Sánchez se querella contra el juez Peinado por prevaricación
El movimiento se produce después de que el presidente español se haya acogido al derecho a no declarar ante el magistrado que investiga a su mujer
MadridPedro Sánchez no respondió las preguntas de Juan Carlos Peinado en el Palacio de la Moncloa, pero reaccionó al movimiento del juez que investiga a su esposa, Begoña Gómez, con una querella contra él por prevaricación. Justo después de que el jefe del ejecutivo se haya visto cara a cara con el titular del juzgado de instrucción 41 de Madrid, la Abogacía del Estado ha presentado una querella en representación del presidente del gobierno español para "defender la dignidad de la institución" que encarna a Sánchez y ante la resolución "injusta" de Peinado, que rechazó que pudiera declarar por escrito en lugar de presencialmente en la Moncloa, como ha ocurrido este martes por la mañana, en lo que ha sido una escena insólita .
El escrito de la querella, al que ha tenido acceso el ARA, argumenta que Peinado ha omitido "de forma consciente y deliberada las garantías procesales propias de la declaración testifical del presidente del gobierno". La delimitación de los hechos objeto de investigación, por mucho que sea "abstracta", queda vinculada a un período temporal ligado a la condición de presidente de Sánchez, algo "inescindible de las posibles diligencias probatorias que se puedan practicar", dicen los servicios jurídicos del Estado. Impidiendo, por tanto, que el jefe del ejecutivo declare por escrito, tal y como prevé la ley y Sánchez solicitó al juez, el magistrado "se aparta de los métodos usuales de interpretación, siendo su voluntad la única explicación posible". La decisión "injustificable" de hacerle declarar presencialmente en la Moncloa atiende, dice la Abogacía, a "convicciones propias" de Peinado de que "se apartan de su deber como investigador" y tienen una "finalidad extraprocesal" con la práctica de diligencias "aparatosas" más que "eficaces". La Abogacía lamenta que con esta instrucción "prevaricadora" se está generando un "descrédito gratuito en la institución".
Fuentes del gobierno español justifican la decisión para garantizar el respeto a los derechos de la institución "a futuro", una vez Peinado ya ha estado en la Moncloa ante un Sánchez que no ha podido impedirlo y que, una vez obligado a verse con el juez, se acogió a su derecho a no declarar contra Gómez, investigada por un presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios. El jefe del ejecutivo podía optar por el silencio escudándose en el artículo 416 de la ley de enjuiciamiento criminal, que exime a quien tiene calidad de testigo en una causa a declarar contra su cónyuge. El líder socialista se inclinó por esta opción, según explicaron a la salida las acusaciones populares y la defensa de Gómez. Antonio Camacho, el abogado de la esposa del presidente español, relató que Sánchez fue sólo un par de minutos ante Peinado.
La declaración
Lo único que le pudo preguntar el juez es si tiene relación con alguno de los investigados y si se acogía a su derecho a no declarar, una vez Sánchez le respondió que está casado con Gómez. "Hemos firmado el acta y hemos salido", ha dicho Camacho en una atención a los medios en la que ha asegurado que ha visto a un presidente del gobierno español "absolutamente tranquilo". La versión de Vox, que entró en la Moncloa en representación de las acusaciones populares, es la de un Sánchez "impávido y altivo". Las cinco acusaciones ejercidas por organizaciones de extrema derecha valorarán las "consecuencias" que podría tener la no declaración.
Ahora bien, han rechazado adelantar cuáles pueden ser sus pasos hasta que declare como investigado al empresario Juan Carlos Barrabés este jueves, 1 de agosto. Las acusaciones populares, además, argumentaron que Sánchez tenía derecho a no responder a las preguntas que hicieran referencia a Gómez, pero no al resto de investigados, "porque no tiene relación de familiaridad con ellos". La coordinadora jurídica de Vox, Marta Castro, la única representante de las acusaciones populares que pudo asistir presencialmente a la declaración, no tuvo oportunidad de hacer preguntas, aunque tenía derecho a participar en el interrogatorio. En la puerta se concentraron unas treinta personas convocadas por la organización de extrema derecha Hazte Oír.
La citación de Sánchez como testigo coincide con un martes maratoniano en cuanto a la agenda pública del gobierno español, que el presidente mantiene inalterada y "en la normalidad" pese a la declaración. Primero se celebró el consejo de ministros, el último antes de las vacaciones de verano. Por la tarde el presidente español ha estado en Palma, en el Palacio de la Almudaina, en la tradicional recepción de verano con Felipe VI. Posteriormente se reúne con la presidenta balear, Marga Prohens, en el Consolat de Mar.
En rueda de prensa tras el consejo de ministros, la portavoz del gobierno español, Pilar Alegría, remarcó que la investigación de Peinado es "un montaje" con "un claro objetivo, que es erosionar la imagen del presidente". El PP, por el contrario, replicó que lo que hay es "una cacería política inadmisible en democracia" contra Peinado y exigió explicaciones a Sánchez. "Que no declare le deja en un muy mal sitio", remachó el portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado. Este miércoles está previsto que Sánchez haga balance de verano en la Moncloa y será donde haga una valoración de su declaración, que ha rechazado hacer después de encontrarse con el rey.