. El encuentro sería el famoso almuerzo en El Ventorro.

La carta abierta

Casi un año después de la dana, Vilaplana rompió el silencio. Y lo hizo para decir que la comida había durado una hora más de lo inicialmente dicho. Sin embargo, aquella carta abierta tampoco decía que Mazón le hubiera ofrecido dirigir a À Punt. "Fui a esta cita a petición del presidente, con el objetivo de explorar posibles vías de colaboración profesional. Durante la conversación se me plantearon varias opciones, entre ellas presentar una candidatura a un cargo en la televisión autonómica, que rechacé de forma clara por convicción personal y profesional", exponía.

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De esta manera, la comunicadora rebajaba el cargo que le ofrecía el jefe del Consejo. Y en los juzgados, cuando declaró, tampoco dijo que le hubieran ofrecido ser la directora, sino simplemente un "lugar de responsabilidad". En cualquier caso, la respuesta de Vilaplana fue la misma que dos semanas antes, porque en la primera conversación ya le dejó claro que no entraría en À Punt. La negativa de Vilaplana, por tanto, no admitía réplica. Y lo demuestra que la comida se convirtió más en un curso de comunicación al presidente valenciano que en una negociación para tratar de convencerla, según fuentes conocedoras, que también subrayan que Mazón no insistió porque sabía que no lo iba a pensar. Según estas fuentes, el almuerzo y la sobremesa fueron una sesión de consultoría de comunicación en la que Vilaplana, ajena a todo lo que pasaba fuera porque no estaba pendiente del teléfono –a diferencia del presidente, que sí atendía alguna llamada y respondía mensajes–, le asesoró en oratoria, su especialidad, y le recomendó, entre otras cosas, que hablara más en . Mazón, pese a la difícil situación que atravesaba la Comunidad Valenciana, no suspendió el almuerzo.

Las mentiras alrededor de ese encuentro han sido constantes desde el principio. Más allá de esconder con quien había comido, al principio Mazón se limitó a decir que se trataba de una comida "privada", pero después dijo que era un "comida de trabajo" sin concretar para justificar que estaba trabajando. Este "comida de trabajo" no constaba en su agenda, que estaba en blanco tras el encuentro con sindicatos y empresarios del mediodía. El caso es que cuando la oposición le pidió la factura, que más de un año después aún no ha entregado, dijo que acudió a esa comida en calidad de líder del PP valenciano y no como presidente.

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