Sostenibilidad

Alcaldes, entidades y empresas recelan de la letra pequeña del nuevo decreto de renovables

El territorio teme no tener suficiente voz ni voto, y el sector, que se llegue demasiado tarde

El núcleo de la Guardia Pilosa, al municipio de Pujalt, con los aerogeneradores que hay alrededor

BarcelonaLas modificaciones previstas en el nuevo decreto de energías renovables de la Generalitat no convencen a nadie. Tanto los alcaldes de los municipios con proyectos encima de la mesa como las empresas que pretenden ampliar o abrir negocio están pendientes de la letra pequeña del documento que el Govern quiere aprobar el martes. Desde las comarcas afectadas recelan del hecho que los consistorios acaben teniendo capacidad de decidir sobre los proyectos que se quieren implantar en su territorio. En el otro lado de la mesa, las empresas temen que no se llegue a tiempo.

Comarcas como la Segarra, l'Anoia, la Conca de Barberà, el Baix Ebre, la Terra Alta o la Ribera d'Ebre hace años que conviven con los parques de molinos eólicos y placas fotovoltaicas. Todos los alcaldes son partidarios de apostar por las energías renovables, pero también coinciden en que los proyectos se tienen que poder apamar y no pueden ser "masificados". "Nosotros ya hemos pagado una cuota importante", apunta el alcalde de Belltall i Passanant, Magí Ninot, que subraya que algunos de los proyectos implican "una barbaridad" de hectáreas.

A pesar de coincidir en la inquietud y querer evitar la masificación de instalaciones, otros alcaldes también recuerdan que hay que poner en la balanza los beneficios que generan. "No podemos dejar perder los ingresos que nos da un parque eólico", subraya desde el anonimato una de las voces consultadas.

La otra gran preocupación de los consistorios es si podrán tener voz y voto a la hora de abordar la viabilidad de los proyectos. "Los proyectos urbanísticos no pueden estar hechos desde Barcelona", dice Ninot. Una de las modificaciones introducidas en el decreto es que las iniciativas tendrán que contar con el 50% de firmas de los afectados. "No sé si se nos ha tenido en cuenta porque solo habla de propietarios", dice Miquel Archela, el alcalde de Rubió. "Una cosa es la opinión del vecino que sacará un beneficio económico con la venta de los terrenos y otra la visión de quien convivirá con las instalaciones sin beneficiarse de ellas. Los vecinos tenemos que poder decir algo". El consistorio presentó alegaciones a los proyectos del municipio pero no tienen respuesta.

Temores de los promotores

El futuro decreto, a la espera de conocerse la letra pequeña, también ha levantado temores entre los promotores de renovables. La parte positiva, explica Jaume Morron, de la patronal eólica Eoliccat, "es que desaparece el fantasma de una moratoria". Pero hay inquietud y preocupación sobre si se llegará a tiempo. La primavera que viene vencen los plazos de acceso y conexión a la red que dio el gobierno español en su decreto. Los proyectos sin tramitar podrían perder estos derechos, explica Morron. Además, también podrían perder los avales que han depositado, indica el empresario Joan Vila, presidente de la comisión de energía de Pimec. Si estos avales se pierden, incluso algunos promotores se podrían plantear presentar una acción de responsabilidad contra la Generalitat.

Los empresarios del sector dudan de la capacidad de la Generalitat para impulsar y agilizar la tramitación. "Estamos preocupados, el ritmo de implantación es lento y dudamos de que el nuevo decreto lo agilice", indica Manel Romero, de la patronal fotovoltaica Unefcat. Además, tanto desde Unefcat como desde Eolicatt muestran "escepticismo" sobre la posibilidad de que la gente del territorio invierta y participe en los proyectos, según han dicho tanto Morron como Romero. Morron destaca que con el anterior decreto, de finales de 2019, ninguno de los proyectos se ha hecho, a pesar de que 1.500 MW fueron declarados viables, 1.400 MW viables pero con condiciones y 1.300 MW podrían salir adelante por silencio administrativo. "Son 4.100 MW en cartera que podrían salir a información pública", pero que no lo han hecho.

Además, las patronales critican que el impulso a las renovables que quiere dar el Govern con este decreto prácticamente se limita a la electrificación, sin tener en cuenta otros aspectos de la descarbonización y la necesidad de más eficiencia energética. Así, Salvador Sedó, director de desarrollo sostenible de Foment del Treball, destaca que no se tienen en cuenta las necesidades térmicas de la industria, que muchas veces no se pueden salvar con electricidad, y les hacen falta otras fuentes energéticas como la biomasa, el biogás, los biocombustibles o el hidrógeno. "Hay que definir el modelo y potenciar las renovables si se quiere ir a la soberanía energética", apunta Sedó, que ve difícil la participación de la gente del territorio en las inversiones e indica que quizás "hay que ir a otras compensaciones para los ayuntamientos". Vila, de Pimec, cree que el objetivo del decreto "difícilmente se conseguirá" y censura los plazos de tramitación cada vez más largos, cosa que considera "grave" porque "no tenemos tiempo".

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