Abandono escolar: motivos y soluciones

Los expertos piden un sistema educativo más flexible

L.V.
2 min
Alumnes del Umbral aprenden cocina al restaurante El Repartidor del Hospitalet.

BarcelonaEl fracaso escolar es una pandemia cronificada, un problema de gran alcance educativo, pero también social y laboral. Pero, ¿por qué el 17,4% de los alumnos catalanes dejan de estudiar sin tener el título de secundaria? ¿Tiene que ver que uno de cada cinco jóvenes repita curso antes de los 16? ¿Qué pueden hacer los centros para evitar estas deserciones? ¿Y qué tendría que hacer la administración?

“Conocemos las recetas: tenemos que establecer itinerarios personalizados que se adapten a las necesidades de nuestros alumnos y alianzas entre los institutos y su entorno”, afirmó jueves la secretaria general de Educació, Núria Cuenca, ante los centros de nuevas oportunidades. Ellos también piden “deconstruir” el sistema actual: “Algunos alumnos se sacan el graduado de la ESO, y esto hace mejorar las tasas de aprobados, pero después fracasan en los ciclos. Lo que tiene que coger peso y consistencia es el recorrido formativo de los jóvenes”, dice Begonya Gasch, de El Llindar.

Así, el 60% de los alumnos que acaban la ESO hacen estudios postobligatorios (bachillerato o formación profesional), ¿pero qué pasa con el 40% restante? Algunos (alrededor de un 20%) dejan de estudiar y otros solo “necesitan más tiempo para acabar de titularse, porque no todo el mundo va al mismo ritmo”. “Hay que abrirse a las singularidades y llegar a un 90% de jóvenes con titulación postobligatoria”, dice Xavier Martínez Celorrio, asesor de la ministra de Educación y profesor e investigador de la Universitat de Barcelona. Celorrio dice que la nueva ley Celaá, la Lomloe, desplegará un modelo “más flexible y más abierto”, limitando las repeticiones de curso (una vez en primaria y como mucho dos en toda la enseñanza obligatoria) o introduciendo la codocencia y el trabajo por proyectos.

Cambios y más recursos

Más allá de las normativas, hacen falta recursos. El director de la Fundació Jaume Bofill, Ismael Palacín, señala algunas de las prioridades: “Hay que invertir más en universalizar la educación de los 0 a los 3 años, en becas para los alumnos que abandonan por motivos económicos y en centros de alta complejidad, que es donde se concentran muchos abandonos”. Además, añade que hay que revisar la selección de los docentes e incrementar las horas para hacer tutorías.

El papel clave del profesorado también puede jugar a favor para reducir el fracaso escolar. La doctora en sociología Aina Tarabini, que ha estudiado extensamente esta problemática, rechaza “culpabilizar” a los profesores y pide “buscar los mecanismos que les permitan ejercer su profesionalidad”. Es decir: estabilidad, espacios y tiempos para debatir. “Y también un cambio cultural, porque todavía parece que solo haya una única manera de ser buen estudiante, que es aquel que se sienta, escucha y escribe, pero hay otras formas de ser competente”, añade. Por eso, avisa Tarabini, es importante la reforma que ha planteado Celaá para hacer un currículum menos memorístico y con menos contenidos.

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